Kylian Mbappé volvió a escribir otra página de grandeza con la camiseta del Real Madrid. En un escenario tan imponente y emocional como San Mamés -donde el propio francés admitió haber tocado fondo la temporada pasada– el delantero respondió con una actuación que solo está al alcance de los futbolistas llamados a marcar época.
El ’10’ firmó un gol antológico para abrir el marcador. Una obra de arte que recordó a los mejores días de Ronaldo Nazario: arrancó desde casi el centro del campo, aceleró con potencia, quebró a su rival con insultante facilidad y lanzó un derechazo cruzado imposible para Unai Simón. Un golazo descomunal, probablemente el mejor desde que viste de blanco.
El tanto en San Mamés fue su sexto gol desde fuera del área esta temporada, cifra que ningún jugador iguala en las cinco grandes ligas. Mbappé se mueve en registros que desafían cualquier lógica: suma 30 goles y 7 asistencias en 24 partidos entre el Real Madrid (25 goles y 4 asistencias) y la selección francesa (5 y 3).
Estos números lo encaminan con fuerza hacia todos los grandes premios individuales del año. Con su gol en LaLiga, igualó momentáneamente a Erling Haaland en la lucha por la Bota de Oro, ambos con 15 dianas… pero el empate duró poco.
Al minuto 59, Mbappé volvió a aparecer con otro latigazo imparable desde la frontal del área para sellar su segundo tanto de la noche. Un golpe de autoridad más en un estadio que antes le dolió y que hoy lo teme cada vez que acelera con el balón.
Lo más impresionante es que, antes de que se cumplieran los primeros diez minutos de partido, Mbappé ya acumulaba cifras de otro planeta: dos regates completados, dos posesiones recuperadas, dos remates a puerta y un gol. Una declaración de intenciones desde el pitazo inicial.
La hoja de servicios del francés en el curso 2025/26 ya parece irreal: seis dobletes, un hat-trick y un póker. Su impacto en cada partido es inmediato, determinante y sostenido. Mbappé no solo resuelve, sino que domina, rompe defensas, condiciona partidos y lleva al Real Madrid en volandas en todas las competiciones.
Con este nivel, la pregunta ya no es si Mbappé está en su mejor momento, sino cuántas barreras más puede romper. El Balón de Oro lo mira de frente… y él, como siempre, responde dentro del campo.
