Ciencia y Tecnología
Una semana con el Audi Q5 TDI me ha servido para recordarme algo que parecía ya olvidado: el diésel vive, la lucha sigue
Diésel, 204 CV y pegatina ECO.
Aberración para unos. Música celestial para otros. Audi mantiene en su gama uno de esos coches que es una apuesta segura para los adeptos a la marca. Pero, sobre todo, para quienes viajan largo y tendido por carretera, los que quieren un coche de reacciones cómodas y seguras y, de paso, se llevan una etiqueta ECO que le confiere ciertas ventajas a la hora de entrar a grandes ciudades.
El Audi Q5 es el recuerdo de que no son ya muchos pero sí, el diésel sigue siendo una buena alternativa para un perfil de conductor muy concreto. La compañía, además, ha renovado uno de sus SUV superventas con un arsenal tecnológico que puede llegar a incluir una pantalla para el copiloto.
Ficha técnica del Audi Q5
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Audi Q5 TDI quattro 150 kW (204 CV) |
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|---|---|
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TIPO DE CARROCERÍA. |
SUV de cinco plazas |
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MEDIDAS Y PESO. |
4,86 metros de largo, 1,89 metros de ancho, 1,66 metros de alto. Distancia entre ejes de 2,82 metros. 1.910 kg de peso. |
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MALETERO. |
520 litros |
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POTENCIA MÁXIMA. |
204 CV |
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CONSUMO WLTP. |
5,9 l/100 km |
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DISTINTIVO AMBIENTAL. |
ECO |
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AYUDAS A LA CONDUCCIÓN (ADAS). |
Frenado automático de emergencia, información inteligente de límites de velocidad, asistencia en el aparcamiento, vigilancia de fatiga en el conductor, ayuda al aparcamiento y alerta de salida del carril y mantenimiento en el mismo. |
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OTROS. |
Sistema operativo construido sobre Android Automotive. Android Auto y Apple CarPlay, mediante Bluetooth. Dos puertos USB C para las plazas delanteras y traseras. Carga inalámbrica para el teléfono móvil. |
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HÍBRIDO ELÉCTRICO. |
Sí, versiones MHEV con batería de 48v. |
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HÍBRIDO enchufable. |
Sí, versión de 220 kW (299 CV) de 98 kilómetros de autonomía eléctrica. |
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eléctrico |
No. |
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precio y lanzamiento |
Ya disponible desde 66.600 euros. Unidad probada 76.300 euros. |
Diésel, ¿por qué no?
Apenas el 5,6% de todos los coches comprados en España han sido diésel entre enero y octubre de 2026. La imagen es radicalmente distinta a la de unos años. En 2010, más del 70% de los coches que se compraban en España utilizaban esta mecánica. Daba igual si el coche se iba a utilizar en largas tiradas por carretera o en un entorno urbano y sus circunvalaciones.
Con los años, las normativas europeas han puesto coto a este combustible, menos gastón que un gasolina en condiciones similares y más limpio si hablamos de emisiones de CO2 pero mucho más contaminante si nos centramos en las emisiones NOx o en las partículas finas.
Esto nos ha llevado al AdBlue, los filtros de partículas y sus dolorosas averías. Una tecnología que desaconseja los trayectos cortos y repetitivos en los que el motor no alcanza la temperatura óptima para quemar las partículas contaminantes, obligan a regeneraciones forzosas que, cuando no se completan, terminan por derivar en averías.
Pero como todo en esta vida, no todo es blanco o negro. Primero porque hay quien la fórmula del diésel no sólo le sigue encajando, además, le sigue gustando por mantener ese empuje desde muy abajo. Y segundo porque este Audi Q5 TDI de 204 CV no suma en la categoría de coche diésel. La compañía tiene aquí un mild hyrbrid que accede a la pegatina ECO, un valor de compra que ya es casi imprescindible en un coche de más de 60.000 euros.
Esa pegatina ECO la consigue por un sistema de hibridación suave que sigue impactando menos en el consumo y emisiones que un híbrido eléctrico “a lo Toyota” pero que sí es más capaz que la mayoría de alternativas en el mercado. Y es que el sistema eléctrico, que consta de una batería de 1,7 kWh de capacidad y un motor de 24 CV permite mover el coche por sí mismo y no solo apoyar al motor de combustión.
Lo hace durante unos metros o en maniobras de aparcamiento y resulta especialmente cómodo en este último caso en el que se apaga el motor y el estacionamiento resulta más agradable. También puede apagar el motor de combustión en marcha cuando se levanta el pie del acelerador para circular a vela y ahorrar unas décimas en el consumo final.

Es aquí donde más brilla el Audi Q5. En carretera abierta es donde consigue sus mejores resultados porque su dinámica tiene todo lo que podemos esperar de la marca: un coche cómodo, con una dirección directa y de reacciones muy nobles. Especialmente con la suspensión neumática que hemos probado, la cual reduce ligeramente la altura con el modo deportivo activado mejorando el posible balanceo de la carrocería que se torna casi inexistente a menos que nos propongamos ir más deprisa de lo que toca en una carretera secundaria.
También es su mejor cara porque es allí donde el motor de combustión se hace menos presente. Y es que a velocidades bajas o cuando metemos carga al pedal del acelerador para salir de un apuro, se escucha y se siente el motor de combustión. Este diésel está menos refinado que, por ejemplo, el seis cilindros en línea del Mazda CX-60, el cual es una delicia. No hablamos de un coche que se siente ruidoso pero sí se deja notar su presencia en las aceleraciones o en ciudad donde las velocidades más bajas no tapan el sonido del motor.
Son detalles que nos dejan con ganas de más. Lo mismo sucede en el interior con algunas luces y sombras aunque son las primeras las que brillan por encima de las segundas.
Y es que el ajuste de todos los materiales del interior es bueno. Se utilizan materiales blandos en la mayoría de los sitios donde nos llega la mano pero conforme bajamos hacia el suelo son más presentes los plásticos duros, lo que rebaja la sensación premium que deberíamos tener en un coche que parte por encima de los 60.000 euros. A esto se suma la ausencia de mandos físicos para la climatización y la sustitución de mandos que antaño eran de aluminio por piezas de plástico terminadas en negro piano que son difíciles de mantener limpias.



Disposición de las aplicaciones en la pantalla central
Más allá de la propia ergonomía de tener accesos directos para subir o bajar la temperatura o seleccionar las luces (que se encuentran en la puerta recogidas en una sola pieza de plástico), son decisiones que bajan la percepción de calidad general de un vehículo y que, sin que sepas muy bien por qué, no te generan esa buena sintonía de hace algunos años. Eso sí, Audi no es la única que ha optado por este camino y es habitual encontrarse con interiores similares (en cuanto a percepción de calidad) en coches de Mercedes o BMW.
Lo que sí me gusta más es la disposición de las pantallas. Creo que el diseño que ha tomado Audi es acertado, con una estética más conservadora que BMW o Mercedes pero ofreciendo una imagen moderna la mismo tiempo. Además, se ha trabajado por cuidar mucho la doble pantalla OLED (11,9 para el cuadro de instrumentos y 14,5 pulgadas para la central) que se sienten gemelas y tienen una resolución extraordinaria. La calidad del panel es muy alta y se lee a la perfección en cualquier situación. La del pasajero sí que es LCD pero se extiende hasta las 10,9 pulgadas.

El sistema de infoentretenimiento me resulta cómodo. Es fácil moverse por los menús y tampoco cuenta con una batería de aplicaciones que apabullen al conductor durante los primeros días. Los mandos del volante requieren algo de adaptación pero es sencillo hacerse a los mismos y recordar los comandos.
Además, cuenta con un botón de “favoritos” que hace las veces de atajo rápido si, por ejemplo, queremos eliminar el aviso de alerta de exceso de velocidad. A este panel de ayudas a la conducción también es muy sencillo llegar una vez arrancas el coche. Con un solo toque podemos acceder la mismo para desactivar lo que consideremos necesario.
La pantalla central tiene otras ventajas. La detección de las pulsaciones es muy buena y está acompañada de un pequeño “click” sonoro que ayuda a mantener esa sensación de botón a la vieja usanza. Sumado a que la climatización está situada en la zona inferior, podemos salvar la mayoría de las situaciones a las que nos solemos enfrentar en marcha sin recurrir a múltiples toques en la pantalla. Además, el navegador es muy cómodo y replica las indicaciones en el cuadro de instrumentos o el Head-Up Display, muy nítido en este caso. Además, esas indicaciones también se replican cuando utilizamos Android Auto o Apple CarPlay.
Tengo más dudas con la pantalla para el copiloto y hasta desaconsejaría su incorporación. Es evidente que su calidad no es tan buena como la central, aporta pocas funciones a las que el pasajero no llega con facilidad desde su posición en el panel contiguo y, además, hemos sufrido un calentamiento constante cuando lleva tiempo encendida. Ese calentamiento ya lo hemos sufrido en otros coches de la marca por lo que es un problema que se ha venido repitiendo en los últimos lanzamientos.

La conclusión de Xataka
En resumen, el Audi Q5 TDI de 204 CV es un coche conservador, perfecto para quien tiene claro que sigue queriendo un coche diésel y disfruta con él. Contar con la pegatina ECO es un aliciente que no es ni mucho menos menor porque si necesitas entrar a una ciudad como Madrid, por ejemplo, no debes pensar por dónde puedes circular o si es impresicindible que estaciones el coche en un aparcamiento subterráneo. A esto hay que sumar los descuentos por aparcamiento que también se proponen en algunos municipios.
Por dentro, el Audi Q5 es un coche correcto para el precio que tiene. No deslumbra pero, precisamente por eso, su disposición de las pantallas y su manejo pueden convencer a los clientes que saltan de un coche con más de siete u ocho años en el mercado y que buscando entre las alternativas premium alemanas se han encontrado con proposiciones más arriesgadas u complejas en coches de BMW o Mercedes. Sumado a que la calidad de los paneles, su resolución, fluidez y tacto es excelente.
Dicho todo esto, me reafirmo en que el Audi Q6 eléctrico es mejor coche. Solo recomendaría la versión diésel frente a la eléctrica a quienes hacen muchos kilómetros diarios a un ritmo alto y con paradas muy breves.
Incluso para quienes sean habituales los viajes de largo recorrido por carretera rápida, la versión eléctrica me puede parecer mejor inversión teniendo en cuenta que su autonomía en autopista a velocidad legal se va hasta los por encima de los 400 kilómetros y que gracias a su potencia de carga de 225 kW puede recuperar el 80% de la batería (es decir, tendría por delante otra tirada de más de 300 kilómetros) en 21 minutos desde el 10%.
Aunque un poco más grande, el Audi Q6 es más ágil y el cliente se olvida del cierto cuidado que hay que llevar con un motor diésel moderno si se va utilizar recurrentemente en desplazamientos cortos. Con todo, esta opción de combustión sigue siendo una gran opción para quienes no tengan ganas de pensar en cargadores o potencias de carga cuando se gastan más de 60.000 euros en un coche.
Sí, el diésel vive y la lucha sigue.
Al menos, para ese tipo de cliente.
Fotos | Xataka
–
La noticia
Una semana con el Audi Q5 TDI me ha servido para recordarme algo que parecía ya olvidado: el diésel vive, la lucha sigue
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
.
Diésel, 204 CV y pegatina ECO.
Aberración para unos. Música celestial para otros. Audi mantiene en su gama uno de esos coches que es una apuesta segura para los adeptos a la marca. Pero, sobre todo, para quienes viajan largo y tendido por carretera, los que quieren un coche de reacciones cómodas y seguras y, de paso, se llevan una etiqueta ECO que le confiere ciertas ventajas a la hora de entrar a grandes ciudades.
El Audi Q5 es el recuerdo de que no son ya muchos pero sí, el diésel sigue siendo una buena alternativa para un perfil de conductor muy concreto. La compañía, además, ha renovado uno de sus SUV superventas con un arsenal tecnológico que puede llegar a incluir una pantalla para el copiloto.
Ficha técnica del Audi Q5
Audi Q5 TDI quattro 150 kW (204 CV)
TIPO DE CARROCERÍA.
SUV de cinco plazas
MEDIDAS Y PESO.
4,86 metros de largo, 1,89 metros de ancho, 1,66 metros de alto. Distancia entre ejes de 2,82 metros. 1.910 kg de peso.
MALETERO.
520 litros
POTENCIA MÁXIMA.
204 CV
CONSUMO WLTP.
5,9 l/100 km
DISTINTIVO AMBIENTAL.
ECO
AYUDAS A LA CONDUCCIÓN (ADAS).
Frenado automático de emergencia, información inteligente de límites de velocidad, asistencia en el aparcamiento, vigilancia de fatiga en el conductor, ayuda al aparcamiento y alerta de salida del carril y mantenimiento en el mismo.
OTROS.
Sistema operativo construido sobre Android Automotive. Android Auto y Apple CarPlay, mediante Bluetooth. Dos puertos USB C para las plazas delanteras y traseras. Carga inalámbrica para el teléfono móvil.
HÍBRIDO ELÉCTRICO.
Sí, versiones MHEV con batería de 48v.
HÍBRIDO enchufable.
Sí, versión de 220 kW (299 CV) de 98 kilómetros de autonomía eléctrica.
eléctrico
No.
precio y lanzamiento
Ya disponible desde 66.600 euros. Unidad probada 76.300 euros.
Diésel, ¿por qué no?Apenas el 5,6% de todos los coches comprados en España han sido diésel entre enero y octubre de 2026. La imagen es radicalmente distinta a la de unos años. En 2010, más del 70% de los coches que se compraban en España utilizaban esta mecánica. Daba igual si el coche se iba a utilizar en largas tiradas por carretera o en un entorno urbano y sus circunvalaciones.
Con los años, las normativas europeas han puesto coto a este combustible, menos gastón que un gasolina en condiciones similares y más limpio si hablamos de emisiones de CO2 pero mucho más contaminante si nos centramos en las emisiones NOx o en las partículas finas.
Esto nos ha llevado al AdBlue, los filtros de partículas y sus dolorosas averías. Una tecnología que desaconseja los trayectos cortos y repetitivos en los que el motor no alcanza la temperatura óptima para quemar las partículas contaminantes, obligan a regeneraciones forzosas que, cuando no se completan, terminan por derivar en averías.
En Xataka
Ante el lento avance del coche eléctrico, España tiene una alternativa olvidada: el combustible 100% renovable
Pero como todo en esta vida, no todo es blanco o negro. Primero porque hay quien la fórmula del diésel no sólo le sigue encajando, además, le sigue gustando por mantener ese empuje desde muy abajo. Y segundo porque este Audi Q5 TDI de 204 CV no suma en la categoría de coche diésel. La compañía tiene aquí un mild hyrbrid que accede a la pegatina ECO, un valor de compra que ya es casi imprescindible en un coche de más de 60.000 euros.
Esa pegatina ECO la consigue por un sistema de hibridación suave que sigue impactando menos en el consumo y emisiones que un híbrido eléctrico “a lo Toyota” pero que sí es más capaz que la mayoría de alternativas en el mercado. Y es que el sistema eléctrico, que consta de una batería de 1,7 kWh de capacidad y un motor de 24 CV permite mover el coche por sí mismo y no solo apoyar al motor de combustión.
Lo hace durante unos metros o en maniobras de aparcamiento y resulta especialmente cómodo en este último caso en el que se apaga el motor y el estacionamiento resulta más agradable. También puede apagar el motor de combustión en marcha cuando se levanta el pie del acelerador para circular a vela y ahorrar unas décimas en el consumo final.
Es aquí donde más brilla el Audi Q5. En carretera abierta es donde consigue sus mejores resultados porque su dinámica tiene todo lo que podemos esperar de la marca: un coche cómodo, con una dirección directa y de reacciones muy nobles. Especialmente con la suspensión neumática que hemos probado, la cual reduce ligeramente la altura con el modo deportivo activado mejorando el posible balanceo de la carrocería que se torna casi inexistente a menos que nos propongamos ir más deprisa de lo que toca en una carretera secundaria.
También es su mejor cara porque es allí donde el motor de combustión se hace menos presente. Y es que a velocidades bajas o cuando metemos carga al pedal del acelerador para salir de un apuro, se escucha y se siente el motor de combustión. Este diésel está menos refinado que, por ejemplo, el seis cilindros en línea del Mazda CX-60, el cual es una delicia. No hablamos de un coche que se siente ruidoso pero sí se deja notar su presencia en las aceleraciones o en ciudad donde las velocidades más bajas no tapan el sonido del motor.
Son detalles que nos dejan con ganas de más. Lo mismo sucede en el interior con algunas luces y sombras aunque son las primeras las que brillan por encima de las segundas.
Y es que el ajuste de todos los materiales del interior es bueno. Se utilizan materiales blandos en la mayoría de los sitios donde nos llega la mano pero conforme bajamos hacia el suelo son más presentes los plásticos duros, lo que rebaja la sensación premium que deberíamos tener en un coche que parte por encima de los 60.000 euros. A esto se suma la ausencia de mandos físicos para la climatización y la sustitución de mandos que antaño eran de aluminio por piezas de plástico terminadas en negro piano que son difíciles de mantener limpias.
Disposición de las aplicaciones en la pantalla central
Más allá de la propia ergonomía de tener accesos directos para subir o bajar la temperatura o seleccionar las luces (que se encuentran en la puerta recogidas en una sola pieza de plástico), son decisiones que bajan la percepción de calidad general de un vehículo y que, sin que sepas muy bien por qué, no te generan esa buena sintonía de hace algunos años. Eso sí, Audi no es la única que ha optado por este camino y es habitual encontrarse con interiores similares (en cuanto a percepción de calidad) en coches de Mercedes o BMW.
Lo que sí me gusta más es la disposición de las pantallas. Creo que el diseño que ha tomado Audi es acertado, con una estética más conservadora que BMW o Mercedes pero ofreciendo una imagen moderna la mismo tiempo. Además, se ha trabajado por cuidar mucho la doble pantalla OLED (11,9 para el cuadro de instrumentos y 14,5 pulgadas para la central) que se sienten gemelas y tienen una resolución extraordinaria. La calidad del panel es muy alta y se lee a la perfección en cualquier situación. La del pasajero sí que es LCD pero se extiende hasta las 10,9 pulgadas.
El sistema de infoentretenimiento me resulta cómodo. Es fácil moverse por los menús y tampoco cuenta con una batería de aplicaciones que apabullen al conductor durante los primeros días. Los mandos del volante requieren algo de adaptación pero es sencillo hacerse a los mismos y recordar los comandos.
Además, cuenta con un botón de “favoritos” que hace las veces de atajo rápido si, por ejemplo, queremos eliminar el aviso de alerta de exceso de velocidad. A este panel de ayudas a la conducción también es muy sencillo llegar una vez arrancas el coche. Con un solo toque podemos acceder la mismo para desactivar lo que consideremos necesario.
La pantalla central tiene otras ventajas. La detección de las pulsaciones es muy buena y está acompañada de un pequeño “click” sonoro que ayuda a mantener esa sensación de botón a la vieja usanza. Sumado a que la climatización está situada en la zona inferior, podemos salvar la mayoría de las situaciones a las que nos solemos enfrentar en marcha sin recurrir a múltiples toques en la pantalla. Además, el navegador es muy cómodo y replica las indicaciones en el cuadro de instrumentos o el Head-Up Display, muy nítido en este caso. Además, esas indicaciones también se replican cuando utilizamos Android Auto o Apple CarPlay.
Tengo más dudas con la pantalla para el copiloto y hasta desaconsejaría su incorporación. Es evidente que su calidad no es tan buena como la central, aporta pocas funciones a las que el pasajero no llega con facilidad desde su posición en el panel contiguo y, además, hemos sufrido un calentamiento constante cuando lleva tiempo encendida. Ese calentamiento ya lo hemos sufrido en otros coches de la marca por lo que es un problema que se ha venido repitiendo en los últimos lanzamientos.
La conclusión de Xataka
En resumen, el Audi Q5 TDI de 204 CV es un coche conservador, perfecto para quien tiene claro que sigue queriendo un coche diésel y disfruta con él. Contar con la pegatina ECO es un aliciente que no es ni mucho menos menor porque si necesitas entrar a una ciudad como Madrid, por ejemplo, no debes pensar por dónde puedes circular o si es impresicindible que estaciones el coche en un aparcamiento subterráneo. A esto hay que sumar los descuentos por aparcamiento que también se proponen en algunos municipios.
Por dentro, el Audi Q5 es un coche correcto para el precio que tiene. No deslumbra pero, precisamente por eso, su disposición de las pantallas y su manejo pueden convencer a los clientes que saltan de un coche con más de siete u ocho años en el mercado y que buscando entre las alternativas premium alemanas se han encontrado con proposiciones más arriesgadas u complejas en coches de BMW o Mercedes. Sumado a que la calidad de los paneles, su resolución, fluidez y tacto es excelente.
En Xataka
Audi era demasiado Audi para vender sus coches eléctricos en China. Solución: copiar a los fabricantes chinos
Dicho todo esto, me reafirmo en que el Audi Q6 eléctrico es mejor coche. Solo recomendaría la versión diésel frente a la eléctrica a quienes hacen muchos kilómetros diarios a un ritmo alto y con paradas muy breves.
Incluso para quienes sean habituales los viajes de largo recorrido por carretera rápida, la versión eléctrica me puede parecer mejor inversión teniendo en cuenta que su autonomía en autopista a velocidad legal se va hasta los por encima de los 400 kilómetros y que gracias a su potencia de carga de 225 kW puede recuperar el 80% de la batería (es decir, tendría por delante otra tirada de más de 300 kilómetros) en 21 minutos desde el 10%.
Aunque un poco más grande, el Audi Q6 es más ágil y el cliente se olvida del cierto cuidado que hay que llevar con un motor diésel moderno si se va utilizar recurrentemente en desplazamientos cortos. Con todo, esta opción de combustión sigue siendo una gran opción para quienes no tengan ganas de pensar en cargadores o potencias de carga cuando se gastan más de 60.000 euros en un coche.
Sí, el diésel vive y la lucha sigue.
Al menos, para ese tipo de cliente.
Al menos de momento.
Fotos | Xataka
En Xataka | Pensaba que tardaría mucho en decir esto pero el Audi A6 Avant e-tron me ha hecho adelantarme: es mejor que cualquier gasolina
– La noticia
Una semana con el Audi Q5 TDI me ha servido para recordarme algo que parecía ya olvidado: el diésel vive, la lucha sigue
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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