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Ciencia y Tecnología

Siete kilómetros y pico y 682 vagones: el tren más largo de la historia nació en 2001 y desde entonces nadie lo ha superado

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Siete kilómetros y pico y 682 vagones: el tren más largo de la historia nació en 2001 y desde entonces nadie lo ha superado

El tren es la columna vertebral de muchos países. En Europa lo sabemos bien, en Latinoamérica se están poniendo al día y la China y Japón actuales no se entenderían sin él. Otro país en el que es vital es Australia, aunque más que para el movimiento de la población, para el transporte de mercancías. Y, en 2001, en pleno corazón del oeste australiano, el BHP Iron Ore hizo historia al convertirse en el tren más largo del mundo.

Más de siete kilómetros de largo que aún no han sido igualados.

Necesario. Una de las industrias más potentes en Australia es la minería, tanto que hay hasta influencers mineros que captan trabajadores de cualquier país. A finales de los 90, las compañías mineras se enfrentaron a un reto: había que transportar cada vez más cantidad de mineral desde la fuente hasta los puertos de exportación. Era un reto porque había que mantener los costes logísticos bajo control para que los precios no se dispararan.

Tradicionalmente, se habría optado por poner más trenes a funcionar, pero no sería eficiente porque habría que pagar más combustible, por el uso de la infraestructura y los sueldos de una mayor tripulación. Entra en juego BHP, la gigante australiana que es una de las mayores compañías mineras del mundo, con una idea: ¿y si montamos un tren descomunal para cargar hierro? Así es como nació el tren Iron Ore.

El tren de BHP Iron Ore. Sus dimensiones eran extraordinarias: un convoy compuesto por 682 vagones, 5.648 ruedas, un peso cargado de casi 100.000 toneladas y una longitud de 7.353 kilómetros. Imagina 22 Torre Eiffel tumbadas y alineadas, pues así. Para tirar de semejante monstruo, ocho locomotoras GE AC6000CW (cada una con 6.000 CV) con motores de 16 cilindros se repartían a lo largo del vehículo.

Aparte de la frontal, el resto estaban a una distancia de un kilómetro la una de la otra y consiguieron completar un recorrido de 275 kilómetros Yandi, con un cargamento de las minas de Newman, hasta Port Hedland en apenas diez horas. El ritmo era lento, sí, pero lo importante de esto no fue el récord Guinness que consiguió, sino la prueba de una tecnología llamada Distributed Power.

Distributed Power. Este era el objetivo de BHP, probar que la tecnología funcionaba. Y básicamente consiste en lo que hemos contado: distribuir las locomotoras a lo largo del tren en lugar de concentrarlas en el frontal para que la fuerza de tracción y frenado sea mayor, más uniforme y, también, más eficiente. Todo funcionaba como un reloj suizo gracias a una gran precisión y armonía entre las locomotoras, que eran controladas por un único maquinista en el sistema frontal.

BHP Iron Ore

Es largo, y falta tren

Si Distributed Power era la tecnología, el sistema de control era el LOCOTROL. La locomotora líder se comunicaba con las remotas mediante un sistema de radiofrecuencia que coordinaba de forma sincronizada todas las operaciones de aceleración y frenado. Esto permitía reducir drásticamente las fuerzas laterales y la fricción en curvas, lo que disminuía tanto el desgaste de las ruedas como el riesgo de descarrilamiento y, a su vez, se calcula que se consumía entre un 4 y un 6% menos de combustible.

Pilbara. El BHP Iron Ore fue un prodigio técnico que marcó el récord del tren más largo del mundo en 2001, pero si eres un apasionado de los trenes, no prepares aún las maletas para verlo en acción: fue un hecho puntual, tanto que hay muy poco material sobre el mismo. Probada la tecnología, lo que BHP hizo fue aplicarla a trenes más pequeños.

LOCOTROL

Pilbara es la región en la que concentra gran parte de sus operaciones, y lo que opera la compañía actualmente son varios trenes regulares con formaciones de unas cuatro locomotoras con unos 270 vagones. No deja de ser impresionante, ya que la longitud de estos trenes se acerca a los tres kilómetros y tienen un peso cargado de unas 40.000 toneladas.

Los próximos pasos de la empresa pasan por electrificar esos trenes para reducir las emisiones, y un truco será utilizar el frenado regenerativo para recargar las baterías en las zonas con pendiente. Es algo que otras empresas también están probando en el país.

Intentos similares. Así, el BHP Iron Ore fue un prodigio, pero también algo único que no se ha visto igualado, ni de cerca, más de 20 años después de su puesta en marcha para aquella prueba. En agosto de este año, Indian Railways puso en funcionamiento el Rudrastra, un tren de 354 vagones y 4,5 kilómetros de longitud propulsado por siete locomotoras (dos al frente y otra cada 59 vagones). Y en Europa también se están haciendo pruebas con trenes de potencia distribuida, pero para trenes de kilómetro y medio.

Al final, todos están muy lejos del Iron Ore tanto en longitud como en peso, pero más allá del récord en 2001 se demostró que esa tecnología de potencia distribuida era una solución para trenes más largos que los convencionales. Veremos si en algún momento alguien tiene la necesidad de crear un tren más largo, pero se antoja complicado.

Imágenes | Wabtec, BHP

En Xataka | El viaje en tren más largo del mundo: más de 18.000 kilómetros entre Portugal y Singapur sin cambiar de transporte


La noticia

Siete kilómetros y pico y 682 vagones: el tren más largo de la historia nació en 2001 y desde entonces nadie lo ha superado

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

.

​El tren es la columna vertebral de muchos países. En Europa lo sabemos bien, en Latinoamérica se están poniendo al día y la China y Japón actuales no se entenderían sin él. Otro país en el que es vital es Australia, aunque más que para el movimiento de la población, para el transporte de mercancías. Y, en 2001, en pleno corazón del oeste australiano, el BHP Iron Ore hizo historia al convertirse en el tren más largo del mundo.

Más de siete kilómetros de largo que aún no han sido igualados.

Necesario. Una de las industrias más potentes en Australia es la minería, tanto que hay hasta influencers mineros que captan trabajadores de cualquier país. A finales de los 90, las compañías mineras se enfrentaron a un reto: había que transportar cada vez más cantidad de mineral desde la fuente hasta los puertos de exportación. Era un reto porque había que mantener los costes logísticos bajo control para que los precios no se dispararan.

Tradicionalmente, se habría optado por poner más trenes a funcionar, pero no sería eficiente porque habría que pagar más combustible, por el uso de la infraestructura y los sueldos de una mayor tripulación. Entra en juego BHP, la gigante australiana que es una de las mayores compañías mineras del mundo, con una idea: ¿y si montamos un tren descomunal para cargar hierro? Así es como nació el tren Iron Ore.

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El tren de BHP Iron Ore. Sus dimensiones eran extraordinarias: un convoy compuesto por 682 vagones, 5.648 ruedas, un peso cargado de casi 100.000 toneladas y una longitud de 7.353 kilómetros. Imagina 22 Torre Eiffel tumbadas y alineadas, pues así. Para tirar de semejante monstruo, ocho locomotoras GE AC6000CW (cada una con 6.000 CV) con motores de 16 cilindros se repartían a lo largo del vehículo.

Aparte de la frontal, el resto estaban a una distancia de un kilómetro la una de la otra y consiguieron completar un recorrido de 275 kilómetros Yandi, con un cargamento de las minas de Newman, hasta Port Hedland en apenas diez horas. El ritmo era lento, sí, pero lo importante de esto no fue el récord Guinness que consiguió, sino la prueba de una tecnología llamada Distributed Power.

Distributed Power. Este era el objetivo de BHP, probar que la tecnología funcionaba. Y básicamente consiste en lo que hemos contado: distribuir las locomotoras a lo largo del tren en lugar de concentrarlas en el frontal para que la fuerza de tracción y frenado sea mayor, más uniforme y, también, más eficiente. Todo funcionaba como un reloj suizo gracias a una gran precisión y armonía entre las locomotoras, que eran controladas por un único maquinista en el sistema frontal.

Es largo, y falta tren

Si Distributed Power era la tecnología, el sistema de control era el LOCOTROL. La locomotora líder se comunicaba con las remotas mediante un sistema de radiofrecuencia que coordinaba de forma sincronizada todas las operaciones de aceleración y frenado. Esto permitía reducir drásticamente las fuerzas laterales y la fricción en curvas, lo que disminuía tanto el desgaste de las ruedas como el riesgo de descarrilamiento y, a su vez, se calcula que se consumía entre un 4 y un 6% menos de combustible.

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Pilbara es la región en la que concentra gran parte de sus operaciones, y lo que opera la compañía actualmente son varios trenes regulares con formaciones de unas cuatro locomotoras con unos 270 vagones. No deja de ser impresionante, ya que la longitud de estos trenes se acerca a los tres kilómetros y tienen un peso cargado de unas 40.000 toneladas.

Los próximos pasos de la empresa pasan por electrificar esos trenes para reducir las emisiones, y un truco será utilizar el frenado regenerativo para recargar las baterías en las zonas con pendiente. Es algo que otras empresas también están probando en el país.

Intentos similares. Así, el BHP Iron Ore fue un prodigio, pero también algo único que no se ha visto igualado, ni de cerca, más de 20 años después de su puesta en marcha para aquella prueba. En agosto de este año, Indian Railways puso en funcionamiento el Rudrastra, un tren de 354 vagones y 4,5 kilómetros de longitud propulsado por siete locomotoras (dos al frente y otra cada 59 vagones). Y en Europa también se están haciendo pruebas con trenes de potencia distribuida, pero para trenes de kilómetro y medio.

Al final, todos están muy lejos del Iron Ore tanto en longitud como en peso, pero más allá del récord en 2001 se demostró que esa tecnología de potencia distribuida era una solución para trenes más largos que los convencionales. Veremos si en algún momento alguien tiene la necesidad de crear un tren más largo, pero se antoja complicado.

Imágenes | Wabtec, BHP

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Alejandro Alcolea

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