El Mundial que se aproxima tendrá un componente histórico imposible de ignorar: será la primera y última vez que coincidarán en una Copa del Mundo Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Kylian Mbappé y Erling Haaland. Una constelación de talento que, por razones de edad, ciclos y contextos deportivos, no volverá a repetirse, marcando un acontecimiento único para los aficionados.
La presencia simultánea de Messi y Cristiano ya es una anomalía estadística. Ambos han prolongado carreras extraordinarias durante casi dos décadas y, aun así, llegan a esta cita final en un punto crepuscular. A sus edades, es prácticamente imposible que vuelvan a disputar un Mundial. Por eso, esta edición se convierte en la despedida definitiva de los dos gigantes que dominaron el fútbol global por más de 15 años.
Para Lionel Messi, este Mundial representa el cierre de un ciclo dorado con Argentina. Campeón del mundo, campeón de América y Balón de Oro múltiple, el argentino llega al torneo con la certeza de que será su última participación. Su nivel sigue siendo alto, pero el calendario ya no permite pensar en un nuevo ciclo mundialista.
Cristiano Ronaldo vive una situación similar con Portugal. Aunque su vigencia física sigue siendo admirable, la edad ya no le permitirá aspirar a otra Copa del Mundo. Este será el capítulo final del máximo goleador de selecciones en el torneo más importante del planeta, marcando el cierre definitivo de una de las rivalidades más grandes de la historia del deporte.
Del otro lado de esta ecuación generacional aparecen Kylian Mbappé y Erling Haaland, los dos jugadores llamados a dominar la próxima década del fútbol mundial. Mbappé ya sabe lo que es brillar en un Mundial: campeón en 2018 y figura absoluta en 2022, llega consolidado como uno de los líderes del fútbol moderno.
Para Haaland, en cambio, este será su primer Mundial. Aunque ya se había hecho notar desde categorías juveniles -incluyendo aquella actuación viral de 2018, cuando anotó 12 goles ante Honduras en un Mundial Sub-20-, no había podido debutar con la selección mayor en la cita máxima.
La razón es simple: Noruega no clasificaba desde 1998, un año antes de que él naciera en 1999. Su presencia simboliza el regreso del país escandinavo al torneo después de más de dos décadas de ausencia.
La combinación de los dos astros más grandes del siglo XXI con los dos referentes del futuro convierte a este Mundial en una cita irrepetible. Es un choque de generaciones, de estilos y de legados que se cruzan únicamente en este punto de la historia.
Viviremos algo que el fútbol no podrá ofrecernos de nuevo: el primero y el último Mundial compartido entre Messi, Cristiano, Mbappé y Haaland.
