Ciencia y Tecnología
México esperaba que el Tren Maya cambiase la economía del país. No está convenciendo ni a turistas ni a locales
Sus locomotoras arrancaron entre promesas de generación de riqueza, empleo y progreso, pero casi dos años después de su primera inauguración el Tren Maya (uno de los proyectos más ambiciosos del expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador) está lejos de las expectativas de sus promotores. No parece estar despertando un interés especial entre los turistas. Tampoco entre los lugareños. De hecho El País acaba de revelar una cifra que da una idea de hasta qué punto ha arrancado con resultados modestos: mueve el 5% de la demanda prevista.
La gran pregunta es… ¿Por qué?
¿Qué es el Tren Maya? Uno de los proyectos estrella de López Obrador y probablemente una de las infraestructuras más ambiciosas desarrolladas en los últimos años en México. El Tren Maya es un circuito ferroviario de más de 1.500 km que atraviesa Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, estados situados en el sudeste, donde están algunas de la regiones más pobres del país.
¿Está operativo? Sí. Tras una construcción marcada por la polémica, los cambios y una inversión milmillonaria que multiplicó el presupuesto inicial, los trenes empezaron a circular hace casi dos años, aunque se pusieron en marcha de forma escalonada. En diciembre de 2023 un sonriente López Obrador participaba en el recorrido inaugural en el tramo Campeche-Cancún. Un año después, ya con Sheinbaum al frente del Gobierno, se completó la puesta en marcha del resto de rutas, incluida la última, entre Campeche y el aeropuerto de Chetumal.
Para celebrarlo y dar un empuje extra a la estructura, el Ejecutivo lanzó un paquete turístico especial para captar usuarios de cara a las Navidades.

¿Por qué es noticia ahora? Porque las cosas no parecen estar yéndole especialmente bien al Tren Maya. Así lo sugieren los datos revelados por El País, que asegura haber accedido a un informe del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) que constata que el arranque del servicio no ha despertado el interés esperado. Durante su primer año de operaciones transportó de media a 3.200 pasajeros diarios. Las previsiones iniciales pasaban por que esa cifra se moviese en 74.000, con lo que no se llegó siquiera al 5% de lo previsto.
Los reporteros que firman la crónica desde México aseguran que en plena temporada alta no es extraño encontrarse con trenes que circulan casi vacíos en algunos tramos y que en las estaciones es habitual cruzarse con más guardias y empleados de limpieza que visitantes. Cuando se habla con turistas que visitan la región algunos reconocen que no habían escuchado hablar del Tren Maya.
¿A qué se debe es pinchazo? La pregunta del millón. Y no es fácil responderla. Los testimonios recabados por El País sugieren que el tren no ha logrado cuajar todavía en ninguno de los dos mercados en los que debería captar pasajeros: el doméstico y el internacional. No acaba de convencer a los lugareños para sus desplazamientos por el sudeste de México, pero tampoco a los turistas extranjeros que quieren conocer la región. El motivo es una suma de factores económicos, logísticos, culturales y de hábitos difíciles de cambiar.
Si hablamos de los lugareños, el Tren Maya pierde atractivo por un motivo sencillo: la ubicación de las estaciones. La compañía militar que lo opera les ofrece descuentos, pero al precio del billete deben sumarle el del transporte para llegar a la terminal. “El tren de mi pueblo está lejos. Si quisiera moverme en tren, básicamente tendría que gastar el doble. Para ir a Mérida tomo el autobús, que es más directo y barato”, explica un guía turístico. A eso se añade lo arraigado que está el uso de otros transportes, como el propio autocar, las motos o taxis.

¿Y qué pasa con los turistas? Pese a los esfuerzos por asentar el servicio entre los turistas extranjeros, el Tren Maya tampoco parece estar triunfando en ese nicho de mercado. Los visitantes siguen llegando a la península del Yucatán, pero sus desplazamientos dependen en gran medida de las compañías de viajes y sus itinerarios, a menudo pactados con empresas de autobuses y hosteleros.
Aunque los usuarios destacan que los trenes son por lo general cómodos y seguros y se ha invertido ya en la promoción del servicio, sigue habiendo turistas que llegan al Yucatán sin haber escuchado hablar siquiera del Tren Maya. Otros no acaban de ver sus ventajas con respecto a alternativas tradicionales, como alquilar un coche para moverse con libertad o pagar tours por adelantado.
¿Por qué es importante? Por varias razones. Para empezar porque el Tren Maya no ha sido solo un proyecto ambicioso. También ha estado marcado por la controversia. Hace poco National Geographic publicaba un reportaje en el que explica cómo su puesta en marcha ha polarizado parte de la sociedad mexicana, con posturas divididas entre quienes creen que ayudará a dinamizar la región y quienes centran el foco en el impacto que ha tenido en el entorno.
Más allá de ese debate sobre los pros y contras del tren, lo innegable es que el proyecto ha costado mucho más de lo previsto inicialmente. En 2023 la cadena BBC aseguraba que de los entre 120.000 y 150.000 millones de pesos mexicanos de los que se hablaba en un inicio se pasó a cerca de 500.000 millones. Ese gran esfuerzo inversor se acompañó de promesas sobre su retorno económico.
¿Qué se espera del tren? “Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una así en la actualidad en el mundo”, destacaba hace dos años, durante su inauguración, López Obrador. E su día incluso se planteó que el tren ayudaría a incentivar el turismo y empleo en algunas de las regiones más empobrecidas de México, con un proyecto que además del ferrocarril contempla museos, hoteles, zonas arqueológicas y hoteles. En 2020 un estudio de la ONU-Habitat llegó a deslizar que ayudaría a sacar de la pobreza a 1,1 millones de personas.
¿Qué dice el Gobierno? Reivindica que la puesta en marcha del tren no ha sido mala. En verano el Gobierno aseguraba que el servicio “va muy bien” y había rebasado el millón de personas. “A 11 de agosto el número de pasajeros del Tren Maya, desde que empezó a operar, es de 1.504.319, y cada vez es mayor”, celebró Sheinbaum, que destaca que la demanda crece entre mexicanos y visitantes.
“Algunos tramos son más utilizados que otros, recuerden que están por llegar más trenes, lo que dará mayor capacidad para operar todavía con mayor número de pasajeros en toda la península”, recalcó. Meses antes la prensa local aseguraba que la huella de los viajeros extranjeros era mínima, con apenas el 6% del pasaje.
Hace solo unas semanas los responsables del Tren Maya aseguraban que están “cada vez más cerca” de su meta anual, que fijan en 1,2 millones de pasajeros. El 17 de noviembre rondaban ya 1,12 millones de viajeros, el 94,1% de la “proyección anual”. En el día de más actividad sus vagones movieron 7.875 personas.
Imágenes | Wikipedia, Tren Maya y Gobierno de México
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La noticia
México esperaba que el Tren Maya cambiase la economía del país. No está convenciendo ni a turistas ni a locales
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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Sus locomotoras arrancaron entre promesas de generación de riqueza, empleo y progreso, pero casi dos años después de su primera inauguración el Tren Maya (uno de los proyectos más ambiciosos del expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador) está lejos de las expectativas de sus promotores. No parece estar despertando un interés especial entre los turistas. Tampoco entre los lugareños. De hecho El País acaba de revelar una cifra que da una idea de hasta qué punto ha arrancado con resultados modestos: mueve el 5% de la demanda prevista.
La gran pregunta es… ¿Por qué?
¿Qué es el Tren Maya? Uno de los proyectos estrella de López Obrador y probablemente una de las infraestructuras más ambiciosas desarrolladas en los últimos años en México. El Tren Maya es un circuito ferroviario de más de 1.500 km que atraviesa Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, estados situados en el sudeste, donde están algunas de la regiones más pobres del país.
¿Está operativo? Sí. Tras una construcción marcada por la polémica, los cambios y una inversión milmillonaria que multiplicó el presupuesto inicial, los trenes empezaron a circular hace casi dos años, aunque se pusieron en marcha de forma escalonada. En diciembre de 2023 un sonriente López Obrador participaba en el recorrido inaugural en el tramo Campeche-Cancún. Un año después, ya con Sheinbaum al frente del Gobierno, se completó la puesta en marcha del resto de rutas, incluida la última, entre Campeche y el aeropuerto de Chetumal.
Para celebrarlo y dar un empuje extra a la estructura, el Ejecutivo lanzó un paquete turístico especial para captar usuarios de cara a las Navidades.
¿Por qué es noticia ahora? Porque las cosas no parecen estar yéndole especialmente bien al Tren Maya. Así lo sugieren los datos revelados por El País, que asegura haber accedido a un informe del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) que constata que el arranque del servicio no ha despertado el interés esperado. Durante su primer año de operaciones transportó de media a 3.200 pasajeros diarios. Las previsiones iniciales pasaban por que esa cifra se moviese en 74.000, con lo que no se llegó siquiera al 5% de lo previsto.
Los reporteros que firman la crónica desde México aseguran que en plena temporada alta no es extraño encontrarse con trenes que circulan casi vacíos en algunos tramos y que en las estaciones es habitual cruzarse con más guardias y empleados de limpieza que visitantes. Cuando se habla con turistas que visitan la región algunos reconocen que no habían escuchado hablar del Tren Maya.
¿A qué se debe es pinchazo? La pregunta del millón. Y no es fácil responderla. Los testimonios recabados por El País sugieren que el tren no ha logrado cuajar todavía en ninguno de los dos mercados en los que debería captar pasajeros: el doméstico y el internacional. No acaba de convencer a los lugareños para sus desplazamientos por el sudeste de México, pero tampoco a los turistas extranjeros que quieren conocer la región. El motivo es una suma de factores económicos, logísticos, culturales y de hábitos difíciles de cambiar.
Si hablamos de los lugareños, el Tren Maya pierde atractivo por un motivo sencillo: la ubicación de las estaciones. La compañía militar que lo opera les ofrece descuentos, pero al precio del billete deben sumarle el del transporte para llegar a la terminal. “El tren de mi pueblo está lejos. Si quisiera moverme en tren, básicamente tendría que gastar el doble. Para ir a Mérida tomo el autobús, que es más directo y barato”, explica un guía turístico. A eso se añade lo arraigado que está el uso de otros transportes, como el propio autocar, las motos o taxis.
¿Y qué pasa con los turistas? Pese a los esfuerzos por asentar el servicio entre los turistas extranjeros, el Tren Maya tampoco parece estar triunfando en ese nicho de mercado. Los visitantes siguen llegando a la península del Yucatán, pero sus desplazamientos dependen en gran medida de las compañías de viajes y sus itinerarios, a menudo pactados con empresas de autobuses y hosteleros.
Aunque los usuarios destacan que los trenes son por lo general cómodos y seguros y se ha invertido ya en la promoción del servicio, sigue habiendo turistas que llegan al Yucatán sin haber escuchado hablar siquiera del Tren Maya. Otros no acaban de ver sus ventajas con respecto a alternativas tradicionales, como alquilar un coche para moverse con libertad o pagar tours por adelantado.
¿Por qué es importante? Por varias razones. Para empezar porque el Tren Maya no ha sido solo un proyecto ambicioso. También ha estado marcado por la controversia. Hace poco National Geographic publicaba un reportaje en el que explica cómo su puesta en marcha ha polarizado parte de la sociedad mexicana, con posturas divididas entre quienes creen que ayudará a dinamizar la región y quienes centran el foco en el impacto que ha tenido en el entorno.
Más allá de ese debate sobre los pros y contras del tren, lo innegable es que el proyecto ha costado mucho más de lo previsto inicialmente. En 2023 la cadena BBC aseguraba que de los entre 120.000 y 150.000 millones de pesos mexicanos de los que se hablaba en un inicio se pasó a cerca de 500.000 millones. Ese gran esfuerzo inversor se acompañó de promesas sobre su retorno económico.
¿Qué se espera del tren? “Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una así en la actualidad en el mundo”, destacaba hace dos años, durante su inauguración, López Obrador. E su día incluso se planteó que el tren ayudaría a incentivar el turismo y empleo en algunas de las regiones más empobrecidas de México, con un proyecto que además del ferrocarril contempla museos, hoteles, zonas arqueológicas y hoteles. En 2020 un estudio de la ONU-Habitat llegó a deslizar que ayudaría a sacar de la pobreza a 1,1 millones de personas.
¿Qué dice el Gobierno? Reivindica que la puesta en marcha del tren no ha sido mala. En verano el Gobierno aseguraba que el servicio “va muy bien” y había rebasado el millón de personas. “A 11 de agosto el número de pasajeros del Tren Maya, desde que empezó a operar, es de 1.504.319, y cada vez es mayor”, celebró Sheinbaum, que destaca que la demanda crece entre mexicanos y visitantes.
“Algunos tramos son más utilizados que otros, recuerden que están por llegar más trenes, lo que dará mayor capacidad para operar todavía con mayor número de pasajeros en toda la península”, recalcó. Meses antes la prensa local aseguraba que la huella de los viajeros extranjeros era mínima, con apenas el 6% del pasaje.
Hace solo unas semanas los responsables del Tren Maya aseguraban que están “cada vez más cerca” de su meta anual, que fijan en 1,2 millones de pasajeros. El 17 de noviembre rondaban ya 1,12 millones de viajeros, el 94,1% de la “proyección anual”. En el día de más actividad sus vagones movieron 7.875 personas.
Imágenes | Wikipedia, Tren Maya y Gobierno de México
En Xataka | Hace 60 años un niño mexicano encontró una píldora radiactiva y se la llevó a casa: fue el inicio de un desastre inexplicable
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México esperaba que el Tren Maya cambiase la economía del país. No está convenciendo ni a turistas ni a locales
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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