El anuncio de que los Miami Dolphins y los Dallas Commanders jugarán un partido de la NFL en el renovado Estadio Santiago Bernabéu ha desencadenado una nueva ola en el eterno debate entre césped natural y césped artificial dentro de la liga. La tecnología de vanguardia del campo del Real Madrid ha puesto en evidencia la postura de algunos dueños de equipos de la NFL, incluido el influyente propietario de los Dallas Cowboys, Jerry Jones.
El espectacular sistema del Bernabéu, que incluye cortadoras automatizadas, riego integral, luces de crecimiento LED y un innovador invernadero subterráneo capaz de guardar la superficie de juego como si fuera un cajón gigante, ha reavivado la crítica de los jugadores, quienes al conocer la última tecnología, quieren tenerla en todos los estadios de la NFL y no sólo en unos pocos.
Fue Chase Daniel, ex quarterback de los Chiefs, quien expresó la frustración generalizada de los atletas en redes sociales: “Cero excusas para que todos los equipos de la NFL no tengan campos de césped natural… simplemente cuesta más “.
El argumento central es la seguridad. El césped natural es más suave, reduce la fricción y minimiza las lesiones graves que se han vuelto tristemente comunes en superficies artificiales, como la lesión de Super Bowl de Odell Beckham Jr. o el tobillo de Dak Prescott en el propio AT&T Stadium.
La realidad es que el debate entre césped artificial y natural siempre ha estado y no todos los equipos de la NFL pueden darse ese “lujo”. Lo costos son muy distantes y por lo mismo, pareciera más fácil pagar menos por el arreglo del campo que priorizar la calidad o prevenir lesiones de los jugadores.
La realidad económica consiste en que Instalar césped natural puede costar hasta $500,000 por superficie, más un millón de dólares anual en mantenimiento complejo (reemplazos, luces, calefacción, personal, etc.).
El césped artificial, aunque tiene un alto costo inicial, dura hasta cinco años con un mantenimiento mínimo, lo que se traduce en un ahorro considerable a largo plazo para los propietarios.
Jerry Jones, cuya franquicia está valorada como la más rica del mundo, ha sido el abanderado de esta resistencia, afirmando que “nunca cambiará el campo artificial del AT&T Stadium“, por lo que si los jugadores y aficionados creían que al ver a otros equipos en el Bernabéu podía generar mayor ambición, estaban muy equivocados.
