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Ciencia y Tecnología

¿Tu relación está en crisis? La teoría del pájaro podría revelar si tu pareja te ama

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La escena se repite en innumerables videos: alguien menciona casualmente haber visto un pájaro. La grabación recoge la reacción. Detrás de este fenómeno se esconde una teoría psicológica desarrollada en los años 80.

​La escena se repite en innumerables videos: alguien menciona casualmente haber visto un pájaro. La grabación recoge la reacción. Detrás de este fenómeno se esconde una teoría psicológica desarrollada en los años 80.  

“Hoy vi un pájaro”. Por absurdo que suene, esta frase aparentemente trivial se ha convertido en una inesperada prueba de fuego para las relaciones modernas. Y es que muchas personas están grabando a sus parejas, a menudo sin avisar, para capturar su reacción ante esta observación mundana, y los videos resultantes están generando millones de visualizaciones en redes sociales como TikTok o Instagram.

El experimento –popularmente conocido como la “teoría del pájaro”– es tan simple como revelador: basta con comentar que se ha visto un pájaro durante el día. A partir de ahí, todo depende de la respuesta. ¿Hay curiosidad genuina o indiferencia distraída? ¿Surge una pregunta, una sonrisa, un intento de conectar? ¿O llega un automático “ajá” sin apartar la vista del móvil?

Según esta lógica, la reacción dice más que el comentario en sí. Algunos responden con entusiasmo, comparten anécdotas o quieren saber más. Otros, en cambio, se limitan a preguntar: “¿Y por qué me cuentas esto?”. Al final, no es el ave lo que importa, sino el gesto que la acompaña: un “¿de qué color era?” frente a un escueto “ah, ok”. Una diferencia mínima que, para muchos, resulta sorprendentemente reveladora.

El origen científico: los Gottman y la conexión emocional

La idea, en realidad, no surgió de la nada. Según reportan medios, tiene su origen en una teoría desarrollada por los psicólogos John y Julie Gottman en la década de 1980. Tras años observando a parejas recién casadas, los investigadores detectaron un patrón claro: la forma en que las personas responden a pequeños intentos cotidianos de conexión emocional dice mucho sobre la solidez de la relación.

En uno de sus estudios más citados sobre parejas recién casadas, los Gottman comprobaron que las parejas que se mantenían juntas respondían positivamente a este tipo de gestos en el 86 % de los casos. En cambio, entre las parejas que acabaron divorciándose, esa cifra caía al 33 %.

En ese sentido, aunque estos intentos de conexión puedan parecer triviales –como el ejemplo de “mirar un pájaro” que Julie Gottman mencionó en 2022 en The New York Times–, todo indica que desempeñan un papel importante. Así lo sostienen varios expertos.

Como explica la psicóloga Alexandra Solomon a la radiodifusora pública estadounidense PBS, las relaciones sanas no se construyen sobre la base de grandes gestos, sino de miles de pequeños momentos de atención compartida que, acumulados, refuerzan la confianza y la intimidad.

Una idea que los propios Gottman subrayan en su página web, donde insisten en que la clave no está en la importancia objetiva de la “oferta”, sino en la respuesta: volverse hacia el otro, reconocerlo, estar presente.

Entre el humor viral y los riesgos de grabar sin consentimiento

Claro que no todo el mundo se toma esta “prueba” tan en serio. En muchos videos, las parejas “suspenden” con respuestas cargadas de desinterés o sarcasmo. En otros, reaccionan con ternura, curiosidad o incluso aprovechan para compartir anécdotas propias sobre avistamientos pasados.

Algunas celebridades, como el rapero Yung Gravy, también se han sumado al juego. Pero junto al humor y la complicidad, no han tardado en aparecer las dudas: ¿hasta qué punto este tipo de test espontáneo –y a menudo grabado sin consentimiento– no roza lo invasivo?

Para Solomon, grabar a la pareja sin avisar y publicarlo en redes sociales puede cruzar una línea delicada. “Vivimos dos vidas: la real y la online“, señala, y advierte que hemos normalizado mostrar pequeñas ventanas de nuestra intimidad como si fueran inocuas. Si el objetivo es validar la relación o buscar orientación, quizá el primer paso debería ser una conversación abierta con la pareja, y no con el algoritmo.

La psicóloga Alexandra Solomon explicó que las relaciones sanas se construyen con miles de pequeños momentos de atención compartida que refuerzan la confianza y la intimidad.
La psicóloga Alexandra Solomon explicó que las relaciones sanas se construyen con miles de pequeños momentos de atención compartida que refuerzan la confianza y la intimidad.Imagen: Jurek Holzer/TT/IMAGO

Con todo, la teoría del pájaro ha tocado una fibra sensible. Como señala la psicóloga Joanne Davila en The Guardian, es natural querer saber si la persona con la que compartes tu vida está emocionalmente presente. A veces, un comentario casual –como mencionar un pájaro– puede funcionar como un pequeño termómetro emocional. 

Pero conviene poner las cosas en contexto: que alguien no reaccione con entusiasmo no significa necesariamente que no le importes. Puede estar distraído, cansado o, sencillamente, no haber entendido que aquello era algo más que una anécdota sin importancia.

“Un solo momento perdido no significa que una relación esté condenada al fracaso”, aclaró Audra Nuru, experta en comunicación interpersonal, a Cosmopolitan. Lo relevante, subraya, es el patrón general: ¿tu pareja suele estar ahí cuando la necesitas? ¿Te hace sentir visto y escuchado de forma habitual?

Las señales de alarma, eso sí, deberían encenderse cuando la respuesta no es solo desinterés, sino hostilidad: sarcasmo, desprecio o críticas mordaces. En esos casos, según los expertos, el problema podría ir mucho más allá de un comentario ignorado y podría apuntar a dinámicas más profundas que conviene atender.

Diferencias de género en la comunicación de pareja

Llama también la atención que la mayoría de estos videos muestren a mujeres poniendo a prueba a hombres, un detalle que apunta a dinámicas de género más profundas. Según Solomon, desde la infancia, los padres tienden a hablar menos con sus hijos varones y a tener menos contacto físico con ellos. Así, muchos niños crecen aprendiendo una comunicación más transaccional, orientada a objetivos concretos. Las niñas, en cambio, suelen aprender que hablar es una forma de compartir mundos interiores y de crear vínculo.

“Cuando un hombre y una mujer se unen en una relación íntima, se produce una curiosa paradoja en la que ella valora mucho esta comunicación interactiva, mientras que él puede no estar tan acostumbrado”, explica la psicóloga. En ese contexto, si él no entiende por qué se está hablando de un pájaro, puede que no sea desinterés, sino simple desconcierto sobre el propósito de la conversación.

Los psicólogos John y Julie Gottman observaron en los años 80 que las parejas que respondían positivamente a pequeños gestos cotidianos permanecían juntas en el 86 % de los casos.
Los psicólogos John y Julie Gottman observaron en los años 80 que las parejas que respondían positivamente a pequeños gestos cotidianos permanecían juntas en el 86 % de los casos.Imagen: Tonee Harbert/Aurora Photos/IMAGO

Entonces, ¿vale o no vale como prueba del amor? La mayoría de los expertos coincide en que sí: puede ser una herramienta útil para reflexionar sobre los patrones de comunicación dentro de la pareja. Pero no debería tomarse como un veredicto definitivo. Como resume Nuru: “Ninguna relación acierta en todos los momentos”.

En definitiva, más que centrarse en la respuesta puntual, lo verdaderamente revelador sería preguntarse si en la relación existe espacio para compartir ese tipo de pequeñas tonterías sin juicio ni apatía. Porque, como señala Vanessa Milagros, una terapeuta citada por USA Today, “no se trata del pájaro; se trata de ser visto”.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de The Guardian, The New York Times, USA Today Cosmopolitan.

 

​Deutsche Welle: DW.COM – Ciencia y Tecnologia

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