Hay que ser temerario para comparar a Kevin Garnett con Babe Ruth. Si hay alguien osado para hacerlo, ese es Alex Rodríguez. Con toda seguridad, el exjugador de los Yankees y actual copropietario de los Timberwolves de la NBA equiparó el peso de la imagen de la gran gloria del béisbol en Nueva York con lo que hizo ‘The Big Ticket’ en Minnesota.
Para reflexionar sobre el esfuerzo que hubo en Garnett para sanar su relación con los Timberwolves luego de que en este cierre de 2025 sucediera la reconciliación entre el exjugador y la franquicia, a la cual volvió como embajador, Rodríguez comentó que este episodio le recordaba a lo ocurrido entre Ruth y los Yankees.
En muchos sentidos, él es nuestro Babe Ruth para los Yankees. Así que era importante comenzar a recorrer un camino para reparar una relación.
Alex Rodriguez en The Athletic
Como parte del gesto de limar las asperezas y reparar las fricciones del pasado, Garnett aprobó la retirada de su camiseta con el número 21. Con el jersey de Kevin elevado al techo del estadio, el equipo de Minnesota cierra un capítulo que había perdurado durante casi una década. Se logró algo que era impensable hace un lustro: crear el vínculo de su exestrella con todo lo que representan los Timberwolves.
Con base en información de The Athletic, la fractura entre Garnett y los Timberwolves se remonta a su traspaso en 2007 a los Boston Celtics y se amplió después de su retiro en 2016. Un desacuerdo con el antiguo propietario, Glen Taylor, sobre el deseo del exjugador de unirse a la propiedad llevó a un largo distanciamiento. Kevin rechazó repetidas invitaciones para volver al Target Center y descartó los intentos de retirar su camiseta. No quiso saber nada de la organización.
Habiendo vivido en carne propia una relación tensa y complicada con los aficionados y las franquicias durante su carrera como jugador, entre ellas los Yankees, Rodríguez comentó que quedó impresionado con el cariño que los fanáticos de Minnesota tienen por Garnett a pesar de los años y de la ruptura.
Fue a través de conversaciones personales, comidas y la voluntad de escucharse mutuamente como los Timberwolves y Kevin pudieron llegar a un acuerdo de reconciliación. Los esfuerzos dieron resultado; Rodríguez, en su calidad de dueño mayoritario, fue pieza fundamental para que la antigua figura del equipo olvidara el rencor y aceptara el cargo de embajador.
A diferencia de la ruptura formal entre Kevin Garnett y los Timberwolves de Minnesota, la relación entre Babe Ruth y los Bombarderos del Bronx fue “poco amable” al final, pero nada estrepitosa ni de rencores prolongados.
Fue en 1935 cuando la franquicia de Nueva York le dio las gracias a su máxima leyenda después de que Ruth les solicitara un cargo directivo y deportivo para continuar en la organización. Los Yankees no aceptaron su petición y lo conminaron a salir para buscar esa opción en otro equipo. Eso pudo ser posible con su arribo a los Boston Braves, donde jugó sus últimos partidos y fue vicepresidente, además de asistente del gerente.
