La reciente partida de Pete Alonso de los Mets, quien firmó un contrato de cinco años con los Orioles de Baltimore, ha generado un profundo descontento entre la afición. Sin embargo, las declaraciones de su excompañero, Juan Soto, sugieren que la noticia no fue una sorpresa para el outfielder estrella, revelando un nivel de conocimiento interno que podría avivar las tensiones entre Soto y la directiva del equipo.
Esta situación es particularmente delicada, dado que Soto había manifestado abiertamente su deseo de que Alonso continuara en el equipo, lo que ahora pone en tela de juicio la capacidad de la gerencia para retener talento clave y construir una plantilla competitiva a largo plazo.
Hace tan solo unos meses, Soto había expresado abiertamente su deseo de mantener a Alonso en la plantilla. En noviembre, lo describió como “uno de los mejores bateadores de poder de esta generación” y expresó su esperanza de “tener muchos más momentos juntos” con el uniforme de los Mets.
No obstante, al reaccionar a la partida de Alonso, Soto admitió que la sorpresa fue mínima: “Antes de que saliera la noticia, ya sabíamos lo que iba a pasar, como dije, siempre me mantengo en contacto con el equipo”.
Esta declaración de Soto, indicando que estaba al tanto del desarrollo de las negociaciones, sugiere que el regreso de Alonso a Queens nunca fue una posibilidad real y que finalmente traería una gran decepción no sólo para Soto, sino que para todos los aficionados.
Soto no escatimó elogios para su excompañero, llamando a Alonso un “jugador formidable” y una “persona que se preocupa por su equipo”. Esta admiración es más que personal; también se relaciona con el impacto estratégico. No hay dudas de que la pérdida de Alonso deja un vacío significativo detrás de Soto en la alineación.
La forma en que Soto se pronunció, con conocimiento previo y un tono de resignación, se suma a una situación ya compleja. Dado que existen rumores de presunta tensión entre el outfielder y la gerencia, la incapacidad de los Mets para retener a su líder histórico en jonrones, a pesar del deseo explícito de su principal estrella, podría interpretarse como una falta de compromiso con el éxito inmediato del equipo, complicando la decisión de Soto sobre su futuro a largo plazo.
