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Ciencia y Tecnología

Monogamia humana bajo lupa: científicos analizan qué tan fieles somos en comparación con otras especies

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Entre castores y gibones, entre la fidelidad absoluta y la promiscuidad extrema, el ser humano ocupa un lugar preciso en la escala de la monogamia.

​Entre castores y gibones, entre la fidelidad absoluta y la promiscuidad extrema, el ser humano ocupa un lugar preciso en la escala de la monogamia.  

El ser humano moderno pertenece a la pequeña minoría de mamíferos que viven en monogamia, y se sitúa en términos de fidelidad de pareja entre el castor euroasiático y el gibón de manos blancas. Esta es la conclusión del antropólogo evolutivo Mark Dyble de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, tras comparar al Homo sapiens con otras 34 especies de mamíferos.

Métodos de estudio: proporción de hermanos completos

En su estudio, el investigador examinó en la descendencia de estas especies la proporción entre hermanos completos y medio hermanos, es decir, descendientes con solo un progenitor en común. La proporción de hermanos completos en los humanos es en promedio de aproximadamente el 66 %.

Para comparar: en el líder de la clasificación, el ratón de California (Peromyscus californicus), la proporción es del 100 %. En el perro salvaje africano (Lycaon pictus) es del 85 %, en la rata topo de Damara (Fukomys damarensis) y en el lobo etíope (Canis simensis), casi el 80 % en cada caso.

El ser humano se sitúa en la lista de especies incluidas entre el castor euroasiático (Castor fiber, 73 %) y el gibón de manos blancas (Hylobates lar; casi 64 %), según escribe Dyble en la revista especializada Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.

Castor euroasiático: uno de los mamíferos más monógamos del planeta, con un 73 % de hermanos completos.
Castor euroasiático: uno de los mamíferos más monógamos del planeta, con un 73 % de hermanos completos.Imagen: H. Bouwmeester/AGAMI/blickwinkel/picture alliance

Mamíferos promiscuos: delfines, orcas y macacos

Entre la gran mayoría de mamíferos no monógamos se encuentran, entre otros, el rinoceronte negro (Diceros bicornis) y el tejón europeo (Meles meles), en los que la proporción de hermanos completos es aproximadamente del 20 % en cada caso.

Entre los últimos de la lista se encuentran el delfín mular (Tursiops truncatus) con un 4 %, la orca (Orcinus orca) con un 3 % y diversas especies de macacos con aproximadamente 1 a 2 %.

Al final de la lista de monogamia está la oveja Soay. En esta oveja doméstica asilvestrada que vive en la isla escocesa del mismo nombre, los hermanos completos son extremadamente inusuales, con una proporción del 0,6 %.

La oveja Soay, que vive asilvestrada en Escocia, ocupa el último lugar en monogamia con apenas 0,6 % de hermanos completos.
La oveja Soay, que vive asilvestrada en Escocia, ocupa el último lugar en monogamia con apenas 0,6 % de hermanos completos.Imagen: Mark Fairhurst/Avalon/Photoshot/picture alliance

“La monogamia es el patrón de apareamiento dominante en nuestra especie”, concluye Dyble en un comunicado de su universidad. “La gran mayoría de los otros mamíferos tienen, por el contrario, un enfoque mucho más promiscuo en el apareamiento”. En total, solo el nueve % de las especies de mamíferos son monógamas.

Diversidad cultural humana en prácticas de apareamiento

Para determinar el nivel de monogamia de una especie, Dyble comparó datos de hermanos procedentes de estudios genéticos de diferentes mamíferos. Aunque esto es algo impreciso dada la escasez de datos, es el método de determinación más directo y concreto, explica.

La monogamia se aplicaría también a aquellas sociedades humanas en las que los hombres tienen varias mujeres o las mujeres tienen varios hombres. “Existe una enorme diversidad cultural en las prácticas de apareamiento y matrimonio humanas”, señala Dyble. “Pero incluso los extremos de este espectro están por encima de lo que vemos en la mayoría de las especies no monógamas”.

Grandes simios: la excepción entre los primates

En contraste con el ser humano, destaca la marcada promiscuidad de nuestros parientes más cercanos, los grandes simios: en el gorila oriental (Gorilla beringei), la proporción de hermanos completos es de solo alrededor del 6 %. En el chimpancé común (Pan troglodytes) es incluso, similar a los delfines, de solo el 4 %.

El gibón de manos blancas (Hylobates lar) registró un 64 % de hermanos completos, situándose justo por debajo del ser humano en la escala de monogamia.
El gibón de manos blancas (Hylobates lar) registró un 64 % de hermanos completos, situándose justo por debajo del ser humano en la escala de monogamia.Imagen: Jürgen & Christine Sohns/imageBROKER/picture alliance

Un primer puesto entre los primates no humanos que viven en monogamia lo ocupa el tamarino bigotudo (Saguinus mystax), que habita en la región amazónica. En esta especie, que pertenece a los titíes (Callitrichidae), los hermanos completos representan el 78 % de la descendencia.

El antropólogo evolutivo Dyble considera que la monogamia del ser humano ha favorecido el desarrollo de grandes redes de parentesco. Ese habría sido el primer paso hacia la creación de grandes sociedades y redes de intercambio cultural que, a su vez, han sido decisivas para el éxito de la especie humana.

FEW (dpa, Lusa, Universidad de Cambridge)

 

​Deutsche Welle: DW.COM – Ciencia y Tecnologia

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