Ciencia y Tecnología
La inmigración está alentando un nuevo negocio clandestino en Madrid: empadronar a extranjeros por cientos de euros
Madrid se despidió de 2024 con un récord histórico. Según el censo del INE publicado hace un año, la comunidad superó el millón de residentes nacidos en Latinoamérica. Solo los extranjeros de habla hispana llegados desde otro lado del Océano Atlántico sumaban 1.038.671 personas. Si a esa cifra se añaden el resto de nacionalidades el dato de foráneos se dispara hasta suponer algo más del 16% de la población de la región, gran parte de ella concentrada además en la capital.
Detrás de esas cifras (y de las dificultades con las que se encuentran muchos extranjeros cuando quieren empadronarse) hay quienes han visto un auténtico chollo: censar a inmigrantes en sus casas aunque no residan allí. Lo hacen (claro) a cambio de cientos o miles de euros, sin tener en cuenta que no es legal.
¿Dónde me empadrono? Una pregunta tal que así es la que se hacen cada año miles de inmigrantes recién llegados a España. La respuesta no siempre es sencilla. Al principio no es extraño que se alojen de forma temporal con familias o amigos y cuando quieren buscar una casa propia se encuentran con un hándicap (a parte de los precios disparados): no todos los caseros están dispuestos a que se censen.
Llega una búsqueda rápida en redes o plataformas de anuncios para encontrar pisos en alquiler que dejan clara esa pauta: “No es posible el empadronamiento”. Otros lo permiten, pero siempre y cuando la estancia dure un mínimo de meses.
¿Por qué es importante? Porque aunque pueda parecer una formalidad burocrática, el empadronamiento es un trámite clave para los inmigrantes. Para empezar lo exige la ley, que deja claro que cualquier residente en España tiene que inscribirse en el municipio en el que habita. Si eso no fuera suficiente de por sí, el censo es el primer paso que debe dar cualquier migrante que quiera labrarse un futuro en el país: sin padrón no hay Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE) y se complican trámites como gestionar la tarjeta sanitaria o escolarizar a niños.
“El padrón es la manera que las personas en situación administrativa irregular tienen de demostrar el tiempo que llevan en el país. Para conseguir el arraigo social, el permiso de residencia, uno de los requisitos es probar que llevan tres años en España”, aclara a ABC Daniela Montes, de la Oficina note de Información, Orientación y Acompañamiento para la Integración Social de la Población Migrante del Ayuntamiento de Madrid. “Sin padrón no pueden hacerlo”.
¿Cuál es la solución? Las redes. O al menos ahí es donde terminan muchos inmigrantes. Ante la tesitura de buscar una casa en la que empadronarse no pocos optan por lo más sencillo: acudir a redes sociales o plataformas de anuncios online y preguntar abiertamente. De nuevo llega una búsqueda rápida para confirmarlo.
Si se teclea “empadronamiento Madrid” en Milanuncios uno de los primeros resultados es el de una persona que busca una “habitación con empadronamiento” a cambio de 350 euros. En Internet no solo se encuentran anuncios así. También los hay de gente que hace exactamente lo contrario: ofrecer inscripciones.
¿Qué ofrecen exactamente? Hace unos días El País publicó un amplio reportaje en el que mostraba capturas de Milanuncios y Facebook en las que se ofrecen (de forma abierta, sin medias tintas), servicios de censo municipal.
“Hacemos empadronamiento. Para personas que recién llegan o necesitan un empadronamiento para tramitar papeles nosotros se lo hacemos”, se leía en un post de Milanuncios, hoy borrado. Otros post colgados en redes siguen activos tras varios meses. “Empadronamiento en Madrid centro, hay cupos para quien necesite empadronarse, sin adelantos y personalmente”, se lee en uno de ellos.
¿De verdad es un negocio? Eso parece. En 2023 una reportera de ABC respondió a uno de sus anuncios, localizado por Wallapop, y acabó contactando con un hombre que se ofrecía a empadronar en su domicilio a inmigrantes recién aterrizados en España. Su gesto tenía poco de altruista. A cambio pedía 150 euros.
No un caso aislado. Hay quien reclama 50 o incluso 300 euros. Otro anunciante con el que habló ABC exigía 3.000 euros a cambio de un empadronamiento de 12 meses. “Yo voy contigo al ayuntamiento y te empadrono en mi domicilio, dando permiso. Aquí te van a llegar multas, citaciones, y eso no es gratis”. Su papel es clave porque para el registro es necesario disponer de un contrato firmado por el dueño de la vivienda, el comprobante del pago de alquiler, facturas o escrituras.
¿Tan frecuente es? No hay datos oficiales que permitan responder a esa cuestión, pero el tema lleva tiempo sobre la mesa, como lo demuestran las redes sociales y la hemeroteca. El País ha tocado el tema hace poco, pero el año pasado lo hizo RTVE, hace dos ABC… Prueba de que la práctica no es algo anecdótico es el testimonio de Mateo, un colombiano de 28 años que al llegar a Madrid con su pareja y mascota se encontró con el problema de dónde empadronarse.
Su casero se negaba a entregarle los documentos que necesitaba para tramitar su censo por la vía legal, así que acudió a Facebook, donde contactó con personas que ofrecían empadronamientos. El primer intentó le salió mal. ¿El motivo? Al llegar a la ventanilla municipal donde debía presentar el formulario se encontró con que en el piso en el que iba a censarse figuraban ya más de 70 personas censadas.
¿Por qué es un problema? Más allá del evidente problema ético y moral (quienes venden censos se aprovechan al fin y al cabo de gente vulnerable), la ley arroja muchas sombras sobre esa práctica. El empadronamiento es un trámite obligatorio y gratuito y la normativa deja claro que la gente debe inscribirse en el domicilio en el que reside, no en otro en el que solo figura a nivel administrativo.
Por si eso no fuera suficiente la Ley de Extranjería aclara en su artículo 53 que “consentir la inscripción en el padrón por parte del titular de una vivienda cuando no constituya el domicilio real del extranjero” supone una infracción grave. Una que acarrea multas cuantiosas que van desde 501 a 10.000 euros. El problema no es exclusivo de Madrid. Se da también en otras comunidades del país.
Imágenes | Alex Moliski (Unsplash)
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La noticia
La inmigración está alentando un nuevo negocio clandestino en Madrid: empadronar a extranjeros por cientos de euros
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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Madrid se despidió de 2024 con un récord histórico. Según el censo del INE publicado hace un año, la comunidad superó el millón de residentes nacidos en Latinoamérica. Solo los extranjeros de habla hispana llegados desde otro lado del Océano Atlántico sumaban 1.038.671 personas. Si a esa cifra se añaden el resto de nacionalidades el dato de foráneos se dispara hasta suponer algo más del 16% de la población de la región, gran parte de ella concentrada además en la capital.
Detrás de esas cifras (y de las dificultades con las que se encuentran muchos extranjeros cuando quieren empadronarse) hay quienes han visto un auténtico chollo: censar a inmigrantes en sus casas aunque no residan allí. Lo hacen (claro) a cambio de cientos o miles de euros, sin tener en cuenta que no es legal.
¿Dónde me empadrono? Una pregunta tal que así es la que se hacen cada año miles de inmigrantes recién llegados a España. La respuesta no siempre es sencilla. Al principio no es extraño que se alojen de forma temporal con familias o amigos y cuando quieren buscar una casa propia se encuentran con un hándicap (a parte de los precios disparados): no todos los caseros están dispuestos a que se censen.
Llega una búsqueda rápida en redes o plataformas de anuncios para encontrar pisos en alquiler que dejan clara esa pauta: “No es posible el empadronamiento”. Otros lo permiten, pero siempre y cuando la estancia dure un mínimo de meses.
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¿Por qué es importante? Porque aunque pueda parecer una formalidad burocrática, el empadronamiento es un trámite clave para los inmigrantes. Para empezar lo exige la ley, que deja claro que cualquier residente en España tiene que inscribirse en el municipio en el que habita. Si eso no fuera suficiente de por sí, el censo es el primer paso que debe dar cualquier migrante que quiera labrarse un futuro en el país: sin padrón no hay Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE) y se complican trámites como gestionar la tarjeta sanitaria o escolarizar a niños.
“El padrón es la manera que las personas en situación administrativa irregular tienen de demostrar el tiempo que llevan en el país. Para conseguir el arraigo social, el permiso de residencia, uno de los requisitos es probar que llevan tres años en España”, aclara a ABC Daniela Montes, de la Oficina note de Información, Orientación y Acompañamiento para la Integración Social de la Población Migrante del Ayuntamiento de Madrid. “Sin padrón no pueden hacerlo”.
¿Cuál es la solución? Las redes. O al menos ahí es donde terminan muchos inmigrantes. Ante la tesitura de buscar una casa en la que empadronarse no pocos optan por lo más sencillo: acudir a redes sociales o plataformas de anuncios online y preguntar abiertamente. De nuevo llega una búsqueda rápida para confirmarlo.
Si se teclea “empadronamiento Madrid” en Milanuncios uno de los primeros resultados es el de una persona que busca una “habitación con empadronamiento” a cambio de 350 euros. En Internet no solo se encuentran anuncios así. También los hay de gente que hace exactamente lo contrario: ofrecer inscripciones.
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¿Qué ofrecen exactamente? Hace unos días El País publicó un amplio reportaje en el que mostraba capturas de Milanuncios y Facebook en las que se ofrecen (de forma abierta, sin medias tintas), servicios de censo municipal.
“Hacemos empadronamiento. Para personas que recién llegan o necesitan un empadronamiento para tramitar papeles nosotros se lo hacemos”, se leía en un post de Milanuncios, hoy borrado. Otros post colgados en redes siguen activos tras varios meses. “Empadronamiento en Madrid centro, hay cupos para quien necesite empadronarse, sin adelantos y personalmente”, se lee en uno de ellos.
¿De verdad es un negocio? Eso parece. En 2023 una reportera de ABC respondió a uno de sus anuncios, localizado por Wallapop, y acabó contactando con un hombre que se ofrecía a empadronar en su domicilio a inmigrantes recién aterrizados en España. Su gesto tenía poco de altruista. A cambio pedía 150 euros.
No un caso aislado. Hay quien reclama 50 o incluso 300 euros. Otro anunciante con el que habló ABC exigía 3.000 euros a cambio de un empadronamiento de 12 meses. “Yo voy contigo al ayuntamiento y te empadrono en mi domicilio, dando permiso. Aquí te van a llegar multas, citaciones, y eso no es gratis”. Su papel es clave porque para el registro es necesario disponer de un contrato firmado por el dueño de la vivienda, el comprobante del pago de alquiler, facturas o escrituras.
¿Tan frecuente es? No hay datos oficiales que permitan responder a esa cuestión, pero el tema lleva tiempo sobre la mesa, como lo demuestran las redes sociales y la hemeroteca. El País ha tocado el tema hace poco, pero el año pasado lo hizo RTVE, hace dos ABC… Prueba de que la práctica no es algo anecdótico es el testimonio de Mateo, un colombiano de 28 años que al llegar a Madrid con su pareja y mascota se encontró con el problema de dónde empadronarse.
Su casero se negaba a entregarle los documentos que necesitaba para tramitar su censo por la vía legal, así que acudió a Facebook, donde contactó con personas que ofrecían empadronamientos. El primer intentó le salió mal. ¿El motivo? Al llegar a la ventanilla municipal donde debía presentar el formulario se encontró con que en el piso en el que iba a censarse figuraban ya más de 70 personas censadas.
¿Por qué es un problema? Más allá del evidente problema ético y moral (quienes venden censos se aprovechan al fin y al cabo de gente vulnerable), la ley arroja muchas sombras sobre esa práctica. El empadronamiento es un trámite obligatorio y gratuito y la normativa deja claro que la gente debe inscribirse en el domicilio en el que reside, no en otro en el que solo figura a nivel administrativo.
Por si eso no fuera suficiente la Ley de Extranjería aclara en su artículo 53 que “consentir la inscripción en el padrón por parte del titular de una vivienda cuando no constituya el domicilio real del extranjero” supone una infracción grave. Una que acarrea multas cuantiosas que van desde 501 a 10.000 euros. El problema no es exclusivo de Madrid. Se da también en otras comunidades del país.
Imágenes | Alex Moliski (Unsplash)
En Xataka | En 2007 el 20% de las viviendas las compraban jóvenes españoles. Ahora ese hueco lo está rellenando otro grupo: extranjeros
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La inmigración está alentando un nuevo negocio clandestino en Madrid: empadronar a extranjeros por cientos de euros
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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