Lo que parecía una noche destinada al drama terminó con una victoria cargada de tensión y fortuna. En la novena entrada, con la temporada pendiendo de un hilo, Roki Sasaki golpeó accidentalmente a Alejandro Kirk, otorgando una peligrosa base por golpe sin outs. Con Addison Barger, héroe de la postemporada para los Blue Jays, al bate, el escenario parecía inclinarse a favor de Toronto.
Barger conectó un potente elevado que se internó en el jardín izquierdo-central, justo entre Kike Hernández y Justin Dean. La pelota parecía destinada a convertirse en el batazo del empate, pues Myles Straw, corredor emergente, tenía vía libre para anotar. Sin embargo, el destino -y el reglamento- jugaron a favor de Los Ángeles: la pelota quedó atrapada bajo la cerca del jardín, y fue decretada bola muerta.
Gracias a esa jugada, Barger solo avanzó a segunda base y Straw se quedó en tercera, impidiendo el empate. Fue, sin duda, la acción más determinante del partido.
Tras la jugada, Justin Dean explicó que sabía perfectamente que no debía tocar la pelota. “Simplemente confiaba en que la regla es la regla y en que esa pelota encajaría en la descripción”. Si Dean hubiera intentado sacar la pelota de debajo de la valla, la jugada habría seguido viva, permitiendo probablemente que Straw anotara y que Barger avanzara aún más.
La reacción del jardinero fue digna de un veterano. Con su decisión de dejar que el árbitro interviniera, Dean logró detener la acción justo a tiempo, preservando la ventaja mínima que separaba a los Dodgers de la eliminación.
Esa fracción de segundo cambió la historia: en la siguiente jugada, Los Ángeles ejecutó una doble matanza perfecta (7-4) que selló la victoria y forzó el decisivo Juego 7 de la Serie Mundial.
La jugada fortuita no solo mostró el conocimiento del reglamento por parte de Dean, sino también el temple de un equipo que se niega a rendirse. Con la victoria 3-1 en el Juego 6, los Dodgers mantienen viva la esperanza de conquistar su segundo título en cinco años.
El Juego 7 se disputará este sábado, y el manager Dave Roberts confía en el impulso anímico de su equipo tras escapar del borde del abismo. “Estas son las victorias que definen a un campeón”, afirmó.
Los Dodgers sobrevivieron por centímetros… pero en octubre, a veces, eso es todo lo que se necesita.
