Ciencia y Tecnología
¿Va a estallar la burbuja de las IA?
Miles de millones de dólares han sido invertidos en la IA, lo que ha impulsado al alza las cotizaciones en la bolsa. Sin embargo, ya empiezan a aparecer grietas, como el aumento de los costos y los escasos retornos.
Miles de millones de dólares han sido invertidos en la IA, lo que ha impulsado al alza las cotizaciones en la bolsa. Sin embargo, ya empiezan a aparecer grietas, como el aumento de los costos y los escasos retornos.
La fiesta de la Inteligencia Artificial (IA) está en pleno apogeo, con decenas de miles de millones invertidos en infraestructuras, nuevas empresas y talentos.
Entre los anuncios más destacados de este año se encuentra la noticia de que Open AI, Softbank y Oracle se comprometieron a invertir 500 mil millones de dólares en supercomputadoras de IA.
En China, en tanto, los gigantes Alibaba y Tencent incrementaron sus inyecciones de recursos con la ambición de llevar al país al liderazgo en el campo de las IA hacia 2030.
Pero las señales de estancamiento son cada vez más difíciles de pasar por alto. El uso de la IA por parte de las empresas está disminuyendo. Muchos economistas piensan que las preocupaciones sobre el uso, apenas tres años después de que se popularizara, desmienten la narrativa imperante sobre que la IA va a revolucionar la forma en que operan las empresas al agilizar las tareas repetitivas y mejorar las predicciones.
“La gran apuesta por infraestructura presupone un aumento vertiginoso de su uso. Sin embargo, múltiples encuestas muestran que este ha disminuido desde el verano”, dice a DW Carl-Benedikt Frey, profesor de IA en la Universidad de Oxford. “A menos que surjan pronto nuevas utilidades de uso duradero, la burbuja podría estallar”.
La Oficina del Censo de Estados Unidos, que encuesta a 1,2 millones de empresas de ese país cada 15 días, descubrió que el uso de herramientas de IA en firmas con más de 250 empleados cayó de casi el 14 por ciento en junio a menos del 12 por ciento en agosto.
El mayor desafío de las IA es su tendencia a alucinar, es decir, generar información plausible, pero falsa. Otras debilidades son su confiabilidad y el pobre desempeño de los agentes autónomos, que completan su tareas con éxito solo un tercio de las veces.
“A diferencia de un practicante que aprende en el trabajo, los sistemas de IA preentrenados no mejoran a través de la experiencia. Necesitamos aprendizaje continuo y modelos que se adapten a circunstancias cambiantes”, dice Frey.
Consumo insostenible de capital
A medida que se amplía la brecha entre las expectativas desorbitadas y la realidad comercial, el entusiasmo de los inversores por la IA empieza a desvanecerse. En el tercer trimestre del año, las operaciones de capital de riesgo con empresas privadas de IA cayeron un 22 por ciento intertrimestral.
“Lo que me perturba es la magnitud de la inversión en comparación con los ingresos generados por la IA”, dice a DW el economista Stuart Mills, miembro sénior de la London School of Economics.
OpenAI, líder del mercado, generó 3700 millones de dólares el año pasado, frente a gastos operativos totales de hasta 9000 millones de dólares. La compañía asegura que va camino a obtener este año unos 13 000 millones en ingresos, pero se prevé que gaste 129 000 millones de dólares antes de 2029.
Pocos han cuantificado la burbuja de la IA con tanta contundencia como Julien Garran, socio de la firma británica MacroStrategy Partnership. Él estima que el enorme volumen de capital que fluye hacia las IA —pese a la escasa evidencia existente sobre una rentabilidad sostenible— empequeñece las anteriores fiebres especulativas. “Es 17 veces más grande que el estallido de la burbuja de las punto com”, dice a DW.
Inversores cada vez más cautelosos
Los recientes resultados de las grandes tecnológicas han generado un optimismo cauto, pero también nuevas dudas sobre el potencial de la IA. Los ingresos del tercer trimestre de la plataforma de análisis de datos Palatir aumentaron un 63 por ciento, pero el precio de sus acciones cayó un 7 por ciento tras conocerse la noticia. AMD y Meta también vieron cómo sus sólidos resultados relacionados con la IA se veían eclipsados por las preocupaciones del mercado sobre la sostenibilidad del sistema.
Esa desconexión entre los valores al alza y bases inestables es exactamente lo que preocupa a Mills, quien ve una brecha cada vez mayor entre lo que la IA promete y lo que realmente ofrece al mercado.
¿Cuándo estallará la burbuja?
“Con la excepción de Nvidia, que está vendiendo a manos llenas, la mayoría de las empresas de IA generativa están tremendamente sobrevaloradas”, dice a DW Gary Marcus, profesor de psicología y neurociencia en la Universidad de Nueva York. “Estimo que todo se derrumbará, posiblemente pronto. Los fundamentos, tanto técnicos como económicos, no tienen sentido”.
Con un tono menos sombrío, Sarah Hoffman, directora de Liderazgo de Pensamiento en IA de la firma AlphaSense, predice más bien una “corrección del mercado” antes que una “explosión cataclísmica de la burbuja”.
Tras un largo período de exagerada publicidad, la inversión empresarial en IA se volverá más selectiva, explica Hoffman, con un enfoque que pasará de las “grandes promesas a pruebas claras de los efectos” de la oferta, con el fin de garantizar que los “proyectos generen retornos cuantificables”.
(dzc/ms)
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