Ciencia y Tecnología
Un hombre se implantó un chip en la mano para hacer trucos de magia: todo bien hasta que se olvidó de la contraseña
Que olvidemos de una contraseña es un despiste bastante habitual que normalmente no tiene mayores consecuencias, pero hay casos en los que la cosa es más grave. Hoy hemos conocido la historia de un hombre que ha olvidado la contraseña de un chip que lleva implantado en su mano. Y no tiene forma de recuperarla.
Qué ha pasado. Lo cuentan en Futurism. El protagonista de nuestra historia se llama Zi Teng Wang y hace algunos años pensó que implantarse un chip RFID sería divertido para sus shows de magia. Según narra en su página de Facebook, tras probar varios usos que no le convencieron demasiado, programó el chip para que al escanearlo con un móvil apareciera un meme. Un día, el enlace donde había alojado la imagen dejó de funcionar y, cuando fue a cambiarlo, se dio cuenta de que había olvidado la contraseña del chip, por lo que ahora tiene un chip en la mano que redirige a una página rota.
Una solución. No es posible usar el clásico “he olvidado mi contraseña”, por lo que Zi Teng Wang ha consultado con amigos que tienen conocimientos de tecnología y le han dicho que la única opción para poder recuperar el acceso es hackear el chip. Basta con usar un lector RFID y probar todas las combinaciones posibles. El problema es que lo tiene en la mano, por lo que tendría que atar el lector a su mano o extraer el chip. Al final ha optado por dejarlo estar y se alegra de que el enlace al meme ha vuelto a funcionar.
Biohacking. En 2016 estaba muy de moda lo de implantarse chips RFID o NFC en el cuerpo. La tecnología RFID es la misma que se usa en los chips que se implantan en perros y gatos, mientras que el NFC es el que solemos usar para pasar datos entre móviles o pagar. Estos chips no tienen batería, sino que funcionan de forma pasiva “respondiendo” con la identificación cuando se acerca un lector.
Hace años había personas que lo hacían para poder abrir puertas o desbloquear su ordenador simplemente acercando la mano y también para pasar su información de contacto. Actualmente, el biohacking original ha quedado eclipsado por propuestas más ambiciosas que apuntan a la longevidad extrema con figuras como Bryan Johnson y tecnologías más avanzadas como los chips cerebrales que proponen empresas como Neuralink.
Olvidos épicos. Quedarte con un chip en tu cuerpo que no sirve para nada es una faena, pero es hasta divertido si lo comparamos con otros casos de contraseñas olvidadas. En 2021 conocimos la historia de un ingeniero alemán que perdió la contraseña de su cartera de bitcoin, cuyo valor ascendía a 256 millones de euros. Y no ha sido el único, se estima que hay al menos 3,7 millones de bitcoin perdidos por el mismo motivo.
Imagen | Cottonbro Studio en Pexels, editada
En Xataka | Gestores de contraseñas: cuáles son los mejores para proteger y recordar todas las que tengas
–
La noticia
Un hombre se implantó un chip en la mano para hacer trucos de magia: todo bien hasta que se olvidó de la contraseña
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Amparo Babiloni
.
Que olvidemos de una contraseña es un despiste bastante habitual que normalmente no tiene mayores consecuencias, pero hay casos en los que la cosa es más grave. Hoy hemos conocido la historia de un hombre que ha olvidado la contraseña de un chip que lleva implantado en su mano. Y no tiene forma de recuperarla.
Qué ha pasado. Lo cuentan en Futurism. El protagonista de nuestra historia se llama Zi Teng Wang y hace algunos años pensó que implantarse un chip RFID sería divertido para sus shows de magia. Según narra en su página de Facebook, tras probar varios usos que no le convencieron demasiado, programó el chip para que al escanearlo con un móvil apareciera un meme. Un día, el enlace donde había alojado la imagen dejó de funcionar y, cuando fue a cambiarlo, se dio cuenta de que había olvidado la contraseña del chip, por lo que ahora tiene un chip en la mano que redirige a una página rota.
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Biohacking. En 2016 estaba muy de moda lo de implantarse chips RFID o NFC en el cuerpo. La tecnología RFID es la misma que se usa en los chips que se implantan en perros y gatos, mientras que el NFC es el que solemos usar para pasar datos entre móviles o pagar. Estos chips no tienen batería, sino que funcionan de forma pasiva “respondiendo” con la identificación cuando se acerca un lector.
Hace años había personas que lo hacían para poder abrir puertas o desbloquear su ordenador simplemente acercando la mano y también para pasar su información de contacto. Actualmente, el biohacking original ha quedado eclipsado por propuestas más ambiciosas que apuntan a la longevidad extrema con figuras como Bryan Johnson y tecnologías más avanzadas como los chips cerebrales que proponen empresas como Neuralink.
Olvidos épicos. Quedarte con un chip en tu cuerpo que no sirve para nada es una faena, pero es hasta divertido si lo comparamos con otros casos de contraseñas olvidadas. En 2021 conocimos la historia de un ingeniero alemán que perdió la contraseña de su cartera de bitcoin, cuyo valor ascendía a 256 millones de euros. Y no ha sido el único, se estima que hay al menos 3,7 millones de bitcoin perdidos por el mismo motivo.
Imagen | Cottonbro Studio en Pexels, editada
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por
Amparo Babiloni
.

