Ciencia y Tecnología
China lleva 50 años levantando la Gran Muralla Verde. Lo que no tenía previsto era alterar las lluviuas
Los bosques de China están creciendo. No tiene nada que ver con un proceso natural, sino con una estrategia seguida de forma meticulosa para contener la expansión de los desiertos y reforestar el país con miles de millones de árboles. La consecuencia de esta reforestación no se limita a tener más árboles y, dos estudios acaban de evidenciar la contrapartida de la ingeniería ecológica masiva.
No son buenas noticias: se está alterando el ciclo hidrológico continental.
La Muralla Verde. De entre los desiertos de China, el Gobi puede ser el más conocido, pero el Taklamakan es uno de los más problemáticos. El 85% de este desierto de 337.600 km² son dunas, lo que en ciertas épocas del año genera tormentas de arena que dejan a las poblaciones colindantes sin cultivos. Y países como las dos coreas o Japón también sufrían los efectos de las tormentas. Además, estaba creciendo, por lo que en 1978, el país puso en marcha el Programa Forestal de Refugio Tres Norte.
La estrategia: una serie de cinturones de árboles para contener la expansión de sus mayores desiertos. El objetivo: pasar de una cobertura forestal en el país del 5,05% en 1997 a casi el 15%, y la idea es completar ese cinturón para 2050 con un total de 4.500 kilómetros de largo. Actualmente, la Gran Muralla Verde ha completado el escudo alrededor de Taklamakan con un cinturón de unos 3.000 km, observando una disminución de las tormentas de arena.
Consecuencias en el agua. Aparte de en ese desierto, en otros como en los de Ulanbuh, Korqin, Hunshandake, Maowusu y Kubuqi se han construido decenas de miles de kilómetros cuadrados de bosque y pasto. Y, aunque las tormentas han disminuido, diferentes investigaciones están notando un efecto secundario: una alteración del ciclo del agua en todo el continente. Publicado en Earth’s Future, un estudio llevado a cabo por investigadores chinos expone cómo la nueva vegetación ha incrementado la evapotranspiración en la región.
En pocas palabras: se está bombeando más agua del suelo a la atmósfera, lo que implica que los vientos están transportando agua a regiones como la meseta tibetana en forma de lluvia a la vez que las regiones del noroeste y del este monzónico están sufriendo una disminución en su disponibilidad hídrica neta.

Redistribución no uniforme. Esta mayor cobertura verde provoca que los bosques y pastizales restaurados transpiren más agua que el suelo desnudo o los cultivos tradicionales. Esta humedad adicional entra en la atmósfera, que cae en otras regiones en forma de lluvia. Según el estudio, las consecuencias a nivel nacional fueron las siguientes:
- La evapotranspiración aumentó en 1,71 mm/año.
- La precipitación también aumentó en 1,24 mm/año.
- La disponibilidad de agua (de acuíferos y manantiales, por ejemplo) disminuyó en 0,46 mm/año.
Y, como decimos, el proceso no es uniforme porque el agua se está moviendo de unas zonas a otras.
Reverdecer / conservar el agua. No es el único estudio publicado sobre el tema, pero sí uno que coincide en tiempo con otro publicado en agosto de este año en el que, tras analizar 1.046 estaciones hidrológicas y sus datos de los últimos 60 años, descubrieron que el caudal de los ríos disminuyó en más del 70%.
Su conclusión es que no se trata de un efecto del cambio climático, sino de los cambios en el paisaje provocados por la intervención humana. Tiene todo el sentido: los árboles necesitan agua para crecer, y esa cantidad de nuevos árboles hace que actúen como una bomba gigante, reduciendo la cantidad de agua que alimenta a los ríos.
Así, hay una tensión entre reverdecer China y conservar su agua, ya que una vez en las nubes, precipita donde vayas las corrientes de aire.
Implicaciones. Al final, los investigadores concluyen que hay que cambiar la estrategia a la hora de gestionar el agua y que los planes hidrográficos deben tener en cuenta tanto las cuencas terrestres como la “cuenca atmosférica”, anticipando hacia dónde viajará el agua evaporada por los bosques. Porque al ambicioso plan de reforestación le quedan 24 años por delante y el país ha invertido mucho en ello de forma directa -plantando árboles-, pero también con políticas que prohíben la tala de los bosques o con incentivos para que agricultores conviertan sus tierras de cultivo en pastizales.
Y, bueno, las consecuencias no sólo tienen que ver con el agua. Que el Programa de Protección Forestal Natural prohibiera la tala en los bosques primarios provocó que los madereros chinos ‘saquearan’ los bosques birmanos. Algo que se suma al conflicto entre ambas naciones.
Imágenes | Siggy Nowak, Janwillemvanaalst, Kanenori
En Xataka | En China ya tienen sitio para la primera ciudad con un bosque vertical: un millón de plantas y árboles
–
La noticia
China lleva 50 años levantando la Gran Muralla Verde. Lo que no tenía previsto era alterar las lluviuas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.
Los bosques de China están creciendo. No tiene nada que ver con un proceso natural, sino con una estrategia seguida de forma meticulosa para contener la expansión de los desiertos y reforestar el país con miles de millones de árboles. La consecuencia de esta reforestación no se limita a tener más árboles y, dos estudios acaban de evidenciar la contrapartida de la ingeniería ecológica masiva.
No son buenas noticias: se está alterando el ciclo hidrológico continental.
La Muralla Verde. De entre los desiertos de China, el Gobi puede ser el más conocido, pero el Taklamakan es uno de los más problemáticos. El 85% de este desierto de 337.600 km² son dunas, lo que en ciertas épocas del año genera tormentas de arena que dejan a las poblaciones colindantes sin cultivos. Y países como las dos coreas o Japón también sufrían los efectos de las tormentas. Además, estaba creciendo, por lo que en 1978, el país puso en marcha el Programa Forestal de Refugio Tres Norte.
La estrategia: una serie de cinturones de árboles para contener la expansión de sus mayores desiertos. El objetivo: pasar de una cobertura forestal en el país del 5,05% en 1997 a casi el 15%, y la idea es completar ese cinturón para 2050 con un total de 4.500 kilómetros de largo. Actualmente, la Gran Muralla Verde ha completado el escudo alrededor de Taklamakan con un cinturón de unos 3.000 km, observando una disminución de las tormentas de arena.
En Xataka
Un bosque en China ha logrado crecer a 192 metros bajo el suelo. Y aún no sabemos muy bien cómo
Consecuencias en el agua. Aparte de en ese desierto, en otros como en los de Ulanbuh, Korqin, Hunshandake, Maowusu y Kubuqi se han construido decenas de miles de kilómetros cuadrados de bosque y pasto. Y, aunque las tormentas han disminuido, diferentes investigaciones están notando un efecto secundario: una alteración del ciclo del agua en todo el continente. Publicado en Earth’s Future, un estudio llevado a cabo por investigadores chinos expone cómo la nueva vegetación ha incrementado la evapotranspiración en la región.
En pocas palabras: se está bombeando más agua del suelo a la atmósfera, lo que implica que los vientos están transportando agua a regiones como la meseta tibetana en forma de lluvia a la vez que las regiones del noroeste y del este monzónico están sufriendo una disminución en su disponibilidad hídrica neta.
Redistribución no uniforme. Esta mayor cobertura verde provoca que los bosques y pastizales restaurados transpiren más agua que el suelo desnudo o los cultivos tradicionales. Esta humedad adicional entra en la atmósfera, que cae en otras regiones en forma de lluvia. Según el estudio, las consecuencias a nivel nacional fueron las siguientes:
La evapotranspiración aumentó en 1,71 mm/año.La precipitación también aumentó en 1,24 mm/año.La disponibilidad de agua (de acuíferos y manantiales, por ejemplo) disminuyó en 0,46 mm/año.Y, como decimos, el proceso no es uniforme porque el agua se está moviendo de unas zonas a otras.
Reverdecer / conservar el agua. No es el único estudio publicado sobre el tema, pero sí uno que coincide en tiempo con otro publicado en agosto de este año en el que, tras analizar 1.046 estaciones hidrológicas y sus datos de los últimos 60 años, descubrieron que el caudal de los ríos disminuyó en más del 70%.
Su conclusión es que no se trata de un efecto del cambio climático, sino de los cambios en el paisaje provocados por la intervención humana. Tiene todo el sentido: los árboles necesitan agua para crecer, y esa cantidad de nuevos árboles hace que actúen como una bomba gigante, reduciendo la cantidad de agua que alimenta a los ríos.
Así, hay una tensión entre reverdecer China y conservar su agua, ya que una vez en las nubes, precipita donde vayas las corrientes de aire.
En Xataka
Alguien ha contado todos y cada uno de los árboles que hay en China. ¿Por qué? Pues porque ahora es posible
Implicaciones. Al final, los investigadores concluyen que hay que cambiar la estrategia a la hora de gestionar el agua y que los planes hidrográficos deben tener en cuenta tanto las cuencas terrestres como la “cuenca atmosférica”, anticipando hacia dónde viajará el agua evaporada por los bosques. Porque al ambicioso plan de reforestación le quedan 24 años por delante y el país ha invertido mucho en ello de forma directa -plantando árboles-, pero también con políticas que prohíben la tala de los bosques o con incentivos para que agricultores conviertan sus tierras de cultivo en pastizales.
Y, bueno, las consecuencias no sólo tienen que ver con el agua. Que el Programa de Protección Forestal Natural prohibiera la tala en los bosques primarios provocó que los madereros chinos ‘saquearan’ los bosques birmanos. Algo que se suma al conflicto entre ambas naciones.
Imágenes | Siggy Nowak, Janwillemvanaalst, Kanenori
En Xataka | En China ya tienen sitio para la primera ciudad con un bosque vertical: un millón de plantas y árboles
– La noticia
China lleva 50 años levantando la Gran Muralla Verde. Lo que no tenía previsto era alterar las lluviuas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.


