Ciencia y Tecnología
La frontera entre Marruecos y Algeria se cerró en 1994. 30 años después, la pelea amenaza con cobrarse su pieza más insospechada: el dátil

Basta un golpe fuerte, seco, certero. Uno solo, en centro del pecho. Cuando eso ocurre, el diafragma se contrae violentamente y el cuerpo exhala todo el aire que tiene dentro: la persona, temporalmente, es incapaz de inhalar. Justo eso es lo que ocurrió con el mercado internacional del dátil el 10 de octubre de 2025: se quedó sin respiración.
Y el motivo fue un malentendido. Eso y un larguísimo conflicto diplomático que siempre acaba por afectar a España.
¿Qué ha pasado?
- 10 de octubre. El consejo del GIDattes (el grupo interprofesional tunecino de dátiles) publicó un comunicado en el que se anunciaba el arranque de exportaciones de dátiles. Business as usual, la verdad. Pero añadieron una aclaración que hizo que saltaran todas las alarmas: “a todos los mercados excepto el marroquí”. En cuestión de horas, todo el mundo interpretó que Túnez estaba vetando la exportación de estos frutos al oeste.
- 13 y 14 de octubre. Ante el ruido generalizado y la incertidumbre en el sector, el GIDattes aclaró que no había ningún tipo de exclusión. Sencillamente, como es el principal mercado de exportaciones, éstas requerían un calendario especial que se aprobaría el 20 de octubre.
- 19, 20 y 21 de octubre. Pero ya era tarde, las patronales y agrupaciones de productores marroquíes habían olido el sangre. Por primera vez en años, había una posibilidad de que el 20% (19,7% en 2024) de los dátiles que consumía el país desaparecieran de la ecuación: las ganancias para los productores locales serían enormes.
- 21 de octubre. Tras la reunión del 20, la prensa tunecina comunicaba que efectivamente sí habría exportaciones a Marruecos a finales de octubre: “como cada año“.
¿Qué tiene que ver Argelia en todo esto? Los agricultores marroquíes han ido directamente a donde más duele: han acusado a los dátiles tunecinos de ser argelinos. Es, por lo demás, una acusación clásica del campo marroquí. Algo que nadie puede descartar completamente (por los tradicionales déficits de trazabilidad del Magreb), pero que nadie se toma realmente en serio. Pese a que no atraviesa su mejor momento, Túnez es un gigante del mundo del dátil. No le hace falta Argelia para nada.
Pero Argelia sí es un tema sensible en el extremo occidental del norte de África.
Un poco de contexto. La enemistad histórica entre Marruecos y Argelia se puede remontar hasta la misma independencia de estos territorios: las disputas fronterizas acabaron desembocando en la Guerra de las Arenas de 1963 y, sobre todo, en el apoyo argelino al Frente Polisario en el Sahara Occidental.
En el 94, un atentado en Marrakech (en el que murieron dos españoles) provocó un conflicto diplomático que cerró la enorme frontera terrestre entre ambos países. No se han vuelto a abrir y, de hecho, en 2021, las relaciones diplomáticas y comerciales están rotas.
Basta decir que, de confirmarse las acusaciones de los productores marroquíes, el dátil tunecino desaparecería de los mercados del estado alauita.
¿Por qué todo esto es tan importante? Esto ha impactado en el mercado internacional del dátil porque, aunque Túnez está de capa caída (y Arabia Saudí le ha adelantado en los últimos años) sigue siendo el segundo país en exportaciones de dátiles. Una decisión como la de vetar al mayor importador de dátiles del mundo, Marruecos, hubiera provocado una reestructuración violenta de las redes comerciales de todo el globo.
A todo esto hay que sumar un dato clave: el tercer país en exportaciones de dátiles, Israel. A día de hoy (con acuerdo de paz o sin él) nadie sabe exactamente qué va a pasar con las decenas de miles de toneladas que el país hebreo pone en el mercado cada año. Y eso, como es lógico, genera aún más incertidumbre.
Lo importante está en los detalles. En los dátiles, por ejemplo. En los últimos días Steve Witkof y Jared Kushner (enviados especiales de Trump) revelaban que estaban trabajando por alcanzar un acuerdo entre Marruecos y Argelia que solucionase el asunto del Sáhara. Es bien posible: la obsesión del presidente de EEUU con ‘acabar con todas las guerras del mundo’ puede haber puesto en el punto de mira un conflicto como este.
Uno, además, que implica a un aliado tradicional de Washington.
No obstante, los dátiles nos muestran que todo es más complicado de lo que parece. ¿El delicado equilibrio del Mediterráneo está a punto de saltar por los aires? Lo veremos en los próximos meses.
Imagen |
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La noticia
La frontera entre Marruecos y Algeria se cerró en 1994. 30 años después, la pelea amenaza con cobrarse su pieza más insospechada: el dátil
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
.
Basta un golpe fuerte, seco, certero. Uno solo, en centro del pecho. Cuando eso ocurre, el diafragma se contrae violentamente y el cuerpo exhala todo el aire que tiene dentro: la persona, temporalmente, es incapaz de inhalar. Justo eso es lo que ocurrió con el mercado internacional del dátil el 10 de octubre de 2025: se quedó sin respiración.
Y el motivo fue un malentendido. Eso y un larguísimo conflicto diplomático que siempre acaba por afectar a España.
¿Qué ha pasado?
10 de octubre. El consejo del GIDattes (el grupo interprofesional tunecino de dátiles) publicó un comunicado en el que se anunciaba el arranque de exportaciones de dátiles. Business as usual, la verdad. Pero añadieron una aclaración que hizo que saltaran todas las alarmas: “a todos los mercados excepto el marroquí”. En cuestión de horas, todo el mundo interpretó que Túnez estaba vetando la exportación de estos frutos al oeste.13 y 14 de octubre. Ante el ruido generalizado y la incertidumbre en el sector, el GIDattes aclaró que no había ningún tipo de exclusión. Sencillamente, como es el principal mercado de exportaciones, éstas requerían un calendario especial que se aprobaría el 20 de octubre.19, 20 y 21 de octubre. Pero ya era tarde, las patronales y agrupaciones de productores marroquíes habían olido el sangre. Por primera vez en años, había una posibilidad de que el 20% (19,7% en 2024) de los dátiles que consumía el país desaparecieran de la ecuación: las ganancias para los productores locales serían enormes. 21 de octubre. Tras la reunión del 20, la prensa tunecina comunicaba que efectivamente sí habría exportaciones a Marruecos a finales de octubre: “como cada año”.
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Pero Argelia sí es un tema sensible en el extremo occidental del norte de África.
Un poco de contexto. La enemistad histórica entre Marruecos y Argelia se puede remontar hasta la misma independencia de estos territorios: las disputas fronterizas acabaron desembocando en la Guerra de las Arenas de 1963 y, sobre todo, en el apoyo argelino al Frente Polisario en el Sahara Occidental.
En el 94, un atentado en Marrakech (en el que murieron dos españoles) provocó un conflicto diplomático que cerró la enorme frontera terrestre entre ambos países. No se han vuelto a abrir y, de hecho, en 2021, las relaciones diplomáticas y comerciales están rotas.
Basta decir que, de confirmarse las acusaciones de los productores marroquíes, el dátil tunecino desaparecería de los mercados del estado alauita.
¿Por qué todo esto es tan importante? Esto ha impactado en el mercado internacional del dátil porque, aunque Túnez está de capa caída (y Arabia Saudí le ha adelantado en los últimos años) sigue siendo el segundo país en exportaciones de dátiles. Una decisión como la de vetar al mayor importador de dátiles del mundo, Marruecos, hubiera provocado una reestructuración violenta de las redes comerciales de todo el globo. A todo esto hay que sumar un dato clave: el tercer país en exportaciones de dátiles, Israel. A día de hoy (con acuerdo de paz o sin él) nadie sabe exactamente qué va a pasar con las decenas de miles de toneladas que el país hebreo pone en el mercado cada año. Y eso, como es lógico, genera aún más incertidumbre.Lo importante está en los detalles. En los dátiles, por ejemplo. En los últimos días Steve Witkof y Jared Kushner (enviados especiales de Trump) revelaban que estaban trabajando por alcanzar un acuerdo entre Marruecos y Argelia que solucionase el asunto del Sáhara. Es bien posible: la obsesión del presidente de EEUU con ‘acabar con todas las guerras del mundo’ puede haber puesto en el punto de mira un conflicto como este. Uno, además, que implica a un aliado tradicional de Washington. No obstante, los dátiles nos muestran que todo es más complicado de lo que parece. ¿El delicado equilibrio del Mediterráneo está a punto de saltar por los aires? Lo veremos en los próximos meses.Imagen | En Xataka | Marruecos ostenta un nuevo récord: ser el país de África con mayor crecimiento de millonarios en la última década
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