Ciencia y Tecnología
La gripe aviar H5N1 desata una masacre en la Antártida: la mitad de las focas hembras han desaparecido ya
La gripe aviar es una enfermedad que ahora mismo está en boca de muchas personas en España debido al gran impacto que está teniendo sobre nuestras aves, provocando que muchos corrales tengan que ser confinados. Pero una variante de este virus está también causando estragos en la Antártida, provocando la muerte de miles de focas marinas.
Un santuario roto. La Antártida era un santuario helado e impenetrable, hasta ahora. El virus H5N1 de alta patogenicidad, una variante de la gripe aviar, está llegando a las costas subantárticas para quedarse. Y lo ha hecho provocando una “masacre” según los propios científicos, que han determinado la muerte del 50% de las hembras reproductoras de elefante marino del sur en la isla de Georgia del Sur.
El hallazgo, liderado por el British Antarctic Survey (BAS), no es solo una cifra trágica; es la confirmación de que el virus ha encontrado un nuevo y eficaz vector de transmisión: los mamíferos marinos y no solo las aves.
Cómo se reveló. Cuantificar la mortalidad en colonias tan densas como esta en Georgia del Sur, no es algo fácil. Y es que justamente estamos hablando del hogar de la mayor población de focas marinas, haciendo que su conteo sea una tarea titánica y arriesgada. Aquí es donde entra la tecnología.
El equipo de Bamford utilizó drones para sobrevolar las playas de cría. Comparando la densidad de población antes y después de la llegada del virus, documentaron una pérdida de la mitad de las hembras adultas. Este método no invasivo ha sido clave para obtener datos precisos sin interferir en un ecosistema ya devastado.
No es aislado. Lo que ocurre en Georgia del Sur es la crónica de una muerte anunciada. Este evento es la continuación de la “primera ola” que golpeó la Patagonia argentina.
Un estudio anterior, publicado en Nature Communications, fue el primero en encender todas las alarmas. Este trabajo no solo confirmó el salto del virus desde las aves a los elefantes marinos, sino que demostró lo que más temía la comunidad científica: la transmisión sostenida entre mamíferos.
El caldo de cultivo ideal para este virus fueron los elefantes marinos que viven hacinados en las playas durante la época de cría, se convirtieron en un caldo de cultivo perfecto. El virus ya no necesitaba a las aves para propagarse.
Fuera de control. De esta manera, el H5N1 se ha convertido en una panzootia, es decir, una epidemia animal a escala planetaria. Aunque el foco mediático está ahora mismo en los mamíferos antárticos, y en España en las aves de corral, la realidad es que estamos hablando de un problema mucho mayor.
Según el último informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal, el virus ya ha afectado a más de 150 millones de aves en 84 países, ya sea por muerte directa o por los sacrificios de emergencia necesarios para contenerlo.
Para monitorizar este grave problema, el Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR) mantiene una base de datos actualizada que centraliza todas las detecciones de HPAI en la fauna antártica.
¿Y el riesgo en humanos? Es la pregunta inevitable. Si el virus ha aprendido a saltar de aves a mamíferos y a transmitirse eficientemente entre ellos (como ocurre en focas y elefantes marinos), ¿somos los humanos los siguientes?
La evaluación de riesgo más reciente de la OMS, la FAO y la WOAH mantiene la calma, pero con matices. Ahora mismo, el riesgo para la población humana general sigue considerándose ‘bajo’. Sin embargo, el informe advierte que esta es una infección que debe ser monitorizada de cerca, ya que proporciona al virus la oportunidad de adaptarse mejor a los huéspedes.
En definitiva, cada foca que se infecta en el Ártico es una probabilidad nueva de que el virus termine mutando y que finalmente se pase a estar en un gran problema de seguridad para todos.
Imágenes | Yuriy Rzhemovskiy Fusion Medical Animation
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La noticia
La gripe aviar H5N1 desata una masacre en la Antártida: la mitad de las focas hembras han desaparecido ya
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
.
La gripe aviar es una enfermedad que ahora mismo está en boca de muchas personas en España debido al gran impacto que está teniendo sobre nuestras aves, provocando que muchos corrales tengan que ser confinados. Pero una variante de este virus está también causando estragos en la Antártida, provocando la muerte de miles de focas marinas.
Un santuario roto. La Antártida era un santuario helado e impenetrable, hasta ahora. El virus H5N1 de alta patogenicidad, una variante de la gripe aviar, está llegando a las costas subantárticas para quedarse. Y lo ha hecho provocando una “masacre” según los propios científicos, que han determinado la muerte del 50% de las hembras reproductoras de elefante marino del sur en la isla de Georgia del Sur.
El hallazgo, liderado por el British Antarctic Survey (BAS), no es solo una cifra trágica; es la confirmación de que el virus ha encontrado un nuevo y eficaz vector de transmisión: los mamíferos marinos y no solo las aves.
En Xataka
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Cómo se reveló. Cuantificar la mortalidad en colonias tan densas como esta en Georgia del Sur, no es algo fácil. Y es que justamente estamos hablando del hogar de la mayor población de focas marinas, haciendo que su conteo sea una tarea titánica y arriesgada. Aquí es donde entra la tecnología.
El equipo de Bamford utilizó drones para sobrevolar las playas de cría. Comparando la densidad de población antes y después de la llegada del virus, documentaron una pérdida de la mitad de las hembras adultas. Este método no invasivo ha sido clave para obtener datos precisos sin interferir en un ecosistema ya devastado.
No es aislado. Lo que ocurre en Georgia del Sur es la crónica de una muerte anunciada. Este evento es la continuación de la “primera ola” que golpeó la Patagonia argentina.
Un estudio anterior, publicado en Nature Communications, fue el primero en encender todas las alarmas. Este trabajo no solo confirmó el salto del virus desde las aves a los elefantes marinos, sino que demostró lo que más temía la comunidad científica: la transmisión sostenida entre mamíferos.
El caldo de cultivo ideal para este virus fueron los elefantes marinos que viven hacinados en las playas durante la época de cría, se convirtieron en un caldo de cultivo perfecto. El virus ya no necesitaba a las aves para propagarse.
Fuera de control. De esta manera, el H5N1 se ha convertido en una panzootia, es decir, una epidemia animal a escala planetaria. Aunque el foco mediático está ahora mismo en los mamíferos antárticos, y en España en las aves de corral, la realidad es que estamos hablando de un problema mucho mayor.
Según el último informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal, el virus ya ha afectado a más de 150 millones de aves en 84 países, ya sea por muerte directa o por los sacrificios de emergencia necesarios para contenerlo.
Para monitorizar este grave problema, el Comité Científico para la Investigación Antártica (SCAR) mantiene una base de datos actualizada que centraliza todas las detecciones de HPAI en la fauna antártica.
En Xataka
Nos están tocando los huevos (concretamente, su precio)
¿Y el riesgo en humanos? Es la pregunta inevitable. Si el virus ha aprendido a saltar de aves a mamíferos y a transmitirse eficientemente entre ellos (como ocurre en focas y elefantes marinos), ¿somos los humanos los siguientes?
La evaluación de riesgo más reciente de la OMS, la FAO y la WOAH mantiene la calma, pero con matices. Ahora mismo, el riesgo para la población humana general sigue considerándose ‘bajo’. Sin embargo, el informe advierte que esta es una infección que debe ser monitorizada de cerca, ya que proporciona al virus la oportunidad de adaptarse mejor a los huéspedes.
En definitiva, cada foca que se infecta en el Ártico es una probabilidad nueva de que el virus termine mutando y que finalmente se pase a estar en un gran problema de seguridad para todos.
Imágenes | Yuriy Rzhemovskiy Fusion Medical Animation
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La gripe aviar H5N1 desata una masacre en la Antártida: la mitad de las focas hembras han desaparecido ya
fue publicada originalmente en
Xataka
por
José A. Lizana
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