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Kevin Schwantz: “Me veo reflejado en Marc Márquez”
Kevin Schwantz se ve reflejado en Marc Márquez tras el triunfante paso del piloto español a Ducati, que le ha terminado aportando al #93 su ansiado noveno título mundial de motociclismo, y el séptimo de MotoGP. El corredor estadounidense es uno de los más míticos de la historia de este deporte, campeón de 500cc en 1993 con aquella Suzuki #94 que incorporaba la decoración de Lucky Strike, y ha aprovechado para elogiar al multicampeón de Cervera.
Marc Márquez dejó su marca de toda la vida, Honda, para pilotar una Ducati, la mejor moto de la parrilla, en 2024. Se marchó a uno de sus equipos satélite, Gresini Racing, donde no encontró el arma más potente, pero sí recuperó sensaciones y encontró el camino hacia el lugar más preciado de la parrilla, la escudería oficial de Borgo Panigale.
Allí, como compañero de Pecco Bagnaia, el ilerdense ha arrasado hasta ganar otro título mundial, antes de, desgraciadamente, lesionarse de nuevo en el brazo derecho, motivo que le dejará alejado de las pistas hasta la temporada 2026.
Pero el objetivo de Márquez está cumplido, y Kevin Schwantz, Leyenda de MotoGP e integrante del nuevo Salón de la Fama, ha elogiado el camino emprendido por Marc, por más que el texano nunca abandonara la fábrica de Hamamatsu de la que fue bandera, santo y seña.
“Es difícil dejar la casa con la que empezaste. Yo nunca lo hice, pero entiendo su decisión“, empezó diciendo recientemente, en una entrevista concedida a los compañeros de ‘GPOne’. “Después de todo lo que pasó con la lesión, habría sido fácil dejarlo. En lugar de eso, ha continuado, y eso lo dice todo sobre su espíritu. Creo que su hermano Alex le ayudó mucho, dándole un punto de referencia durante su rehabilitación. Ahora, está demostrando su valía, haciendo que esta temporada sea casi ‘fácil'”.
Kevin Schwantz
Foto de: Gold and Goose Photography / LAT Images / via Getty Images
Así, Schwantz se ve representado en Márquez: “Sí, me veo reflejado en él. Cuando se fue [de Honda], todo el mundo entendió lo mal que lo estaba pasando la marca y cómo lo compensaba todo con su talento. Con Suzuki fue parecido: algunos pilotos eran competitivos, pero nadie podía ganar de inmediato. Empujar fuerte está en nuestro ADN: a veces funciona, a veces te caes por ello… Pero eso es lo que somos“.
Schwantz también tuvo unas palabras sobre los pilotos actuales en la categoría reina y la situación por la que pasa MotoGP: “Bagnaia ha tenido una temporada complicada, aunque ha ganado carreras. Es difícil de entender desde fuera, con toda la electrónica, los neumáticos y la aerodinámica de hoy en día. Si vas demasiado lento, el neumático se enfría y te caes. Es un mundo diferente“.
Y es que el americano pertenece a otra época y a otra raza, donde las motos eran un desafío, y donde tal vez el talento primaba más que la mecánica, algo de lo que disfrutaba: “¡Correr con la moto más rápida habría sido aburrido! Me gustaba tener que elaborar una estrategia, encontrar puntos de adelantamiento. Mi Suzuki no era siempre la más rápida, pero era competitiva. En 1989, era fuerte, pero frágil. En 1993, por fin todo funcionaba: fiabilidad, regularidad, prestaciones… No necesitabas velocidad punta, sólo inteligencia y coraje”.
Algo que mantiene Schwantz es su necesidad de velocidad: “Por supuesto. Solo voy a la pista en los eventos de Suzuki, donde todo está controlado. No quiero que alguien que intente adelantarme diga que lo ha hecho. Pero me sigue encantando la sensación de empujar, como cuando llevas la GSX-8 en Misano a tope, y sientes que el corazón te late como antes. Correr era una necesidad, el deseo de luchar. Ganar era genial, pero lo mejor era volver a boxes y ver la alegría del equipo. Me gustaba ganar por ellos. Todo el riesgo valía esa felicidad colectiva”.
