Ciencia y Tecnología
Sin saberlo, Pedro Sánchez también ha reabierto el otro gran melón de la hora en España: si Galicia está en su huso o no

Cuando el lunes 20 de octubre Pedro Sánchez anunció que “el Gobierno de España propondrá a la UE acabar con el cambio de hora estacional”, no sospechaba que estaba a punto de reabrir un debate mucho más arcano e inmanejable: el de Galicia y su huso horario.
Y buenos son los gallegos cuando se les saca el tema.
Una reivindicación histórica. Internet está llena de ejemplos de este proverbial enfado gallego. Tal y como se suele decir, hasta 1940, Galicia (y, por extensión, la España peninsular) estábamos en el huso de Reino Unido y Portugal. Fue una medida “de carácter transitorio” que se convirtió en permanente.
Y las consecuencias se hacen notar más en Galicia porque por su posición geográfica tiene amaneceres muy tardíos en invierno y atardeceres extremadamente tardíos en verano.
“Una aberración científica”. En lo que llevamos de siglos, el Bloque Nacionalista Galego ha impulsado una y otra vez la propuesta de situar a Galicia en el mismo huso que Portugal. Es más, en 2016, todos los partidos gallegos pidieron que España volviera al huso de Greenwich. Sin mucho éxito, la verdad. Y es que, pese a que se ha defendido y estudiado mucho, la respuesta nacional ha sido un no permanente.
¿Por qué? Vayamos por partes, porque esto tiene miga: durante la Segunda Guerra Mundial, la práctica totalidad de los países de Europa Occidental cambiaron de huso horario. En algunos casos, fue por la invasión de la Alemania Nazi, sí; en otros, fue una decisión (más o menos) voluntaria de los distintos países. Sea como sea, uno detrás de otro, todos se cambiaron a la hora de Berlín.
No obstante, eso no es lo llamativo. Al fin y al cabo, en situaciones de Guerra, se toman medidas excepcionales. Lo realmente llamativo es que, después de la Guerra, ninguno de esos países volvió a su huso anterior. No solo la España franquista, no: todos.
Y la explicación, aunque no lo parezca, es mucho más sólida de lo que parece.
Pero hablemos de los husos horarios… Cuando en 1912 se celebra la ‘Conférence internationale de l’heure radiotélégraphique’ y se aprueba el sistema de los 24 husos horarios, los conferenciantes recurrieron a un fenómeno astronómico muy concreto (y muy útil): el hecho de que el mediodía es estable a lo largo del año.
Es decir, el mediodía ocurre casi cada veinticuatro horas exactas y, por ello, establecer la hora de cada lugar del mundo (adoptar el huso horario) resultó ser algo realmente sencillo y revolucionario. Satisfechos, se volvieron a sus países conscientes de que estaban haciendo historia.
Los porqués estaban clarísimos… Aunque la Primera Guerra Mundial hizo que la convención internacional de la hora no llegara a ratificarse por sus miembros hasta 1919, todo el mundo parecía convencido. Después de Versalles, los distintos países empezaron a unificar sus horarios progresivamente. A nosotros no nos afectaba en realidad. España estaba en el meridiano de Greenwich desde el 1 de enero de 1901, como la mayor parte de países europeos, en virtud de la conferencia del Meridiano del 1884. Pero había muchísimo países que sí tenían que hacer cambios importantes.
Al fin y al cabo, Tener un horario distinto para cada ciudad (como ocurría hasta ese momento) hacía todo mucho más complejo de lo necesario. “Normalizar” y “estandarizar” la hora era una pieza clave para el deseado ‘boom’ el transporte por ferrocarril, los dirigibles y la incipiente aviación: los costos de coordinación empezaban a ser inasumibles.
Martín Olalla
Martín Olalla
…pero la gente tenía otras ideas. Pese al optimismo racionalista, los mayores expertos sabían que nada de esto era una solución mágica. En 1844, el “padre de los husos” Sandford Fleming ya había dicho que,
“la adopción de los principios correctos de cómputo del tiempo no cambiará o alterará gravemente los hábitos a los que están acostumbrados. No perderán nada de valor. El Sol saldrá, se pondrá y regulará todos los usos sociales. […] La gente se levantará y acostará, comenzará a y dejará de trabajar, desayunará o cenará en los mismos intervalos de tiempo actuales, y nuestros hábitos sociales y costumbres no cambiarán”.
Y, efectivamente, la gente siguió a lo suyo. El problema es que ese “suyo” consistía en algo extraño: de repente, empezamos a darnos cuenta de que las sociedades no establecían sus horarios alrededor del medio día, sino del amanecer.
Lo más curioso que descubrieron casi todos los países de Europa al cambiar al huso de Berlín es que, en realidad, lo que estaban haciendo era adaptar el horario civil al que realmente tenían los ciudadanos. Por eso nadie volvió al huso antiguo: porque funciona mejor.
Martín Olalla
¿Cómo que funciona mejor? La mejor forma de resumirlo es con una frase: “en invierno, cuando es de día en Orense, en Madrid, o en Barcelona; no es de día en Londres”. De hecho, incluso es de día en Las Palmas de Gran Canaria. Esto no depende del huso, depende de que que el sol ilumina la superficie esférica de la Tierra.
¿Funciona mejor para toda a España? Durante otoño e invierno, sí. Sin ninguna duda. En primavera y verano, la cosa no está tan clara. Durante esas estaciones, el sol incide de forma mucho menos oblicua y eso provoca que el atardecer sí encaje mucho mejor con los husos horarios.
El resultado es que, el desajuste que arrastramos, provoque que en Galicia anochezca mucho más tarde de lo que sería “normal” o deseable.
Se trata de un problema real, claro. Pero como el asunto central es la variabilidad con la que el sol incide en estas zonas tampoco está claro que introducir una zona horaria extra para Galicia (al modo portugués) o para Baleares (como también se ha reclamado) solucionara todos los problemas. Cambiaría unos problemas por otro — recordemos que Portugal ha sido de los países menos abiertos a la eliminación del cambio de hora.
Pero además, generaría muchos problemas de coordinación y muy pocas ventajas comparativas.
Imagen | MrMingsz (Wikimedia Commons)
–
La noticia
Sin saberlo, Pedro Sánchez también ha reabierto el otro gran melón de la hora en España: si Galicia está en su huso o no
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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Cuando el lunes 20 de octubre Pedro Sánchez anunció que “el Gobierno de España propondrá a la UE acabar con el cambio de hora estacional”, no sospechaba que estaba a punto de reabrir un debate mucho más arcano e inmanejable: el de Galicia y su huso horario.
Y buenos son los gallegos cuando se les saca el tema.
Una reivindicación histórica. Internet está llena de ejemplos de este proverbial enfado gallego. Tal y como se suele decir, hasta 1940, Galicia (y, por extensión, la España peninsular) estábamos en el huso de Reino Unido y Portugal. Fue una medida “de carácter transitorio” que se convirtió en permanente.
Y las consecuencias se hacen notar más en Galicia porque por su posición geográfica tiene amaneceres muy tardíos en invierno y atardeceres extremadamente tardíos en verano.
En Xataka
Matar el cambio de hora puede no ser tan buena idea: esto es lo que opina uno de los mayores expertos del país
“Una aberración científica”. En lo que llevamos de siglos, el Bloque Nacionalista Galego ha impulsado una y otra vez la propuesta de situar a Galicia en el mismo huso que Portugal. Es más, en 2016, todos los partidos gallegos pidieron que España volviera al huso de Greenwich. Sin mucho éxito, la verdad. Y es que, pese a que se ha defendido y estudiado mucho, la respuesta nacional ha sido un no permanente.
¿Por qué? Vayamos por partes, porque esto tiene miga: durante la Segunda Guerra Mundial, la práctica totalidad de los países de Europa Occidental cambiaron de huso horario. En algunos casos, fue por la invasión de la Alemania Nazi, sí; en otros, fue una decisión (más o menos) voluntaria de los distintos países. Sea como sea, uno detrás de otro, todos se cambiaron a la hora de Berlín.
No obstante, eso no es lo llamativo. Al fin y al cabo, en situaciones de Guerra, se toman medidas excepcionales. Lo realmente llamativo es que, después de la Guerra, ninguno de esos países volvió a su huso anterior. No solo la España franquista, no: todos.
Y la explicación, aunque no lo parezca, es mucho más sólida de lo que parece.
Pero hablemos de los husos horarios… Cuando en 1912 se celebra la ‘Conférence internationale de l’heure radiotélégraphique’ y se aprueba el sistema de los 24 husos horarios, los conferenciantes recurrieron a un fenómeno astronómico muy concreto (y muy útil): el hecho de que el mediodía es estable a lo largo del año.
Es decir, el mediodía ocurre casi cada veinticuatro horas exactas y, por ello, establecer la hora de cada lugar del mundo (adoptar el huso horario) resultó ser algo realmente sencillo y revolucionario. Satisfechos, se volvieron a sus países conscientes de que estaban haciendo historia.
Los porqués estaban clarísimos… Aunque la Primera Guerra Mundial hizo que la convención internacional de la hora no llegara a ratificarse por sus miembros hasta 1919, todo el mundo parecía convencido. Después de Versalles, los distintos países empezaron a unificar sus horarios progresivamente. A nosotros no nos afectaba en realidad. España estaba en el meridiano de Greenwich desde el 1 de enero de 1901, como la mayor parte de países europeos, en virtud de la conferencia del Meridiano del 1884. Pero había muchísimo países que sí tenían que hacer cambios importantes.
Al fin y al cabo, Tener un horario distinto para cada ciudad (como ocurría hasta ese momento) hacía todo mucho más complejo de lo necesario. “Normalizar” y “estandarizar” la hora era una pieza clave para el deseado ‘boom’ el transporte por ferrocarril, los dirigibles y la incipiente aviación: los costos de coordinación empezaban a ser inasumibles.
Martín Olalla
Martín Olalla
…pero la gente tenía otras ideas. Pese al optimismo racionalista, los mayores expertos sabían que nada de esto era una solución mágica. En 1844, el “padre de los husos” Sandford Fleming ya había dicho que,
“la adopción de los principios correctos de cómputo del tiempo no cambiará o alterará gravemente los hábitos a los que están acostumbrados. No perderán nada de valor. El Sol saldrá, se pondrá y regulará todos los usos sociales. […] La gente se levantará y acostará, comenzará a y dejará de trabajar, desayunará o cenará en los mismos intervalos de tiempo actuales, y nuestros hábitos sociales y costumbres no cambiarán”.
Y, efectivamente, la gente siguió a lo suyo. El problema es que ese “suyo” consistía en algo extraño: de repente, empezamos a darnos cuenta de que las sociedades no establecían sus horarios alrededor del medio día, sino del amanecer.
Lo más curioso que descubrieron casi todos los países de Europa al cambiar al huso de Berlín es que, en realidad, lo que estaban haciendo era adaptar el horario civil al que realmente tenían los ciudadanos. Por eso nadie volvió al huso antiguo: porque funciona mejor.
Martín Olalla
¿Cómo que funciona mejor? La mejor forma de resumirlo es con una frase: “en invierno, cuando es de día en Orense, en Madrid, o en Barcelona; no es de día en Londres”. De hecho, incluso es de día en Las Palmas de Gran Canaria. Esto no depende del huso, depende de que que el sol ilumina la superficie esférica de la Tierra.
¿Funciona mejor para toda a España? Durante otoño e invierno, sí. Sin ninguna duda. En primavera y verano, la cosa no está tan clara. Durante esas estaciones, el sol incide de forma mucho menos oblicua y eso provoca que el atardecer sí encaje mucho mejor con los husos horarios.
El resultado es que, el desajuste que arrastramos, provoque que en Galicia anochezca mucho más tarde de lo que sería “normal” o deseable.
Se trata de un problema real, claro. Pero como el asunto central es la variabilidad con la que el sol incide en estas zonas tampoco está claro que introducir una zona horaria extra para Galicia (al modo portugués) o para Baleares (como también se ha reclamado) solucionara todos los problemas. Cambiaría unos problemas por otro — recordemos que Portugal ha sido de los países menos abiertos a la eliminación del cambio de hora.
Pero además, generaría muchos problemas de coordinación y muy pocas ventajas comparativas.
Imagen | MrMingsz (Wikimedia Commons)
En Xataka | La guerra que acabó a dos horas diferentes: el cambio de horario lleva ya casi un siglo dando dolores de cabeza a los españoles
– La noticia
Sin saberlo, Pedro Sánchez también ha reabierto el otro gran melón de la hora en España: si Galicia está en su huso o no
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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