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Ciencia y Tecnología

Se agota el espacio en el cielo: startup alemana quiere eliminar la basura espacial

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Un estudiante de 22 años de la Universidad Técnica de Múnich le ha declarado la guerra a la basura espacial y quiere, con su proyecto emergente, terminar con ella antes de que ponga en peligro a astronautas y satélites.

​Un estudiante de 22 años de la Universidad Técnica de Múnich le ha declarado la guerra a la basura espacial y quiere, con su proyecto emergente, terminar con ella antes de que ponga en peligro a astronautas y satélites.  

Leonidas Askianakis es un joven muy ocupado. Cada 30 minutos sostiene conversaciones virtuales, desde las 5 AM hasta las 23 PM. El tema: los desechos que pueblan el espacio. ¿Cuándo duerme? “Ya estoy en la recta final”, dice, encogiéndose de hombros. “No puedo simplemente abandonar mi proyecto”.

Es un hombre con una misión. Se queda despierto leyendo las noticias de China: más basura espacial, más peligro para los astronautas. A principios de noviembre, una tripulación china tuvo que prolongar su estancia en el espacio por temor a que su nave de regreso fuera alcanzada por desechos espaciales. Y la basura espacial es, en cierto modo, la especialidad de Askianakis.

El estudiante de 22 años Leonidas Askianakis durante una conferencia en Garching, Baviera.
El cerebro detrás del Proyecto-S: Leonidas Askianakis, de 22 años, estudiante de la Universidad Técnica de Múnich, aquí, dando una conferencia.Imagen: Sandeep Barstools

Escombros sobre nuestras cabezas

Miles de toneladas de basura espacial orbitan la Tierra: satélites fuera de servicio, etapas de cohetes y otros restos. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), más de 1,2 millones de objetos de más de un centímetro orbitan el planeta; más de 50.000 de ellos superan los diez centímetros.

“Sobre todo a altitudes de entre 700 y 800 kilómetros, tenemos enormes nubes de escombros que pueden permanecer durante siglos e incluso multiplicarse por colisiones”, afirma Jan Siminski, del Equipo de Basura Espacial de la ESA en Darmstadt. Un solo centímetro basta para destruir un satélite: “En una colisión, se libera la energía de una granada de mano”.

Por eso, los científicos monitorean la órbita las 24 horas. Pero cuanto más pequeños son los fragmentos, más difícil es detectarlos. “Con nuestros sistemas de radar terrestres, solemos ver objetos del tamaño de una pelota de tenis, unos diez centímetros. Cualquier cosa más pequeña pasa desapercibida”, explica Siminski. “Eso significa que siempre existe cierto riesgo”.

Simulación computarizada de basura espacial alrededor de la Tierra.
Expertos advierten sobre la cantidad cada vez mayor de desechos espaciales.Imagen: picture-alliance/ dpa

“La basura espacial debe poder eliminarse comercialmente”

Askianakis empezó a ocuparse del tema cuando cursaba el primer semestre de Ingeniería Espacial en la Universidad Técnica de Múnich. Buscó colaboradores en la universidad y en seminarios, casi siempre sin éxito.

“En 2021, prácticamente nadie entendía la relación entre la basura espacial y el espacio”, recuerda. Entonces, durante sus vacaciones de semestre en Creta, bajo el cielo estrellado de su tierra natal, se le ocurrió una idea: la basura espacial debía gestionarse comercialmente.

Mediante un satélite equipado con un radar de alta sensibilidad, y algoritmos y patrones de escaneo especialmente desarrollados, pretende visualizar desechos de entre uno y diez centímetros de tamaño, lo que permitirá, por primera vez, una monitorización completa de la órbita. Posteriormente, se utilizarán sondas con brazos robóticos para retirar los fragmentos de mayor tamaño.

Una conversación con Airbus reforzó su determinación. “Dijeron que eran conscientes del problema y les complacía que alguien intentara solucionarlo. Y fue entonces cuando lo comprendí: tenía que crear mi propia empresa”, explica Askianakis. La empresa se llamaría Proyecto-S. Como por arte de magia, poco después de su fundación, entró en vigor la nueva ley espacial de la UE, que obliga a los operadores de satélites a retirar su basura espacial.

Baviera aspira a las estrellas

Pero una empresa espacial no se funda con solo unos miles de euros. ¿Y quién sería lo suficientemente imprudente como para invertir en la empresa emergente de chatarra espacial de un joven de 22 años?

“Nosotros”, dice el ministro de Economía del estado federado de Baviera, Hubert Aiwanger (del partido Votantes Libres, FW), a DW. El Estado Libre de Baviera ha invertido más de 245 millones de euros en proyectos espaciales desde 2018, desde el centro de control lunar proyectado en Oberpfaffenhofen, hasta empresas emergentes innovadoras y arriesgadas. “Aquí, las empresas y los centros de investigación pueden llevar a cabo proyectos que de otro modo jamás se materializarían”, afirma Aiwanger.

Es conocido el entusiasmo del jefe de Gobierno bávaro, Markus Söder, de la conservadora Unión Social Cristiana (CSU). Pero también Aiwanger tiene la visión de que “Baviera siga siendo la columna de vertebral de los viajes espaciales europeos”.

“En California apenas pueden creerlo”, ríe Askianakis. “¿De dónde consiguen tanto dinero?, preguntan”. El Proyecto-S recibirá una cofinanciación de un millón de euros del Gobierno de Baviera para su primera misión espacial, prevista para 2026.

Esto le otorga a Askianakis margen de maniobra e independencia. Muchos inversores estadounidenses condicionan su financiación a que se traslade a Estados Unidos. “¿Para qué iba a hacerlo si puedo encontrar las condiciones ideales en Baviera?”.

Imagen de un satélite orbitando alrededor de la Tierra.
En el espacio orbitan cada vez más satélites.Imagen: ZDF

Gran potencial espacial bávaro

El ecosistema espacial bávaro tiene grandes esperanzas puestas en los 35.000 millones de euros de inversión en capacidades espaciales y de defensa anunciados por el Gobierno alemán. Un paso en la dirección correcta, pero insuficiente, según Aiwanger. Por eso, ese estado federado alemán está impulsando su propio sector espacial: “Porque somos conscientes tanto del gran potencial como de la responsabilidad”, explica el ministro de Economía bávaro.

Baviera apunta alto, y con una eficiencia notable: cuenta con más de 10.000 empleos altamente cualificados y 2.900 millones de euros en contratos con la ESA (casi el 40 % del volumen total de Alemania en la ESA desde 2015).

Baviera tiene grandes ambiciones, al menos en lo que respecta al espacio. Y Leonidas Askianakis, con el Proyecto S, quiere garantizar que el camino siga despejado. Al fin y al cabo, alguien tiene que ceder terreno cuando el lugar escasea cada vez más en el cielo.

(cp/rml)

 

​Deutsche Welle: DW.COM – Ciencia y Tecnologia

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