Connect with us

Ciencia y Tecnología

Me he montado en un XPeng Mona 100% autónomo por una ciudad china. Tesla y Europa tienen un problema

Published

on

Me he montado en un XPeng Mona 100% autónomo por una ciudad china. Tesla y Europa tienen un problema

Son las 09:00 de la mañana y en el parking subterráneo del hotel Langham de Cantón se ha concentrado una pequeña muchedumbre. El foco de atención lo concentra un impresionante XPeng P7 sin matricular. Es uno de los muchos coches eléctricos encargados de trasladar a un puñado de periodistas y creadores de contenido hasta los cuarteles generales de Xpeng, a unos 10 kilómetros del hotel. 

El fabricante chino presenta esta semana algunas de las novedades más importantes de su corta historia. Entre ellas, la que estoy a punto de experimentar.

Mi vehículo asignado es un Mona, sin duda menos elegante y fantasioso que el P7. Ambos coches se encuentran en los extremos opuestos de XPeng: el P7 es su punta de lanza, un coche que aspira a rivalizar por diseño y prestaciones con los mejores eléctricos del mercado, mientras que el Mona es su gama de entrada. En China, esa “entrada” se traduce en poco más de 17.000 euros. Es un coche barato, tanto desde un punto de vista absoluto como desde el relativo —el Tesla Model 3 más barato allí cuesta en torno a 28.000 euros—. 

Sucede que el Mona es más interesante que el P7 por este mismo motivo. Cuando XPeng anunció su lanzamiento en Europa a lo largo de la segunda mitad de 2026 causó una gran expectación. Al contrario que otras marcas chinas, XPeng cuenta con cierto pedigrí. Se trata de una marca joven, de apenas diez años, centrada exclusivamente en los coches eléctricos y en sistemas de conducción autónoma. Su mímesis occidental es Tesla. Sus precios no. Al menos en lo que respecta al Mona.

Estas y otras ideas cruzaban mi mente cuando tomé asiento dentro de un Mona gris plateado acompañado de un trabajador de XPeng, encargado de conducir el vehículo, y de otros dos acompañantes. Distraído como me hallaba en los aspectos materiales del coche —correctos acabados, espacio sorprendente, una pantalla grande pero colocada en un ángulo de visión perfecto para no comerse el salpicadero— y sentado justo detrás del conductor, durante los primeros metros de trayecto, en el garaje, no caí en algo elemental.

No había nadie al volante.

Xpeng Mona

Figuradamente, claro. 

El trabajador de XPeng se encontraba sentado en el asiento del conductor pero no manejaba el volante. El Mona trazaba las curvas de 90º del garaje sin que nadie supervisara su actividad. Fue ahí cuando desperté de mi letargo: la exhibición de fuerza del XPeng Mona no residiría ni en su diseño ni en sus especificaciones sino en su algoritmo, un sistema de conducción autónoma que XPeng ha desarrollado durante el último año y que implantará poco a poco en todos sus coches a partir de 2026: el VLA 2.0.

Un trayecto aburridísimo por Cantón

Podemos entrar en los detalles técnicos más adelante, pero lo primordial en todo producto de consumo siempre serán las sensaciones, su aplicación práctica, el impacto inmediato que tiene en la vida de las personas. Y en mi opinión, el XPeng Mona tiene entre manos una bomba de relojería.

El primer argumento para justificar esa última frase es la naturalidad. Como descubriría a lo largo de diez kilómetros, mi momentáneo despiste en el garaje estaba justificado. La conducción autónoma de XPeng es lo suficientemente orgánica, intuitiva y suave como para confundirla a ciegas con un correcto conductor humano. El Mona se incorporó a una de las principales calles de Cantón sin mayores problemas, permutó carriles con agilidad y sin dudas, se tomó con calma las incorporaciones y las salidas.

Xpeng 2

Amaps, el “Google Maps” de China, es el proveedor cartográfico de XPeng y su VLA 2.0. En la imagen se aprecia el amplio rango de visión del Mona: más de un centenar de metros por delante y hasta los coches que circulan en dirección contraria y, en teoría, sin riesgo para el vehículo.

Y lo que es lo más importante: esquivó los obstáculos sin grandes dramas. ¿Un camión frena repentinamente en el carril central o comienza a bailar peligrosamente de un lado a otro de la calzada? Nada que temer. El Mona reaccionaba tal y como reaccionaría un experto conductor humano: previsión de movimientos, control del espacio y calma. Sus 13 cámaras dotan de “visión” a un sistema de inteligencia artificial que traduce la información en tiempo real y que toma las decisiones correctas en situaciones críticas.

Lo pudimos observar de primera mano en uno de los muchos giros de 90º donde las motos eléctricas, omnipresentes en China, asaltaban el campo de visión del coche sin previo aviso. Desprovisto de LiDAR, el VLA 2.0 de XPeng muestra sobre la pantalla interior del coche todo lo que percibe y deja de percibir. Su “percepción” sensorial es tan amplia que abarca los tres o cuatro carriles en dirección contraria de las grandes avenidas de Cantón… o los peatones, bicicletas y motos que entran y salen rápidamente de la escena.

A esta amplia vista, XPeng suma una rápida reacción. Si no atropellamos a alguna e-scooter en un cruce no se debió a la pericia de sus conductores sino a la finísima conducción autónoma del Mona. Cuando el coche llegó a su destino —una de las miles y miles de plazas disponibles en el inmenso garaje subterráneo de las oficinas de XPeng—, el trabajador-conductor nos mostró la información recopilada durante el viaje. 

Distancia: 10 kilómetros. Tiempo invertido en conducción humana: ninguno. Tiempo en conducción autónoma: 100%.

No fue un trayecto fácil. El Mona se enfrentó a todas las situaciones que un coche podría enfrentarse en una gran ciudad —Cantón tiene 13 millones de habitantes—: retenciones, congestiones, tráfico fluido, tráfico ligero, taxis, motocicletas, camiones —sin duda los elementos más peligrosos en China—, grandes avenidas de tres carriles, grandes anillos de circunvalación de cuatro o cinco carriles, calles de ida y vuelta, convivencia con carriles bici o destinados a ciclomotores, peatones, etcétera. Lo tuvo todo. Y de todo salió airoso. Lo mejor que podría decir del viaje es que fue… Completamente olvidable.

Excepto porque en todo momento estuvo controlado por una IA.

Un combo mortal si llega a Europa (si llega)

A priori, el aterrizaje del XPeng Mona puede causar estragos en Europa. Si damos por buena la máxima para todo vehículo chino cuando llega al viejo continente —hay que doblar el precio— nos encontraríamos con un vehículo 100% eléctrico y 100% capacitado para la conducción autónoma por apenas 35.000 euros. Es un precio muy competitivo para todo lo que ofrece, con el flamante VLA 2.0 por bandera. Ahora bien, es un precio ahora mismo tramposo.

Hay motivos para el escepticismo. El primero es la regulación. Como los trabajadores de XPeng nos han subrayado constantemente durante nuestra visita a sus instalaciones, las limitaciones técnicas a su conducción autónoma son inexistentes. Están en la vanguardia de la industria —ahora veremos por qué—. Sucede que los Gobiernos no son tan entusiastas. China admite ciertos experimentos y sistemas semi-autónomos —nuestro conductor tuvo la mano pegada al volante en todo momento, es obligatorio— en determinadas ciudades. Y sigue siendo suspicaz respecto a los “hallazgos” de su industria.

Al Ciena

La prueba del delito: 100% de conducción autónoma.

En Europa la situación es aún más estricta. La conducción autónoma no está permitida por la Comisión salvo en contextos específicos y con alta intervención humana. El principal atractivo del XPeng Mona a 35.000 hipotéticos euros desaparecería de un plumazo. Seguiría siendo un coche con una interesante cuota de mercado y quizá causaría más de un quebradero de cabeza al Model 3 —39.000 euros de precio base—, pero no un game changer

Este ha sido uno de los grandes caballos de batalla de Elon Musk durante el último año: su particular sistema de conducción autónoma (el FSD) no tiene el visto bueno de la UE, lo que limita los ambiciosos planes autónomos de Tesla. Waymo y Lyft tienen experimentos planteados a lo largo de 2026 en algunas ciudades del continente, en especial en Reino Unido, donde el Gobierno ya ha dado su visto bueno. Pero la conducción autónoma en Europa sigue siendo una incógnita.

En especial si pensamos en los tiempos y en los procedimientos tan garantistas de la UE: el VLA 2.0 es el paquete más avanzado de XPeng y también su gran ventaja competitiva, al menos según la propia compañía, y es posible que la UE apruebe un marco regulatorio conservador en materia autónoma. El Mona podría llegar a Europa con ciertas funcionalidades, pero no todas.

Por último, casi todas las promesas de la industria en materia self-driving han estado por encima de sus resultados. Lo hemos visto una y otra vez con Tesla: Elon Musk lleva una década explicando que su FSD es infalible, que “salva vidas” y que es el futuro tornado a presente. La realidad es que sus deadlines no se han cumplido, que acumula millones de investigaciones en EEUU y también algunos problemas legales. En China, como hemos visto, los fabricantes dicen una cosa y el Gobierno cree que la realidad es otra.

Una nueva evolución en la autonomía

Es decir: la industria tiene prisa por acelerar la conducción autónoma. Aunque eso choque con limitaciones legales o técnicas. En ese contexto, ¿cuál es el argumento de XPeng? En palabras de He Xiaopeng, su CEO y el hombre que da nombre a la marca, la “IA física”.

Fue el gran eslogan de una keynote donde introdujo el VLA 2.0 como gran salto adelante de XPeng a todos los niveles. La marca no solo abarca el negocio de los coches eléctricos y autónomos: también tiene una división de robótica y otra de coches voladores y aviones eléctricos. Como Tesla, XPeng no es tanto una empresa dedicada a la automoción como una empresa dedicada a la frontera tecnológica. En este caso, a la IA y al desarrollo de sistemas autónomos.

En ese sentido, lo más llamativo del Mona que nos trasladó del hotel a las oficinas de XPeng fue su vanguardismo: el resto de Monas vendidos por XPeng en China durante el último año funcionan con la versión anterior de VLA. Acrónimo de “Vision → Language → Action”, el VLA 2.0 elimina el “lenguaje” de la ecuación. Explicado de forma sencilla, cuando las 13 cámaras captan el entorno del Mona (V) tienen que traducirlo primero a un lenguaje (L) y después a un comando para ejecutar una acción (A). 

En ese doble proceso se pierde información, según XPeng, por lo que su VLA 2.0 se deshace del lenguaje. Según Xiaopeng, 15 segundos de acción en el antiguo modelo equivalían a un texto de más de 200 palabras (en chino, más denso en información). De forma inevitable, la acción final era el resultado de un teléfono roto. El VLA 2.0 nace con el expreso propósito de razonar de forma más parecida a un humano: cuando nuestros ojos ven algo el cerebro traslada el comando de forma directa, no necesitamos un lenguaje para explicárselo. 

Mona

Se supone que los XPeng Mona llegarán a Europa en 2026.

Es ahí donde reaparece la idea de “IA física”. Xiaopeng cree que la IA digital —los LLM— está muy bien, pero que no desbloqueará todo su potencial hasta que no interactúe con el medio que le rodea, con su entorno físico. De ese anhelo surge el amplio portfolio de XPeng: desde coches autónomos hasta robots dedicados al servicio humano, pasando por coches voladores. La nueva IA de XPeng se aleja de un modelo “lenguaje-céntrico” para un modelo “visión-céntrico”. Y de ahí, nos explican, la increíble sutileza del Mona en nuestros 10 kilómetros de viaje.

XPeng tiene planes muy ambiciosos. El sostén de una IA tan desarrollada que “aprende directamente del mundo” —se han utilizado más de 100 millones de vídeos de situaciones de conducción complejísimas y extremas para entrenarla— y que percibe su entorno conforme avanza a través de él, no sobre un mapa pre-determinado, es un chip propio llamado Turing sobre el que la empresa ha trabajado durante los últimos cinco años

Hay fundamentos, en definitiva, y un proyecto a largo plazo para liderar no solo una industria sino un progreso tecnológico radical en cierto sentido radical: la IA aplicada al mundo corpóreo, terrenal. El relato está muy bien construido. Y a tenor de lo que hemos podido ver de primera mano en Cantón, su producto también: los coches XPeng están bien diseñados, cuentan con unas especificaciones fantásticas —sin entrar en sus baterías de 800V— y se mueven como pez en el agua por Cantón sin necesidad de un conductor humano.

Todo suena fenomenal. Y si todo se cumple al precio que se promete, tanto la industria europea como Tesla tienen un problema. La cuestión es que debe cumplirse.

 Imagen | Andrés P. Mohorte (Xataka)

En Xataka | Un kilómetro de autonomía por segundo: China tiene un nuevo cargador que aspira a ser el rey del coche eléctrico

En Xataka | El software en Volkswagen es tal caos que sólo ha encontrado una salida: enviar a sus ingenieros a China para que aprendan


La noticia

Me he montado en un XPeng Mona 100% autónomo por una ciudad china. Tesla y Europa tienen un problema

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Andrés P. Mohorte

.

​Son las 09:00 de la mañana y en el parking subterráneo del hotel Langham de Cantón se ha concentrado una pequeña muchedumbre. El foco de atención lo concentra un impresionante XPeng P7 sin matricular. Es uno de los muchos coches eléctricos encargados de trasladar a un puñado de periodistas y creadores de contenido hasta los cuarteles generales de Xpeng, a unos 10 kilómetros del hotel. 

El fabricante chino presenta esta semana algunas de las novedades más importantes de su corta historia. Entre ellas, la que estoy a punto de experimentar.

Mi vehículo asignado es un Mona, sin duda menos elegante y fantasioso que el P7. Ambos coches se encuentran en los extremos opuestos de XPeng: el P7 es su punta de lanza, un coche que aspira a rivalizar por diseño y prestaciones con los mejores eléctricos del mercado, mientras que el Mona es su gama de entrada. En China, esa “entrada” se traduce en poco más de 17.000 euros. Es un coche barato, tanto desde un punto de vista absoluto como desde el relativo —el Tesla Model 3 más barato allí cuesta en torno a 28.000 euros—. 

Sucede que el Mona es más interesante que el P7 por este mismo motivo. Cuando XPeng anunció su lanzamiento en Europa a lo largo de la segunda mitad de 2026 causó una gran expectación. Al contrario que otras marcas chinas, XPeng cuenta con cierto pedigrí. Se trata de una marca joven, de apenas diez años, centrada exclusivamente en los coches eléctricos y en sistemas de conducción autónoma. Su mímesis occidental es Tesla. Sus precios no. Al menos en lo que respecta al Mona.

En Xataka

BYD llevaba la delantera para ser la primera marca china en fabricar en Europa: Xpeng le ha adelantado por la derecha

Estas y otras ideas cruzaban mi mente cuando tomé asiento dentro de un Mona gris plateado acompañado de un trabajador de XPeng, encargado de conducir el vehículo, y de otros dos acompañantes. Distraído como me hallaba en los aspectos materiales del coche —correctos acabados, espacio sorprendente, una pantalla grande pero colocada en un ángulo de visión perfecto para no comerse el salpicadero— y sentado justo detrás del conductor, durante los primeros metros de trayecto, en el garaje, no caí en algo elemental.

No había nadie al volante.

Figuradamente, claro. 

El trabajador de XPeng se encontraba sentado en el asiento del conductor pero no manejaba el volante. El Mona trazaba las curvas de 90º del garaje sin que nadie supervisara su actividad. Fue ahí cuando desperté de mi letargo: la exhibición de fuerza del XPeng Mona no residiría ni en su diseño ni en sus especificaciones sino en su algoritmo, un sistema de conducción autónoma que XPeng ha desarrollado durante el último año y que implantará poco a poco en todos sus coches a partir de 2026: el VLA 2.0.

Un trayecto aburridísimo por CantónPodemos entrar en los detalles técnicos más adelante, pero lo primordial en todo producto de consumo siempre serán las sensaciones, su aplicación práctica, el impacto inmediato que tiene en la vida de las personas. Y en mi opinión, el XPeng Mona tiene entre manos una bomba de relojería.

El primer argumento para justificar esa última frase es la naturalidad. Como descubriría a lo largo de diez kilómetros, mi momentáneo despiste en el garaje estaba justificado. La conducción autónoma de XPeng es lo suficientemente orgánica, intuitiva y suave como para confundirla a ciegas con un correcto conductor humano. El Mona se incorporó a una de las principales calles de Cantón sin mayores problemas, permutó carriles con agilidad y sin dudas, se tomó con calma las incorporaciones y las salidas.

Amaps, el “Google Maps” de China, es el proveedor cartográfico de XPeng y su VLA 2.0. En la imagen se aprecia el amplio rango de visión del Mona: más de un centenar de metros por delante y hasta los coches que circulan en dirección contraria y, en teoría, sin riesgo para el vehículo.

Y lo que es lo más importante: esquivó los obstáculos sin grandes dramas. ¿Un camión frena repentinamente en el carril central o comienza a bailar peligrosamente de un lado a otro de la calzada? Nada que temer. El Mona reaccionaba tal y como reaccionaría un experto conductor humano: previsión de movimientos, control del espacio y calma. Sus 13 cámaras dotan de “visión” a un sistema de inteligencia artificial que traduce la información en tiempo real y que toma las decisiones correctas en situaciones críticas.

Lo pudimos observar de primera mano en uno de los muchos giros de 90º donde las motos eléctricas, omnipresentes en China, asaltaban el campo de visión del coche sin previo aviso. Desprovisto de LiDAR, el VLA 2.0 de XPeng muestra sobre la pantalla interior del coche todo lo que percibe y deja de percibir. Su “percepción” sensorial es tan amplia que abarca los tres o cuatro carriles en dirección contraria de las grandes avenidas de Cantón… o los peatones, bicicletas y motos que entran y salen rápidamente de la escena.

En Xataka

Las marcas de coches eléctricos chinas se han empeñado en independizarse de los chips estadounidenses. Incluida Xpeng

A esta amplia vista, XPeng suma una rápida reacción. Si no atropellamos a alguna e-scooter en un cruce no se debió a la pericia de sus conductores sino a la finísima conducción autónoma del Mona. Cuando el coche llegó a su destino —una de las miles y miles de plazas disponibles en el inmenso garaje subterráneo de las oficinas de XPeng—, el trabajador-conductor nos mostró la información recopilada durante el viaje. 

Distancia: 10 kilómetros. Tiempo invertido en conducción humana: ninguno. Tiempo en conducción autónoma: 100%.

No fue un trayecto fácil. El Mona se enfrentó a todas las situaciones que un coche podría enfrentarse en una gran ciudad —Cantón tiene 13 millones de habitantes—: retenciones, congestiones, tráfico fluido, tráfico ligero, taxis, motocicletas, camiones —sin duda los elementos más peligrosos en China—, grandes avenidas de tres carriles, grandes anillos de circunvalación de cuatro o cinco carriles, calles de ida y vuelta, convivencia con carriles bici o destinados a ciclomotores, peatones, etcétera. Lo tuvo todo. Y de todo salió airoso. Lo mejor que podría decir del viaje es que fue… Completamente olvidable.

Excepto porque en todo momento estuvo controlado por una IA.

Un combo mortal si llega a Europa (si llega)A priori, el aterrizaje del XPeng Mona puede causar estragos en Europa. Si damos por buena la máxima para todo vehículo chino cuando llega al viejo continente —hay que doblar el precio— nos encontraríamos con un vehículo 100% eléctrico y 100% capacitado para la conducción autónoma por apenas 35.000 euros. Es un precio muy competitivo para todo lo que ofrece, con el flamante VLA 2.0 por bandera. Ahora bien, es un precio ahora mismo tramposo.

Hay motivos para el escepticismo. El primero es la regulación. Como los trabajadores de XPeng nos han subrayado constantemente durante nuestra visita a sus instalaciones, las limitaciones técnicas a su conducción autónoma son inexistentes. Están en la vanguardia de la industria —ahora veremos por qué—. Sucede que los Gobiernos no son tan entusiastas. China admite ciertos experimentos y sistemas semi-autónomos —nuestro conductor tuvo la mano pegada al volante en todo momento, es obligatorio— en determinadas ciudades. Y sigue siendo suspicaz respecto a los “hallazgos” de su industria.

La prueba del delito: 100% de conducción autónoma.

En Europa la situación es aún más estricta. La conducción autónoma no está permitida por la Comisión salvo en contextos específicos y con alta intervención humana. El principal atractivo del XPeng Mona a 35.000 hipotéticos euros desaparecería de un plumazo. Seguiría siendo un coche con una interesante cuota de mercado y quizá causaría más de un quebradero de cabeza al Model 3 —39.000 euros de precio base—, pero no un game changer. 

Este ha sido uno de los grandes caballos de batalla de Elon Musk durante el último año: su particular sistema de conducción autónoma (el FSD) no tiene el visto bueno de la UE, lo que limita los ambiciosos planes autónomos de Tesla. Waymo y Lyft tienen experimentos planteados a lo largo de 2026 en algunas ciudades del continente, en especial en Reino Unido, donde el Gobierno ya ha dado su visto bueno. Pero la conducción autónoma en Europa sigue siendo una incógnita.

En Xataka

Tesla quiere mantener en secreto ciertos datos de accidentes con sus coches. Un juez decidirá si deben hacerse públicos

En especial si pensamos en los tiempos y en los procedimientos tan garantistas de la UE: el VLA 2.0 es el paquete más avanzado de XPeng y también su gran ventaja competitiva, al menos según la propia compañía, y es posible que la UE apruebe un marco regulatorio conservador en materia autónoma. El Mona podría llegar a Europa con ciertas funcionalidades, pero no todas.

Por último, casi todas las promesas de la industria en materia self-driving han estado por encima de sus resultados. Lo hemos visto una y otra vez con Tesla: Elon Musk lleva una década explicando que su FSD es infalible, que “salva vidas” y que es el futuro tornado a presente. La realidad es que sus deadlines no se han cumplido, que acumula millones de investigaciones en EEUU y también algunos problemas legales. En China, como hemos visto, los fabricantes dicen una cosa y el Gobierno cree que la realidad es otra.

Una nueva evolución en la autonomía

Es decir: la industria tiene prisa por acelerar la conducción autónoma. Aunque eso choque con limitaciones legales o técnicas. En ese contexto, ¿cuál es el argumento de XPeng? En palabras de He Xiaopeng, su CEO y el hombre que da nombre a la marca, la “IA física”.

Fue el gran eslogan de una keynote donde introdujo el VLA 2.0 como gran salto adelante de XPeng a todos los niveles. La marca no solo abarca el negocio de los coches eléctricos y autónomos: también tiene una división de robótica y otra de coches voladores y aviones eléctricos. Como Tesla, XPeng no es tanto una empresa dedicada a la automoción como una empresa dedicada a la frontera tecnológica. En este caso, a la IA y al desarrollo de sistemas autónomos.

En Xataka

Las marcas de coches eléctricos chinas se han empeñado en independizarse de los chips estadounidenses. Incluida Xpeng

En ese sentido, lo más llamativo del Mona que nos trasladó del hotel a las oficinas de XPeng fue su vanguardismo: el resto de Monas vendidos por XPeng en China durante el último año funcionan con la versión anterior de VLA. Acrónimo de “Vision → Language → Action”, el VLA 2.0 elimina el “lenguaje” de la ecuación. Explicado de forma sencilla, cuando las 13 cámaras captan el entorno del Mona (V) tienen que traducirlo primero a un lenguaje (L) y después a un comando para ejecutar una acción (A). 

En ese doble proceso se pierde información, según XPeng, por lo que su VLA 2.0 se deshace del lenguaje. Según Xiaopeng, 15 segundos de acción en el antiguo modelo equivalían a un texto de más de 200 palabras (en chino, más denso en información). De forma inevitable, la acción final era el resultado de un teléfono roto. El VLA 2.0 nace con el expreso propósito de razonar de forma más parecida a un humano: cuando nuestros ojos ven algo el cerebro traslada el comando de forma directa, no necesitamos un lenguaje para explicárselo. 

Se supone que los XPeng Mona llegarán a Europa en 2026.

Es ahí donde reaparece la idea de “IA física”. Xiaopeng cree que la IA digital —los LLM— está muy bien, pero que no desbloqueará todo su potencial hasta que no interactúe con el medio que le rodea, con su entorno físico. De ese anhelo surge el amplio portfolio de XPeng: desde coches autónomos hasta robots dedicados al servicio humano, pasando por coches voladores. La nueva IA de XPeng se aleja de un modelo “lenguaje-céntrico” para un modelo “visión-céntrico”. Y de ahí, nos explican, la increíble sutileza del Mona en nuestros 10 kilómetros de viaje.

XPeng tiene planes muy ambiciosos. El sostén de una IA tan desarrollada que “aprende directamente del mundo” —se han utilizado más de 100 millones de vídeos de situaciones de conducción complejísimas y extremas para entrenarla— y que percibe su entorno conforme avanza a través de él, no sobre un mapa pre-determinado, es un chip propio llamado Turing sobre el que la empresa ha trabajado durante los últimos cinco años. 

En Xataka

Xpeng ya busca fábrica en Europa y su motivo va más allá de los aranceles a los coches eléctricos: necesitan comprendernos

Hay fundamentos, en definitiva, y un proyecto a largo plazo para liderar no solo una industria sino un progreso tecnológico radical en cierto sentido radical: la IA aplicada al mundo corpóreo, terrenal. El relato está muy bien construido. Y a tenor de lo que hemos podido ver de primera mano en Cantón, su producto también: los coches XPeng están bien diseñados, cuentan con unas especificaciones fantásticas —sin entrar en sus baterías de 800V— y se mueven como pez en el agua por Cantón sin necesidad de un conductor humano.

Todo suena fenomenal. Y si todo se cumple al precio que se promete, tanto la industria europea como Tesla tienen un problema. La cuestión es que debe cumplirse.

 Imagen | Andrés P. Mohorte (Xataka)

En Xataka | Un kilómetro de autonomía por segundo: China tiene un nuevo cargador que aspira a ser el rey del coche eléctrico

En Xataka | El software en Volkswagen es tal caos que sólo ha encontrado una salida: enviar a sus ingenieros a China para que aprendan

– La noticia

Me he montado en un XPeng Mona 100% autónomo por una ciudad china. Tesla y Europa tienen un problema

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Andrés P. Mohorte

.   

​   

​ 

Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *