El regreso de Neymar al Santos prometía ser una historia de redención, sin embargo el desempeño de el ’10’ basileño no ha cumplido con las expectativas; entre baja en el rendimiento esperado, las constantes lesiones y sus constantes polémicas, sus resultados en el terreno de juego se han diluído a chispazos que no son suficientes para enderezar el camino de un Santos que parece perdido y destinado al fracaso en el Baseileirao.
Ahora, la reacción del astro brasileño tras ser sustituido ante Flamengo encendió las alarmas aumentando los rumores sobre una mala relación de Neymar con con el técnico Juan Pablo Vojvoda.
El delantero brasileño Neymar volvió a ser titular con Santos después de casi dos meses de ausencia, pero su regreso no fue el esperado. En el duelo frente a Flamengo, que terminó con derrota 3-2 para el Peixe, el atacante protagonizó una escena que dio la vuelta a Brasil: al ser reemplazado por Benjamín Rollheiser a cinco minutos del final, el número 10 mostró su molestia y se marchó directo al vestuario sin pasar por el banco de suplentes.
El gesto fue interpretado por muchos como una falta de respeto, pero el entrenador argentino Juan Pablo Vojvoda defendió al futbolista. “Es lógico que esté decepcionado, como lo estaría cualquier otro jugador, pero yo soy quien decide quién sale”, explicó el técnico en conferencia de prensa.
No fue irrespetuoso ni nada parecido. El respeto está y los jugadores quieren ayudar al club en este momento tan difícil
Juan Pablo Vijvoda
La derrota ante Flamengo agravó la situación del Santos, que sigue en zona de descenso a cinco fechas del final del Brasileirao. Con dos puntos menos que Vitória, el equipo paulista necesita reaccionar rápidamente si quiere mantenerse en la primera división.
Para Neymar, esta lucha por la permanencia es crucial. Su continuidad en el Santos depende del desenlace de la temporada, ya que el jugador no quiere comprometer sus posibilidades de llegar en forma al Mundial 2026.
Flamengo, en cambio, celebró a lo grande. El triunfo le permitió igualar a Palmeiras en la cima del campeonato, además de mantener el impulso anímico de cara a la final de la Copa Libertadores 2025, que se jugará en Lima el 29 de noviembre.
Mientras tanto, en Santos el ambiente es de incertidumbre. El gesto de Neymar no solo refleja frustración deportiva, sino también el peso de una estrella que regresó para rescatar al club de su infancia… y que hoy lucha contra el reloj para evitar un final amargo.
