Hay algo de decepción, pero nada amargo. En la historia de Yas Marina Circuit ha habido domingos triunfales, pero también noches en las que se han gestado auténticos dramas deportivos, sobre todo tras las carreras de Ferrari en 2010 y, especialmente, la de Mercedes en 2021.
Pues bien, en Red Bull Racing, tras la última bandera a cuadros de la temporada, no hay nada de eso; un poco de pesar podría surgir en los próximos días, pero el equipo celebró con justicia la octava victoria de la temporada. Max Verstappen y Red Bull sabían que no podían contar solo con sus fuerzas, pero respecto a lo que estaba bajo su control directo, durante el fin de semana en Yas Marina hicieron todo lo posible.
Perder así duele menos. Max no se llevó la quinta corona, pero la temporada 2025 es probablemente la que más le ha dado en términos de reconocimiento y prestigio. Con el triunfo en Abu Dhabi se convirtió en el piloto más ganador de la temporada; la remontada iniciada en Monza será recordada como una de las persecuciones más impresionantes en la historia de la Fórmula 1. Faltó el golpe final (por dos puntos), pero tiene poco sentido lamentarse por lo que se dejó en el camino durante una temporada larga e intensa.
“No queremos pensar ahora en las circunstancias en las que dejamos dos puntos por el camino —admitió Laurent Mekies—, quizás lo hagamos en invierno, pero solo para aprender de algún error que cometimos”. Si en Milton Keynes elaboran realmente la lista, el número de episodios será considerable, pero lo mismo podría surgir de un análisis interno en McLaren F1.
Volviendo al fin de semana de Abu Dhabi, Verstappen nunca tuvo el mundial en sus manos. La presión de los rivales fue intensa, y el “dos contra uno” jugó un papel importante en la carrera de Yas Marina, empezando por la estrategia diferenciada elegida al inicio para Piastri (neumáticos duros) y Norris (neumáticos medios).
Foto de: James Sutton / Formula 1 / Formula Motorsport Ltd via Getty Images
Max se mantuvo informado durante toda la carrera sobre las posiciones detrás de él; el ingeniero Giampiero Lambiase se convirtió por ocasión en comentarista por radio, describiendo las fases más intensas de la carrera. Pero nunca existió un escenario hipotético que pudiera haber volteado el resultado a favor de Max. Aun así, sigue siendo un triunfo contundente de etapa, de eso no hay duda: la dupla más rápida del fin de semana fue Verstappen-Red Bull.
“Una victoria en carrera como la de hoy, y también la pole position conseguida ayer, son actuaciones importantes —comentó Laurent Mekies—. Hemos logrado terminar la temporada en esta forma gracias a todos los que trabajaron duro en este coche. La semana pasada en Qatar no tuvimos un rendimiento dominante como este fin de semana; debemos sentirnos orgullosos de lo logrado. No creo que en los últimos años haya habido una recuperación como la que el equipo en su conjunto ha conseguido desde finales del verano hasta este fin de semana; debemos estar orgullosos y afrontar un invierno que requerirá mucha confianza en nosotros mismos, en nuestras metodologías y en nuestras herramientas”.
Red Bull perdió con estilo; hace años eso no habría sido evidente. Hoy la furia competitiva sigue presente, pero dirigida en otras direcciones. Es el toque de Mekies, que estuvo cerca de celebrar un mundial que habría sido suyo solo en parte.
A partir de mañana se pasa página: 2026 se pone en primer plano y dependerá completamente del nuevo director del equipo. Red Bull se convierte en un constructor global; hay muchas incógnitas, pero también muchas certezas sobre la cohesión de un grupo de trabajo que, incluso esta temporada, aunque derrotado, ha dejado una huella importante.
