Ciencia y Tecnología
Hemos encontrado el árbol vivo más antiguo de la UE. Está en el Teide y casi coincidió con el Imperio Romano
España es un monstruo del turismo, y uno de los puntos más visitados es el Teide. El territorio del volcán es imponente, y en una de sus laderas se esconde Bárbol. Como el personaje de ‘El Señor de los Anillos’, Bárbol, un cedro canario que era el árbol vivo más longevo de la Unión Europea. Y decimos “era” porque acaba de ser superado por uno de su misma especie.
Uno al que se le estiman 1.544 años.
Clonal o no clonal, esa es la cuestión. Antes de entrar en el descubrimiento, aclaremos un concepto importante cuando hablamos de los árboles vivos más viejos. Hay dos categorías principales: clonales y no clonales. Y entenderlos es bastante sencillo:
- Un árbol no clonal es un individuo, el concepto tradicional de árbol que crece a partir de una semilla. Es un individuo único con su sistema de raíces y un tronco principal.
- Un árbol clonal es uno que nace a partir de un sistema de raíces. Por ejemplo, unas raíces pueden dar lugar a un árbol que crece y muere, y a partir de esas mismas raíces, luego nace otro árbol, siendo un “clon” del original.
Otro cedro canario. Hallado por investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioingeniería del Campus Duques de Soria y por expertos del instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid, el ejemplar recién descubierto tiene la friolera de 1.544 años y es, al igual que Bárbol, un cedro canario. Lo supera por varios años, ya que se estima que Bárbol tiene 1.481 años, y afortunadamente para estos dos ejemplares, están muy alejados de las zonas turísticas y de influencia humana.
Esto les ha permitido estar milenio y medio en el mismo lugar en el que nacieron, sin preocuparse por la deforestación de la zona causada por los humanos, y tampoco han sido afectados por las erupciones del volcán. Para acceder al nuevo ejemplar, los investigadores tuvieron que ser asistidos por escaladores locales para poder acceder a esas zonas remotas del Parque Nacional del Teide para poder tomar las muestras.
Así encontraron a Bárbol
Importancia. Así, han podido realizar un inventario de cedros milenarios localizados en estas zonas de difícil acceso. De los 25 ejemplares analizados con la técnica del carbono 14, se ha evidenciado la existencia de ocho milenarios, tres de ellos sobrepasando los 1.500 años. Son el testigo de una antigua población de cedros que habrían cubierto gran parte del parque.
El equipo ha comentado que se trata de una de las concentraciones de árboles milenarios más importantes de la Unión Europea y, además, que “su persistencia se debe a la inaccesibilidad de los roquedos en los que viven”. Una suerte.
Su valor científico, además, es enorme, ya que es como un registro histórico del clima. Estudiar anillos de árboles milenarios permite que reconstruyamos la historia climática de la región, obteniendo datos sobre patrones de lluvias y sequías, trazar una evolución de las temperaturas y, en el caso del Teide, identificar la frecuencia de los eventos volcánicos.
Todo depende del “porte”. Los responsables de este hallazgo son los mismos que ya fecharon a Bárbol en 2022, y hay que decir que en Finlandia encontraron un enebro con un siglo más en sus cortezas. Bautizado como Utsjoki, en un primer análisis en 2021 se le echaron 1.242 años, pero tras el descubrimiento de Bárbol, repitieron análisis y se encontraron con que tenía muchos más: 1.647 años.
Pero como en estas cosas los tecnicismos tienen su importancia, hay que decir que… todos tienen razón al afirmar que el “suyo” es el más longevo. La diferencia está en el porte arbóreo de cada sujeto. Los dos son no clonales, pero mientras el enebro finlandés tenía un porte arbustivo, el canario tiene un porte arbóreo.
Y… bueno, también hay que decir el enebro murió en 1906, así que los dos canarios son los árboles vivos más longevos.
Así encontraron a Utsjoki. | Foto: UTU, Marco Carrer
Leyendas. Es evidente que hay una “competición” por encontrar el árbol más antiguo, pero esto no es una carrera para convertirlo en algo turístico, como si puede darse con otros hallazgos, sino por contar con nuevos ejemplares que nos permitan obtener una radiografía histórica del terreno en el que están.
Aparte de los ejemplares estudiados con métodos como el carbono 14 pertenecientes a esa clasificación de árboles no clonales, tenemos ejemplares como el Old Tjikko sueco de 9.560 años. La “trampa” es que es un ejemplar clonal, por lo que el sistema de raíces sí tiene esos casi 10.000 años, pero los troncos que aparecen cada cierto tiempo sólo alcanzan algunos siglos de vida.
Y, por último, los que pertenecen al “folklore”, como el tejo de Llangernyw en Gales que, situado en el cementerio de una iglesia, estiman que tiene unos 5.000 años o el tejo de Fortingall en Escocia con entre 3.000 y 9.000 años. Un abanico demasiado amplio.
Imágenes | Jens Steckert, UVa
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La noticia
Hemos encontrado el árbol vivo más antiguo de la UE. Está en el Teide y casi coincidió con el Imperio Romano
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.
España es un monstruo del turismo, y uno de los puntos más visitados es el Teide. El territorio del volcán es imponente, y en una de sus laderas se esconde Bárbol. Como el personaje de ‘El Señor de los Anillos’, Bárbol, un cedro canario que era el árbol vivo más longevo de la Unión Europea. Y decimos “era” porque acaba de ser superado por uno de su misma especie.
Uno al que se le estiman 1.544 años.
Clonal o no clonal, esa es la cuestión. Antes de entrar en el descubrimiento, aclaremos un concepto importante cuando hablamos de los árboles vivos más viejos. Hay dos categorías principales: clonales y no clonales. Y entenderlos es bastante sencillo:
Un árbol no clonal es un individuo, el concepto tradicional de árbol que crece a partir de una semilla. Es un individuo único con su sistema de raíces y un tronco principal.Un árbol clonal es uno que nace a partir de un sistema de raíces. Por ejemplo, unas raíces pueden dar lugar a un árbol que crece y muere, y a partir de esas mismas raíces, luego nace otro árbol, siendo un “clon” del original.
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Otro cedro canario. Hallado por investigadores de la Escuela de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioingeniería del Campus Duques de Soria y por expertos del instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid, el ejemplar recién descubierto tiene la friolera de 1.544 años y es, al igual que Bárbol, un cedro canario. Lo supera por varios años, ya que se estima que Bárbol tiene 1.481 años, y afortunadamente para estos dos ejemplares, están muy alejados de las zonas turísticas y de influencia humana.
Esto les ha permitido estar milenio y medio en el mismo lugar en el que nacieron, sin preocuparse por la deforestación de la zona causada por los humanos, y tampoco han sido afectados por las erupciones del volcán. Para acceder al nuevo ejemplar, los investigadores tuvieron que ser asistidos por escaladores locales para poder acceder a esas zonas remotas del Parque Nacional del Teide para poder tomar las muestras.
Así encontraron a Bárbol
Importancia. Así, han podido realizar un inventario de cedros milenarios localizados en estas zonas de difícil acceso. De los 25 ejemplares analizados con la técnica del carbono 14, se ha evidenciado la existencia de ocho milenarios, tres de ellos sobrepasando los 1.500 años. Son el testigo de una antigua población de cedros que habrían cubierto gran parte del parque.
El equipo ha comentado que se trata de una de las concentraciones de árboles milenarios más importantes de la Unión Europea y, además, que “su persistencia se debe a la inaccesibilidad de los roquedos en los que viven”. Una suerte.
Su valor científico, además, es enorme, ya que es como un registro histórico del clima. Estudiar anillos de árboles milenarios permite que reconstruyamos la historia climática de la región, obteniendo datos sobre patrones de lluvias y sequías, trazar una evolución de las temperaturas y, en el caso del Teide, identificar la frecuencia de los eventos volcánicos.
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Todo depende del “porte”. Los responsables de este hallazgo son los mismos que ya fecharon a Bárbol en 2022, y hay que decir que en Finlandia encontraron un enebro con un siglo más en sus cortezas. Bautizado como Utsjoki, en un primer análisis en 2021 se le echaron 1.242 años, pero tras el descubrimiento de Bárbol, repitieron análisis y se encontraron con que tenía muchos más: 1.647 años.
Pero como en estas cosas los tecnicismos tienen su importancia, hay que decir que… todos tienen razón al afirmar que el “suyo” es el más longevo. La diferencia está en el porte arbóreo de cada sujeto. Los dos son no clonales, pero mientras el enebro finlandés tenía un porte arbustivo, el canario tiene un porte arbóreo.
Y… bueno, también hay que decir el enebro murió en 1906, así que los dos canarios son los árboles vivos más longevos.
Así encontraron a Utsjoki. | Foto: UTU, Marco Carrer
Leyendas. Es evidente que hay una “competición” por encontrar el árbol más antiguo, pero esto no es una carrera para convertirlo en algo turístico, como si puede darse con otros hallazgos, sino por contar con nuevos ejemplares que nos permitan obtener una radiografía histórica del terreno en el que están.
Aparte de los ejemplares estudiados con métodos como el carbono 14 pertenecientes a esa clasificación de árboles no clonales, tenemos ejemplares como el Old Tjikko sueco de 9.560 años. La “trampa” es que es un ejemplar clonal, por lo que el sistema de raíces sí tiene esos casi 10.000 años, pero los troncos que aparecen cada cierto tiempo sólo alcanzan algunos siglos de vida.
Y, por último, los que pertenecen al “folklore”, como el tejo de Llangernyw en Gales que, situado en el cementerio de una iglesia, estiman que tiene unos 5.000 años o el tejo de Fortingall en Escocia con entre 3.000 y 9.000 años. Un abanico demasiado amplio.
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En Xataka | Incluso cuando España lo hace bien, le sale mal: llegar a ser el tercer país más boscoso de Europa se ha convertido en un problema
– La noticia
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fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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