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Ciencia y Tecnología

Me ha servido el primer robot camarero autónomo de China. No es más que una máquina expendedora glorificada

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Me ha servido el primer robot camarero autónomo de China. No es más que una máquina expendedora glorificada

Hace unas semanas estuve por Pekín. Fui a hacer fotos con una versión preliminar del Realme GT8 Pro, pero quedó tiempo para dar una vuelta por ahí. Esperaba encontrar cosas que me sorprendieran, como las baterías externas que hay en cada esquina de la ciudad, pero me topé con algo inesperado: el Galbot G1.

Se trata de un robot humanoide muy distinto al resto de robots humanoides. ¿Por qué? Porque este ya está trabajando. Y no en un almacén o en una fábrica, como tantos otros, sino en un puesto mucho más exigente: cara al público.

Está atendiendo un puesto de bebidas en un centro comercial bastísimo. Lo hace sin que intervenga ningún humano. Y… los camareros pueden estar tranquilos.

El robot que te sirve botellitas de agua

Antes de entrar al robot, vamos con algo de contexto. Galbot es otra de las muchísimas empresas chinas que están investigando la robótica. Se están centrando no tanto en las piezas móviles como en el ‘cerebro’ de estos robots: los modelos de lenguaje conectados con un sistema de visión que permita al robot manipular objetos de forma generalista.

Esto implica que puede salirse de rutinas preprogramadas para reaccionar en tiempo real. Su cerebro está potenciado por hardware NVIDIA Jetson Thor, que es el que permite que ejecute ese LLM en tiempo real, y tiene dos claves:

  • Navega sin necesidad de que haya marcadores en el suelo. No lo hace con piernas, sino con una base que le otorga menos flexibilidad, pero una mayor autonomía y estabilidad.
  • Su sistema permite que perciba lo que le rodea, lo “entienda” y reaccione basándose en esa percepción.

En definitiva: miles y miles de dólares invertidos en crear un robot con un objetivo: servirme una botella de agua.

Galbot G1

Imagen | Xataka

Cuando nos topamos con el puesto, fue de casualidad. no había nadie pidiendo, todas las filas de botellas estaban intactas y era hasta extraño. Pero como la ciencia no se hace sola, me acerqué, decidido a comprar la botella de agua de sabor más barata que hubiera para hacer la prueba.

El proceso no podría ser más sencillo:

  • Escoges producto.
  • Pagas con AliPay/WeChat.
  • El robot hace los suyo.
  • Te vas.

El problema es que puedo estar definiendo el trabajo de un robot que ha costado un dineral, pero también puedo estar describiendo el proceso de comprar en una máquina expendedora Goya. Hay dos diferencias: el robot mola más… y tarda muchísimo más.

¿Cuánto? Aquí lo tienes:

Como barman, meh. En un almacén tiene sentido

Lo cierto es que mi sensación fue extraña y lo primero que pensé fue “los camareros pueden estar tranquilos porque esto no es una amenaza”. Pero también me pregunté hasta qué punto el Galbot G1 que me había atendido no era más que una prueba de concepto en el mundo real y las intenciones de la compañía son otras.

Y, efectivamente.

Toda esa tecnología y razonamiento en tiempo real, con percepción del espacio físico gracias a sus numerosas cámaras y sensores ubicadas por varias partes del cuerpo, no está ahí para servirme botellitas de unos pocos céntimos, sino para realizar trabajos en entornos en los que realmente puede ser útil: el de la logística.

Porque frente a la acrobacia, este G1 (porque el Unitree también es un G1) apuesta por demostrar su viabilidad en usos comerciales reales actualmente. Uno es la hostelería “ligera”, como puede ser el kiosko en el que compré, pero también la logística en espacios controlados en última milla. 

Galbot G1

Aplicaciones a las que apunta Galbot

Es el vídeo demostración justo sobre estas líneas, donde vemos esa adaptabilidad del Galbot cuando le mueven las cajas. El tiempo de respuesta en el que analiza la situación es similar al que vi cuando pedí mi botellita, y esos puestos de venta en algunas zonas de China no son más que un entrenamiento, o esa sensación me da, para su modelo de inteligencia artificial.

Galbot G1

La cola que se montó justo cuando pedí. Antes estaba vacío. Imagen | Xataka

De momento, curiosidad, un Furby, una atracción, pero en ciertos ambientes, puede ser de lo más útil. Como máquina de vending, no, aunque llama muchísimo la atención, y se formó una buena cola no para comprar… sino para ver cómo compraba.

Imágenes | Xataka

En Xataka | Un robot llamado “Sardinator” circulaba por las calles de Málaga promocionando un chiringuito. Hasta que llegó la policía


La noticia

Me ha servido el primer robot camarero autónomo de China. No es más que una máquina expendedora glorificada

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

.

​Hace unas semanas estuve por Pekín. Fui a hacer fotos con una versión preliminar del Realme GT8 Pro, pero quedó tiempo para dar una vuelta por ahí. Esperaba encontrar cosas que me sorprendieran, como las baterías externas que hay en cada esquina de la ciudad, pero me topé con algo inesperado: el Galbot G1.

Se trata de un robot humanoide muy distinto al resto de robots humanoides. ¿Por qué? Porque este ya está trabajando. Y no en un almacén o en una fábrica, como tantos otros, sino en un puesto mucho más exigente: cara al público.

Está atendiendo un puesto de bebidas en un centro comercial bastísimo. Lo hace sin que intervenga ningún humano. Y… los camareros pueden estar tranquilos.

El robot que te sirve botellitas de aguaAntes de entrar al robot, vamos con algo de contexto. Galbot es otra de las muchísimas empresas chinas que están investigando la robótica. Se están centrando no tanto en las piezas móviles como en el ‘cerebro’ de estos robots: los modelos de lenguaje conectados con un sistema de visión que permita al robot manipular objetos de forma generalista.

En Xataka

En 2018 Rusia presentó a su nuevo y revolucionario robot humanoide. El único problema es que no era un robot

Esto implica que puede salirse de rutinas preprogramadas para reaccionar en tiempo real. Su cerebro está potenciado por hardware NVIDIA Jetson Thor, que es el que permite que ejecute ese LLM en tiempo real, y tiene dos claves:

Navega sin necesidad de que haya marcadores en el suelo. No lo hace con piernas, sino con una base que le otorga menos flexibilidad, pero una mayor autonomía y estabilidad.Su sistema permite que perciba lo que le rodea, lo “entienda” y reaccione basándose en esa percepción.En definitiva: miles y miles de dólares invertidos en crear un robot con un objetivo: servirme una botella de agua.

Imagen | Xataka

Cuando nos topamos con el puesto, fue de casualidad. no había nadie pidiendo, todas las filas de botellas estaban intactas y era hasta extraño. Pero como la ciencia no se hace sola, me acerqué, decidido a comprar la botella de agua de sabor más barata que hubiera para hacer la prueba.
El proceso no podría ser más sencillo:
Escoges producto.Pagas con AliPay/WeChat.El robot hace los suyo.Te vas.
El problema es que puedo estar definiendo el trabajo de un robot que ha costado un dineral, pero también puedo estar describiendo el proceso de comprar en una máquina expendedora Goya. Hay dos diferencias: el robot mola más… y tarda muchísimo más.
¿Cuánto? Aquí lo tienes:

Como barman, meh. En un almacén tiene sentidoLo cierto es que mi sensación fue extraña y lo primero que pensé fue “los camareros pueden estar tranquilos porque esto no es una amenaza”. Pero también me pregunté hasta qué punto el Galbot G1 que me había atendido no era más que una prueba de concepto en el mundo real y las intenciones de la compañía son otras.

Y, efectivamente.

Toda esa tecnología y razonamiento en tiempo real, con percepción del espacio físico gracias a sus numerosas cámaras y sensores ubicadas por varias partes del cuerpo, no está ahí para servirme botellitas de unos pocos céntimos, sino para realizar trabajos en entornos en los que realmente puede ser útil: el de la logística.
Porque frente a la acrobacia, este G1 (porque el Unitree también es un G1) apuesta por demostrar su viabilidad en usos comerciales reales actualmente. Uno es la hostelería “ligera”, como puede ser el kiosko en el que compré, pero también la logística en espacios controlados en última milla. 

Aplicaciones a las que apunta Galbot

Es el vídeo demostración justo sobre estas líneas, donde vemos esa adaptabilidad del Galbot cuando le mueven las cajas. El tiempo de respuesta en el que analiza la situación es similar al que vi cuando pedí mi botellita, y esos puestos de venta en algunas zonas de China no son más que un entrenamiento, o esa sensación me da, para su modelo de inteligencia artificial.

La cola que se montó justo cuando pedí. Antes estaba vacío. Imagen | Xataka

De momento, curiosidad, un Furby, una atracción, pero en ciertos ambientes, puede ser de lo más útil. Como máquina de vending, no, aunque llama muchísimo la atención, y se formó una buena cola no para comprar… sino para ver cómo compraba.

Imágenes | Xataka

En Xataka | Un robot llamado “Sardinator” circulaba por las calles de Málaga promocionando un chiringuito. Hasta que llegó la policía

– La noticia

Me ha servido el primer robot camarero autónomo de China. No es más que una máquina expendedora glorificada

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

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