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Ciencia y Tecnología

La única foto que necesitas para entender la escala de lo que acaba de hacer Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos

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La única foto que necesitas para entender la escala de lo que acaba de hacer Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos

A falta de plátanos, nada como tener a cinco operarios humanos en la foto para comprender la escala del cohete New Glenn, cuya primera etapa de 57 metros de altura por siete de diámetro aterrizó con éxito en una barcaza en el Atlántico.

SpaceX tiene compañía. Hasta ahora, el club de empresas capaces de hacer aterrizar sus cohetes de clase orbital para poder reutilizarlos tenía un único socio: SpaceX. Desde hace una década, la empresa de Elon Musk ha dominado en solitario el juego de la reutilización, aterrizando y volviendo a despegar hasta 500 veces con el Falcon 9 gracias a una fiabilidad que ya es más que rutinaria.

Lo que ves en esta foto es la ruptura de ese monopolio. El primer aterrizaje exitoso del enorme cohete New Glenn, conseguido apenas en su segundo vuelo, demuestra que la reutilización orbital ya no es cosa de una sola empresa.

Si bien Blue Origin, fundada en el año 2000 por Jeff Bezos, lleva mucho retraso con respecto a SpaceX, acaba de dar un salto de gigante que Bezos resumió con una expresión en latín: Gradatim Ferociter (“paso a paso, ferozmente”).

Tan grande como grácil. A diferencia del Falcon 9, que mide 70 metros y puede poner unas 22 toneladas de carga en órbita baja, el New Glenn se impone con 98 metros de altura y una capacidad prevista de 45 toneladas.

Si no hubiéramos visto a SpaceX atrapar tres veces el Super Heavy (la primera etapa de Starship) con los brazos de la torre de lanzamiento, más improbable nos parecería que un cohete como el New Glenn fuera capaz de posarse grácilmente en el centro de una barcaza en el océano Atlántico.

Y sin cubrirse de hollín. Hay otro detalle fundamental en la foto: el fuselaje del cohete está limpio. A diferencia de los propulsores de Falcon 9, que regresan cubiertos del característico hollín negro que provoca la combustión de queroseno, el New Glenn parece casi impoluto.

El motivo es que sus siete potentes motores BE-4 utilizan metano y oxígeno líquido (una combinación de propelentes criogénicos conocida como methalox). Este combustible no solo es más eficiente y barato, sino que arde de forma mucho más limpia, facilitando las tareas de inspección y reacondicionamiento para el siguiente vuelo.

Con este aterrizaje, el New Glenn se ha convertido en el primer cohete de methalox en recuperar con éxito una primera etapa de un vuelo orbital, adelantándose al Zhuque 3 de la empresa china Landspace (y con permiso de Starship, que también usa methalox, pero nunca ha alcanzado la órbita).

Se vienen cositas. El momento dulce de Blue Origin empieza ahora. En una entrevista con Ars Technica, el CEO de la compañía, Dave Limp, ha confirmado que el objetivo para 2026 es agresivo es completar entre 12 y 24 misiones.

La compañía ha anunciado un precio de lanzamiento de unos 70 millones de dólares, una cifra casi idéntica a la que SpaceX cobra por un Falcon 9. Pero el New Glenn no solo compite con el Falcon 9, sino que amenaza con reventar el mercado compitiendo directamente en la liga del Falcon Heavy, pero con la ventaja de una primera etapa única y totalmente reutilizable.

En cuanto al cohete que ha aterrizado, su próxima carga no será una sonda ni un satélite, sino el módulo lunar Blue Moon Mark 1, que la compañía planea lanzar en el primer trimestre de 2026 para demostrar a la NASA que están listos para la carrera lunar.

Imagen | Jeff Bezos, Blue Origin

En Xataka | Blue Origin tiene ahora una oportunidad de oro para adelantar a SpaceX en los viajes a la Luna. Y la está aprovechando


La noticia

La única foto que necesitas para entender la escala de lo que acaba de hacer Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Matías S. Zavia

.

​A falta de plátanos, nada como tener a cinco operarios humanos en la foto para comprender la escala del cohete New Glenn, cuya primera etapa de 57 metros de altura por siete de diámetro aterrizó con éxito en una barcaza en el Atlántico.
SpaceX tiene compañía. Hasta ahora, el club de empresas capaces de hacer aterrizar sus cohetes de clase orbital para poder reutilizarlos tenía un único socio: SpaceX. Desde hace una década, la empresa de Elon Musk ha dominado en solitario el juego de la reutilización, aterrizando y volviendo a despegar hasta 500 veces con el Falcon 9 gracias a una fiabilidad que ya es más que rutinaria.

En Xataka

Ya sabemos por qué Jeff Bezos invierte tanto dinero en el espacio: cree que en 20 años millones de personas vivirán allí

Lo que ves en esta foto es la ruptura de ese monopolio. El primer aterrizaje exitoso del enorme cohete New Glenn, conseguido apenas en su segundo vuelo, demuestra que la reutilización orbital ya no es cosa de una sola empresa.
Si bien Blue Origin, fundada en el año 2000 por Jeff Bezos, lleva mucho retraso con respecto a SpaceX, acaba de dar un salto de gigante que Bezos resumió con una expresión en latín: Gradatim Ferociter (“paso a paso, ferozmente”).
Tan grande como grácil. A diferencia del Falcon 9, que mide 70 metros y puede poner unas 22 toneladas de carga en órbita baja, el New Glenn se impone con 98 metros de altura y una capacidad prevista de 45 toneladas.
Si no hubiéramos visto a SpaceX atrapar tres veces el Super Heavy (la primera etapa de Starship) con los brazos de la torre de lanzamiento, más improbable nos parecería que un cohete como el New Glenn fuera capaz de posarse grácilmente en el centro de una barcaza en el océano Atlántico.
Y sin cubrirse de hollín. Hay otro detalle fundamental en la foto: el fuselaje del cohete está limpio. A diferencia de los propulsores de Falcon 9, que regresan cubiertos del característico hollín negro que provoca la combustión de queroseno, el New Glenn parece casi impoluto.
El motivo es que sus siete potentes motores BE-4 utilizan metano y oxígeno líquido (una combinación de propelentes criogénicos conocida como methalox). Este combustible no solo es más eficiente y barato, sino que arde de forma mucho más limpia, facilitando las tareas de inspección y reacondicionamiento para el siguiente vuelo.
Con este aterrizaje, el New Glenn se ha convertido en el primer cohete de methalox en recuperar con éxito una primera etapa de un vuelo orbital, adelantándose al Zhuque 3 de la empresa china Landspace (y con permiso de Starship, que también usa methalox, pero nunca ha alcanzado la órbita).

Se vienen cositas. El momento dulce de Blue Origin empieza ahora. En una entrevista con Ars Technica, el CEO de la compañía, Dave Limp, ha confirmado que el objetivo para 2026 es agresivo es completar entre 12 y 24 misiones.
La compañía ha anunciado un precio de lanzamiento de unos 70 millones de dólares, una cifra casi idéntica a la que SpaceX cobra por un Falcon 9. Pero el New Glenn no solo compite con el Falcon 9, sino que amenaza con reventar el mercado compitiendo directamente en la liga del Falcon Heavy, pero con la ventaja de una primera etapa única y totalmente reutilizable.
En cuanto al cohete que ha aterrizado, su próxima carga no será una sonda ni un satélite, sino el módulo lunar Blue Moon Mark 1, que la compañía planea lanzar en el primer trimestre de 2026 para demostrar a la NASA que están listos para la carrera lunar.
Imagen | Jeff Bezos, Blue Origin
En Xataka | Blue Origin tiene ahora una oportunidad de oro para adelantar a SpaceX en los viajes a la Luna. Y la está aprovechando

– La noticia

La única foto que necesitas para entender la escala de lo que acaba de hacer Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos

fue publicada originalmente en

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Matías S. Zavia

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