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Ciencia y Tecnología

Magia, medicina y sanación: el supuesto poder de las palabras

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En Mesopotamia ya trataban de curar problemas dentales con conjuros. En todo el mundo se han utilizado rituales para ahuyentar demonios y calmar a los pacientes. Un vistazo a la historia médica de hace algunos siglos.

​En Mesopotamia ya trataban de curar problemas dentales con conjuros. En todo el mundo se han utilizado rituales para ahuyentar demonios y calmar a los pacientes. Un vistazo a la historia médica de hace algunos siglos.  

En muchas regiones de Asia, África, Latinoaméricay Europa se siguen utilizando conjuros en la medicina popular o en rituales religiosos, en combinación con hierbas, masajes y otros tratamientos.

Conjuros y remedios caseros contra demonios

Uno de los ejemplos más antiguos de conjuros proviene de Mesopotamia, alrededor del año 1800 a. C. Allí se recitaba una fórmula varias veces contra el “gusano del diente”, mientras se aplicaba una mezcla medicinal. El gusano era, a la vez, demonio y enfermedad, caries y dolor. Las frases se encargaban de ahuyentar al gusano y el ungüento, de calmar la inflamación.

“Los conjuros se utilizaban más para momentos específicos de padecimiento, por ejemplo, en casos de hemorragia, epilepsia, dolor de muelas y partos”, explica la historiadora Catherine Rider, de la Universidad de Exeter,Inglaterra.

En su libro “Magia y religión en la Inglaterra medieval”, Rider describe cómo teólogos, confesores y médicos debatían constantemente si una fórmula seguía siendo una oración piadosa o magia prohibida. Las palabras sanadoras que contenían citas bíblicas o nombres de santos solían tolerarse, mientras que las secuencias indescifrables de sílabas se tachaban de potencialmente demoníacas.

Sanación del cuerpo y alma

Es importante destacar que los conjuros se utilizaban, sobre todo, como “terapia complementaria”, comenta Rider a DW por escrito. “En los libros de medicina medievales, solían aparecer junto con otros remedios, como brebajes, baños, etc., para que el médico o el paciente pudiera elegir el método adecuado”.

Según Rider, el conocimiento profesional de los síntomas y los principios activos era compatible con el uso de conjuros, por lo que ambas cosas se combinaban para formar un paquete integral destinado a tratar tanto el cuerpo como el alma, explica. 

Amuletos y palabras mágicas

La medicina del antiguo Oriente también se basaba en un doble principio: por un lado, los exorcistas recitaban conjuros contra los espíritus, mientras aplicaban ungüentos, incienso y pociones. Y por otro lado, los afectados portaban además amuletos con forma de ojos, que representaban escenas de enfermedad o contenían formulas.

En la tradición islámica, se atribuían poderes curativos a ciertos versículos del Corán. Estos se recitaban sobre los enfermos, se escribían en papel o se añadían al agua que bebía el paciente, fusionando el rezo y la fórmula mágica.

El poder curativo de las palabras

Cuando un sacerdote, un exorcista o un médico repetía ciertas palabras con autoridad, estas podían reducir la ansiedad, mitigar subjetivamente el dolor y aumentar la disposición a soportar tratamientos estresantes.

Catherine Rider está convencida de que los conjuros servían como una especie de apoyo sugestivo o psicológico para los pacientes, similar al efecto placebo. “La mayoría de los médicos medievales no lo explican en estos términos, pero existe un tratado del erudito árabe medieval del siglo IX Costa ben Luca, en el que explica cómo los conjuros también ayudan si el paciente cree que son eficaces”. Según Rider, el físico y filósofo describió así el efecto placebo ya en el año 860 d. C.

Chamán ecuatoriano.
Chamán ecuatoriano en el Lago Agrio.Imagen: Robert Seitz/imageBROKER/picture alliance

Placebo sagrado o palabras que vencen la enfermedad

En algunas culturas, las enfermedades se consideran ataques de espíritus o deidades furiosas. Los conjuros transforman las dolencias de quienes creen saber qué demonio es el responsable de su enfermedad, soportando mejor el dolor e incluso los tratamientos severos.

Desde la perspectiva actual, la fiebre, las caries o la depresión se curan con medicamentos, cirugía y sicoterapia. Pero la historia de los conjuros muestra el poder de las palabras en tiempos de crisis.

“Levántate, tu fe te ha sanado”, dijo Jesús a un leproso, según el Nuevo Testamento. Según la historiadora Rider,  el verdadero “milagro” de los conjuros probablemente no se deba a un supuesto exorcismo, sino más bien a que el paciente comprenda y crea que puede sanarse. 

(rmr/ms)

 

​Deutsche Welle: DW.COM – Ciencia y Tecnologia

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