Los Yankees atraviesan una offseason decisiva, pues aunque siguen vinculados a grandes nombres, el margen de maniobra se reduce conforme avanza el tiempo y la urgencia por concretar los fichajes aumenta.
En el centro de la conversación aparece un lanzador japonés que muchos ya comparan con Yoshinobu Yamamoto: Tatsuya Imai.
Mientras tanto los Chicago Cubs elevan la presión y obligan a Brian Cashman a tomar decisiones rápidas.
Tatsuya Imai se ha convertido en uno de los brazos más atractivos del mercado internacional. Su desempeño reciente en Japón ha despertado el interés de varios equipos de Grandes Ligas, incluidos los Yankees, que necesitan reforzar su rotación con urgencia.
En la temporada pasada, Imai registró una marca de 10-5 con efectividad de 1.92 en 24 aperturas, acumulando más de 160 entradas. Estos números explican por qué su nombre suena cada vez más fuerte en oficinas de MLB y por qué su decisión, esperada en las próximas semanas, genera tanta expectativa.
Desde el entorno de análisis se ha señalado que en el Bronx no solo lo ven como una apuesta a futuro, sino como una solución inmediata para cubrir los primeros meses de la temporada, mientras algunas de sus figuras regresan de lesiones.
La necesidad de un abridor confiable se intensificó debido a la incertidumbre que rodea a Gerrit Cole, quien no tuvo actividad en 2025 tras someterse a cirugía, y a Carlos Rodón, que podría perderse el inicio de la campaña. Incluso cuando ambos regresen, no existe garantía de que lo hagan en su mejor versión.
Este escenario convierte la posible llegada de Imai en algo más que un lujo: para muchos, es una prioridad estratégica si los Yankees quieren mantenerse competitivos desde abril.
El gran obstáculo para Nueva York es la competencia, ya que los Chicago Cubs están muy activos y, según reportes, estarían dispuestos a ir más allá de su zona habitual de confort en años y dinero para asegurar al lanzador japonés.
Con un contrato proyectado por debajo de los 200 millones de dólares y con espacio salarial disponible tras recientes movimientos, Chicago tiene argumentos sólidos para convencerlo. Para los Yankees, el mensaje es claro: es ahora o nunca.
Si la rotación genera dudas, el bullpen no ofrece mayor tranquilidad. En las últimas temporadas, los relevistas de los Yankees han estado entre los menos efectivos de la liga, y las salidas recientes de brazos clave han dejado huecos importantes.
Aunque hay optimismo con algunas piezas internas, la realidad es que faltan garantías. La directiva sabe que necesita al menos un relevista confiable adicional para evitar repetir los problemas del pasado. Las aspiraciones reales para competir en el 2026 penden de un hilo, una situación inaceptable para un equipo como los Yankees. El margen de error es cada vez menor y Brian Cashman lo sabe mejor que nadie.
