Ciencia y Tecnología
Un anillo que no necesita la nube y no se carga: Pebble quiere que llevemos una “memoria externa” para el cerebro en el dedo
Hay momentos cotidianos en los que se nos cruza una idea fugaz y sabemos que, si no la guardamos al instante, probablemente desaparecerá sin dejar rastro. Puede ocurrir mientras vamos en bici, cocinamos o simplemente caminamos con las manos ocupadas, cuando sacar el móvil resulta poco cómodo o directamente imposible. Esa sensación de perder algo que parecía importante ha llevado a algunas empresas a explorar una solución inesperada, convertir el dedo índice en un lugar donde capturar pensamientos rápidos antes de que se escapen.
El miedo a olvidar lo importante. Para Pebble, el desafío no está solo en tener una idea fuera de momento, sino en la frecuencia con la que ocurre. Su fundador afirma que a él le sucede entre cinco y diez veces al día, y que lo más frustrante no es la idea en sí, sino la certeza posterior de haber olvidado algo sin poder recuperarlo. Esa sensación recurrente es la que, según la compañía, justifica buscar un mecanismo más directo para registrar pensamientos breves antes de que se pierda su contexto.
Un anillo bloc de notas. El dispositivo que propone Pebble, el Index 01, adopta la forma de un anillo compacto, construido en acero inoxidable y equipado con un botón físico y un micrófono. Al presionarlo, el usuario puede capturar una nota corta de voz de manera inmediata. Está disponible en varios colores y tamaños, y cuenta con resistencia al agua para soportar un uso continuado. Su función principal es ofrecer un punto de entrada rápido para guardar información sin depender del teléfono en el momento exacto en que surge.
Del dedo a la app: Cada grabación empieza con una pulsación del botón, que activa el micrófono del anillo y guarda el audio en su memoria interna, sin ningún procesamiento adicional. Cuando el móvil está cerca, la grabación se transfiere por Bluetooth y es allí donde ocurre todo el trabajo: la aplicación de Pebble convierte la voz en texto mediante un modelo de reconocimiento que funciona en local y, después, un LLM que también se ejecuta en el propio teléfono determina si debe crear una nota, programar un recordatorio o añadir un evento al calendario.
Nunca se enchufa, pero se agota: Pebble opta por una batería de óxido de plata similar a la que usan los audífonos, lo que permite que el anillo funcione durante años sin necesidad de recargarlo. Según la compañía, un uso medio de entre diez y veinte grabaciones diarias de pocos segundos equivale a unas doce o quince horas de audio acumulado, suficiente para alcanzar esa autonomía prolongada. Cuando la pila se acerca al final, la aplicación avisa al usuario, que puede comprar otro anillo y enviar el anterior para su reciclaje.
El planteamiento implica que la batería no puede sustituirse ni recargarse, algo que Pebble reconoce abiertamente. Cuando llega el aviso de fin de vida útil, el usuario debe adquirir un anillo nuevo. Como decimos, la compañía ofrece la posibilidad de enviar el dispositivo antiguo para su reciclaje, pero no menciona descuentos, programas de reposición ni compensaciones por devolución, por lo que el reemplazo aparentemente funciona como una compra independiente.

Pebble insiste en que el anillo está concebido para procesar la información de forma local y limitar su alcance a lo estrictamente necesario. La conexión entre el dispositivo y el móvil va cifrada, y tanto la conversión de voz a texto como la clasificación mediante un modelo de lenguaje ocurren en el propio teléfono y, por defecto, no requieren enviar los datos a servidores externos, aunque la compañía ofrece un sistema opcional de copia de seguridad en la nube para las grabaciones que aún está en desarrollo y que planea ofrecer cifrado. El anillo no escucha de manera continua ni registra datos de salud, y tampoco integra altavoz ni vibración. Su funcionamiento se limita al momento en que el usuario mantiene pulsado el botón.

Cuando la memoria se deja hackear. Más allá de registrar notas, Pebble permite configurar el anillo para realizar acciones adicionales mediante pulsaciones simples o dobles, desde controlar la música hasta disparar una foto o activar rutinas de domótica. La aplicación admite enviar recordatorios a servicios como Notion y ofrece compatibilidad con más de 99 idiomas. La compañía describe además un sistema de acciones basado en MCP, unas pequeñas extensiones que se ejecutan en el propio móvil y que, según su hoja de ruta, deberían ampliar lo que el dispositivo puede hacer sin depender de un servidor central.

Del reloj al anillo: Pebble atraviesa una fase de relanzamiento en la que busca ampliar su catálogo más allá del smartwatch. Tras recuperar su marca y enviar sus nuevos Pebble 2 Duo, prepara la llegada de Pebble 2 Time con un nivel significativo de demanda previa. En ese escenario aparece Index 01. El propio fundador resume su apuesta afirmando que el anillo ha dejado de ser un dispositivo tecnológico para convertirse en “una extensión del cerebro”, una frase que refleja la ambición con la que la compañía presenta este proyecto.
Precio y disponibilidad del Index 01. La compañía sitúa el precio inicial en 75 dólares durante la preventa, con una subida a 99 dólares cuando las primeras unidades empiecen a enviarse a nivel mundial a partir de marzo de 2026. El dispositivo está en fase de validación de diseño y se produce en la misma planta que trabaja con Pebble Time 2, donde se ensamblan los prototipos actuales. Los envíos partirán desde Asia bajo un sistema DDP, de modo que los impuestos y tasas se gestionarán antes de la entrega.
Imágenes | Pebble
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La noticia
Un anillo que no necesita la nube y no se carga: Pebble quiere que llevemos una “memoria externa” para el cerebro en el dedo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
.
Hay momentos cotidianos en los que se nos cruza una idea fugaz y sabemos que, si no la guardamos al instante, probablemente desaparecerá sin dejar rastro. Puede ocurrir mientras vamos en bici, cocinamos o simplemente caminamos con las manos ocupadas, cuando sacar el móvil resulta poco cómodo o directamente imposible. Esa sensación de perder algo que parecía importante ha llevado a algunas empresas a explorar una solución inesperada, convertir el dedo índice en un lugar donde capturar pensamientos rápidos antes de que se escapen.
El miedo a olvidar lo importante. Para Pebble, el desafío no está solo en tener una idea fuera de momento, sino en la frecuencia con la que ocurre. Su fundador afirma que a él le sucede entre cinco y diez veces al día, y que lo más frustrante no es la idea en sí, sino la certeza posterior de haber olvidado algo sin poder recuperarlo. Esa sensación recurrente es la que, según la compañía, justifica buscar un mecanismo más directo para registrar pensamientos breves antes de que se pierda su contexto.
Un anillo bloc de notas. El dispositivo que propone Pebble, el Index 01, adopta la forma de un anillo compacto, construido en acero inoxidable y equipado con un botón físico y un micrófono. Al presionarlo, el usuario puede capturar una nota corta de voz de manera inmediata. Está disponible en varios colores y tamaños, y cuenta con resistencia al agua para soportar un uso continuado. Su función principal es ofrecer un punto de entrada rápido para guardar información sin depender del teléfono en el momento exacto en que surge.
Del dedo a la app: Cada grabación empieza con una pulsación del botón, que activa el micrófono del anillo y guarda el audio en su memoria interna, sin ningún procesamiento adicional. Cuando el móvil está cerca, la grabación se transfiere por Bluetooth y es allí donde ocurre todo el trabajo: la aplicación de Pebble convierte la voz en texto mediante un modelo de reconocimiento que funciona en local y, después, un LLM que también se ejecuta en el propio teléfono determina si debe crear una nota, programar un recordatorio o añadir un evento al calendario.
Nunca se enchufa, pero se agota: Pebble opta por una batería de óxido de plata similar a la que usan los audífonos, lo que permite que el anillo funcione durante años sin necesidad de recargarlo. Según la compañía, un uso medio de entre diez y veinte grabaciones diarias de pocos segundos equivale a unas doce o quince horas de audio acumulado, suficiente para alcanzar esa autonomía prolongada. Cuando la pila se acerca al final, la aplicación avisa al usuario, que puede comprar otro anillo y enviar el anterior para su reciclaje.
El planteamiento implica que la batería no puede sustituirse ni recargarse, algo que Pebble reconoce abiertamente. Cuando llega el aviso de fin de vida útil, el usuario debe adquirir un anillo nuevo. Como decimos, la compañía ofrece la posibilidad de enviar el dispositivo antiguo para su reciclaje, pero no menciona descuentos, programas de reposición ni compensaciones por devolución, por lo que el reemplazo aparentemente funciona como una compra independiente.
Pebble insiste en que el anillo está concebido para procesar la información de forma local y limitar su alcance a lo estrictamente necesario. La conexión entre el dispositivo y el móvil va cifrada, y tanto la conversión de voz a texto como la clasificación mediante un modelo de lenguaje ocurren en el propio teléfono y, por defecto, no requieren enviar los datos a servidores externos, aunque la compañía ofrece un sistema opcional de copia de seguridad en la nube para las grabaciones que aún está en desarrollo y que planea ofrecer cifrado. El anillo no escucha de manera continua ni registra datos de salud, y tampoco integra altavoz ni vibración. Su funcionamiento se limita al momento en que el usuario mantiene pulsado el botón.
Cuando la memoria se deja hackear. Más allá de registrar notas, Pebble permite configurar el anillo para realizar acciones adicionales mediante pulsaciones simples o dobles, desde controlar la música hasta disparar una foto o activar rutinas de domótica. La aplicación admite enviar recordatorios a servicios como Notion y ofrece compatibilidad con más de 99 idiomas. La compañía describe además un sistema de acciones basado en MCP, unas pequeñas extensiones que se ejecutan en el propio móvil y que, según su hoja de ruta, deberían ampliar lo que el dispositivo puede hacer sin depender de un servidor central.
Del reloj al anillo: Pebble atraviesa una fase de relanzamiento en la que busca ampliar su catálogo más allá del smartwatch. Tras recuperar su marca y enviar sus nuevos Pebble 2 Duo, prepara la llegada de Pebble 2 Time con un nivel significativo de demanda previa. En ese escenario aparece Index 01. El propio fundador resume su apuesta afirmando que el anillo ha dejado de ser un dispositivo tecnológico para convertirse en “una extensión del cerebro”, una frase que refleja la ambición con la que la compañía presenta este proyecto.
En Xataka
La nueva Pebble es un recordatorio para la industria tecnológica: hay grandeza en las ambiciones pequeñas
Precio y disponibilidad del Index 01. La compañía sitúa el precio inicial en 75 dólares durante la preventa, con una subida a 99 dólares cuando las primeras unidades empiecen a enviarse a nivel mundial a partir de marzo de 2026. El dispositivo está en fase de validación de diseño y se produce en la misma planta que trabaja con Pebble Time 2, donde se ensamblan los prototipos actuales. Los envíos partirán desde Asia bajo un sistema DDP, de modo que los impuestos y tasas se gestionarán antes de la entrega.
Imágenes | Pebble
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– La noticia
Un anillo que no necesita la nube y no se carga: Pebble quiere que llevemos una “memoria externa” para el cerebro en el dedo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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