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Hamilton admite por qué no se arrepiente de fichar por Ferrari pese a sus resultados
Lewis Hamilton aterrizó en Qatar con la misma expresión que ha acompañado la mayor parte de su primer año en Ferrari: seria, apagada, casi como si cada pregunta de la prensa fuera un trámite que preferiría evitar.
No es nuevo. En Las Vegas ya dejó caer que estaba viviendo “su peor año en la Fórmula 1”, una frase contundente para un siete veces campeón al que el traje rojo le ha quedado más pesado de lo esperado.
La realidad es que Hamilton afronta las dos últimas carreras de 2025 sin haber encontrado la luz al final del túnel. Sus 152 puntos, muy lejos de los 226 de Charles Leclerc, escuecen en Maranello, donde esperaban mucho más del fichaje estrella que llegó para sustituir a un Carlos Sainz que había dejado el listón por las nubes. Los tifosi, fieles pero implacables, han aplaudido… y también han juzgado, como solo la afición más exigente del mundo sabe hacerlo.
En este contexto, Hamilton volvió a la rueda de prensa del Media Day con respuestas cortas y tono plano, como quien ya ha contado su historia demasiadas veces. Una de las primeras preguntas apuntaba a su balance del primer año vestido de rojo. Hamilton la fulminó con una frase mínima, casi quirúrgica: “No miro atrás, solo miro hacia adelante. Los resultados han mostrado que hay cosas positivas que sacar de esto, y simplemente sigues adelante”:
Positivos, dice. Aunque cuesta encontrarlos cuando miras la tabla de puntos y la montaña rusa emocional de Ferrari en un año donde incluso el subcampeonato de constructores parece una quimera: el equipo podría terminar cuarto y tiene a Red Bull Racing por delante, a solo 13 puntos, pero con más ritmo cuando importa.
Aun así, Hamilton rescató una de esas ideas que ha repetido desde febrero: que, si algo funciona, es el ambiente interno. “Nos hemos compenetrado en el equipo… hay una pasión increíble dentro del equipo”. La pasión. Esa palabra que siempre aparece cuando pilotos y Ferrari se cruzan, incluso cuando los resultados no acompañan.
Aprender a levantarse… aunque sea despacio
Cuando le preguntaron por lo que más había aprendido en estos doce meses, volvió a esa filosofía del esfuerzo silencioso: “Probablemente, simplemente recuperarte, volver a levantarte”. Levantarse. Una habilidad que ha necesitado dominar este año más que nunca desde que debutó en 2007.
En Las Vegas pronunció otra frase que encendió las alarmas: dijo que no estaba deseando que llegara 2026. Ahora rectifica —sin entusiasmo, pero rectifica—: “Eso fue solo en el calor de la frustración… Estoy emocionado por ver lo que el equipo construirá el próximo año”.
No suena radiante, pero suena algo más conciliador. Aun así, cuando le preguntaron si un buen resultado en Qatar o Abu Dhabi podría cambiar su perspectiva, fue tajante: “No”.
Sin matices. Sin adornos. Hamilton no planea reescribir su historia de 2025 en dos fines de semana. Sobre lo que espera del circuito de Lusail, volvió al modo minimalista: “No lo sé… podría ser difícil seguir el ritmo de Red Bull, pero espero un fin de semana mejor”. Optimismo medido, casi contractual. Lo justo.
¿Se arrepiente de haber fichado por Ferrari?
La pregunta del día llegó de forma directa: si hubiera sabido cómo sería 2025, ¿habría firmado igualmente por Ferrari? “No entraría en eso… pero absolutamente sí. No me arrepiento de la decisión”.
Hipotético o no, al menos aquí no dudó.
El motor emocional de Ferrari: sus tifosi
Hubo una última reflexión, y quizá la más sincera de la tarde, sobre lo que sí le ha impresionado este año: la pasión. “La pasión es lo más especial… los tifosi, el apoyo alrededor del mundo… lo sientes más cuando los fines de semana son duros”:
Y es cierto: Ferrari no solo se conduce, también se siente. Y quizá ahí reside la complejidad de un proyecto que pesa más cuanto más te abraza su gente. Una “burbuja emocional”, como él lo describió.
Hamilton se marcha de la sala igual que llegó: serio, contenido. Su año no ha sido el que soñaba, y él lo sabe mejor que nadie. Pero aún quedan dos carreras. Dos intentos más para terminar una temporada que no ha estado a la altura de su leyenda… aunque, al menos, él insiste en que sigue mirando hacia adelante.
