Ciencia y Tecnología
Oda a las esquinas redondeadas, el elemento visual que ha vuelto a darle la razón a Steve Jobs una vez más

Hagamos un pequeño homenaje a un elemento visual al que no prestamos atención casi nunca, pero que ya forma parte integral de nuestras vidas. Hablemos de esquinas redondeadas.
Están por todas partes y se han apoderado de la tecnología. Nos encantan. Estamos llenos de dispositivos y de interfaces dominadas por rectángulos y cuadrados con esquinas redondeadas. Son más elegantes, más suaves a la vista, mucho menos agresivas y estridentes.
Pero es que hay una verdadera psicología detrás de esa forma de diseñar objetos y interfaces. Por ejemplo: desde pequeños siempre supimos que las esquinas afiladas eran peligrosas —hoy los protectores de esquinas para niños son todo un negocio—. Estos elementos facilitan la percepción visual, y su introducción en el mundo tecnológico merece ser recordado.
Steve Jobs tenía razón (otra vez)
Andy Hertzfeld fue uno de los miembros del equipo que desarrolló el Apple Macintosh. En mayo de 1981 compartió una historia curiosa, ahora recuperada por el Computer History Museum.
Lisa OS 1.0. Fijaos en los bordes de la aplicación de la calculadora. ¡Son redondeados!
El protagonista de esa historia es Bill Atkinson, ingeniero legendario de Apple y compañero de Hertzfeld en aquel proyecto. En aquella época Atkinson trabajaba en el desarrollo de su aplicación QuickDraw —por entonces llamado LisaGraf—, y aunque solía trabajar desde casa, si hacía algún avance importante iba rápidamente a la oficina para mostrar dicha mejora.
Eso es lo que pasó aquella primavera. Atkinson se acercó a las oficinas de Apple en las míticas “Texaco Towers” del campus de Cupertino y enseñó cómo había añadido código para poder dibujar círculos y óvalos muy fácilmente.
Programar aquello era mucho más complicado de lo que parece porque normalmente estaban implicadas raíces cuadradas para conseguirlo y el Motorola 68000 de los Lisa y los Macintosh no soportaaba operaciones de coma flotante.
Atkinson logró resolverlo con cálculos que solo usaban sumas y restas —probablemente se inspiró en el algoritmo de Bresenham— y empezó a llenar la pantalla con círculos y óvalos mientras sus compañeros probablemente sonreían asombrados y satisfechos. Pero había alguien que no estaba ni demasiado asombrado, ni demasiado satisfecho.
Ese alguien era Steve Jobs. Al ver la demostración, Jobs dijo
—Vale, los círculos y los óvalos están bien, pero ¿qué tal dibujar rectángulos con esquinas redondeadas? Podemos hacer eso también?
—No, no hay forma de hacerlo. En realidad sería realmente difícil hacerlo, y en realidad no creo que lo necesitemos —contestó Atkinson, probablemente molesto porque a Jobs su método para crear círculos y óvalos no le había impresionado demasiado—.
—¡Los rectángulos con esquinas están por todos lados! ¡Mira alrededor de esta habitación!
Hola, Mac OS X con esquinas redondeadas (2001).
Efectivamente, la habitación tenía objetos como pizarras y mesas con esquinas redondeadas, y Jobs insistió en que estaban por todas partes y que solo tenía que mirar por la ventana para darse cuenta.
Acabó convenciendo a Atkinson de que se diese una vuelta con él por la manzana para señalar todos los rectángulos con esquinas redondeadas que iban viendo. Tras ver una señal de no aparcar que era rectangular y con los bordes redondeados, dijo:
—Vale, me rindo. Veré si es tan difícil como pensaba.
Y se fue a casa a trabajar en el problema. La tarde siguiente volvió a la oficina con una enorme sonrisa: su nueva demo no solo dibujaba rectángulos con esquinas redondeadas, sino que lo hacía casi igual de rápido que dibujaba rectángulos con esquinas. Añadió aquel código y llamó a esa primitiva “RoundRects”.
En nuestros bolsillos solemos llevar un dispositivo que hace buen uso de estos rectángulos de esquinas redondeadas. El iPhone, por supuesto, lo hace.
Aquel elemento de diseño pronto se convirtió en parte integral e indispensable de la interfaz del sistema operativo de los Macintosh. Y también acabó formando parte del diseño hardware (hola, móviles de esquinas redondeadas) y software tanto en Apple como en otras muchas empresas de tecnología.
Fuente: Freepik.
La firma de Cupertino la integró de lleno también en sus iPhone a partir de 2013, cuando llegó iOS 7 y su “squircle”, un tipo de rectángulo con esquinas redondeadas aún más sutil que acabó usando por ejemplo en sus iconos. Fue un ejemplo más de la particular relevancia de un elemento de diseño que ha acabado apoderándose por completo de nuestras pantallas y del mundo tecnológico.
Que vivan las esquinas redondeadas.
En Xataka | Muchos jóvenes ya ven y oyen todo a 1,5x. No han llegado ahí por casualidad: había mucho dinero en juego
–
La noticia
Oda a las esquinas redondeadas, el elemento visual que ha vuelto a darle la razón a Steve Jobs una vez más
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Pastor
.
Hagamos un pequeño homenaje a un elemento visual al que no prestamos atención casi nunca, pero que ya forma parte integral de nuestras vidas. Hablemos de esquinas redondeadas.
Están por todas partes y se han apoderado de la tecnología. Nos encantan. Estamos llenos de dispositivos y de interfaces dominadas por rectángulos y cuadrados con esquinas redondeadas. Son más elegantes, más suaves a la vista, mucho menos agresivas y estridentes.
En Applesfera
Qué ha sido del genio Bill Atkinson, el hombre que inventó el doble clic, el primer Photoshop y salvó a Steve Jobs del fracaso
Pero es que hay una verdadera psicología detrás de esa forma de diseñar objetos y interfaces. Por ejemplo: desde pequeños siempre supimos que las esquinas afiladas eran peligrosas —hoy los protectores de esquinas para niños son todo un negocio—. Estos elementos facilitan la percepción visual, y su introducción en el mundo tecnológico merece ser recordado.
Steve Jobs tenía razón (otra vez)
Andy Hertzfeld fue uno de los miembros del equipo que desarrolló el Apple Macintosh. En mayo de 1981 compartió una historia curiosa, ahora recuperada por el Computer History Museum.
Lisa OS 1.0. Fijaos en los bordes de la aplicación de la calculadora. ¡Son redondeados!
El protagonista de esa historia es Bill Atkinson, ingeniero legendario de Apple y compañero de Hertzfeld en aquel proyecto. En aquella época Atkinson trabajaba en el desarrollo de su aplicación QuickDraw —por entonces llamado LisaGraf—, y aunque solía trabajar desde casa, si hacía algún avance importante iba rápidamente a la oficina para mostrar dicha mejora. Eso es lo que pasó aquella primavera. Atkinson se acercó a las oficinas de Apple en las míticas “Texaco Towers” del campus de Cupertino y enseñó cómo había añadido código para poder dibujar círculos y óvalos muy fácilmente. Programar aquello era mucho más complicado de lo que parece porque normalmente estaban implicadas raíces cuadradas para conseguirlo y el Motorola 68000 de los Lisa y los Macintosh no soportaaba operaciones de coma flotante.
Atkinson logró resolverlo con cálculos que solo usaban sumas y restas —probablemente se inspiró en el algoritmo de Bresenham— y empezó a llenar la pantalla con círculos y óvalos mientras sus compañeros probablemente sonreían asombrados y satisfechos. Pero había alguien que no estaba ni demasiado asombrado, ni demasiado satisfecho. Ese alguien era Steve Jobs. Al ver la demostración, Jobs dijo —Vale, los círculos y los óvalos están bien, pero ¿qué tal dibujar rectángulos con esquinas redondeadas? Podemos hacer eso también?—No, no hay forma de hacerlo. En realidad sería realmente difícil hacerlo, y en realidad no creo que lo necesitemos —contestó Atkinson, probablemente molesto porque a Jobs su método para crear círculos y óvalos no le había impresionado demasiado—.—¡Los rectángulos con esquinas están por todos lados! ¡Mira alrededor de esta habitación!
Hola, Mac OS X con esquinas redondeadas (2001).
Efectivamente, la habitación tenía objetos como pizarras y mesas con esquinas redondeadas, y Jobs insistió en que estaban por todas partes y que solo tenía que mirar por la ventana para darse cuenta. Acabó convenciendo a Atkinson de que se diese una vuelta con él por la manzana para señalar todos los rectángulos con esquinas redondeadas que iban viendo. Tras ver una señal de no aparcar que era rectangular y con los bordes redondeados, dijo:—Vale, me rindo. Veré si es tan difícil como pensaba. Y se fue a casa a trabajar en el problema. La tarde siguiente volvió a la oficina con una enorme sonrisa: su nueva demo no solo dibujaba rectángulos con esquinas redondeadas, sino que lo hacía casi igual de rápido que dibujaba rectángulos con esquinas. Añadió aquel código y llamó a esa primitiva “RoundRects”.
En nuestros bolsillos solemos llevar un dispositivo que hace buen uso de estos rectángulos de esquinas redondeadas. El iPhone, por supuesto, lo hace.
Aquel elemento de diseño pronto se convirtió en parte integral e indispensable de la interfaz del sistema operativo de los Macintosh. Y también acabó formando parte del diseño hardware (hola, móviles de esquinas redondeadas) y software tanto en Apple como en otras muchas empresas de tecnología.
Fuente: Freepik.
La firma de Cupertino la integró de lleno también en sus iPhone a partir de 2013, cuando llegó iOS 7 y su “squircle”, un tipo de rectángulo con esquinas redondeadas aún más sutil que acabó usando por ejemplo en sus iconos. Fue un ejemplo más de la particular relevancia de un elemento de diseño que ha acabado apoderándose por completo de nuestras pantallas y del mundo tecnológico. Que vivan las esquinas redondeadas.En Xataka | Muchos jóvenes ya ven y oyen todo a 1,5x. No han llegado ahí por casualidad: había mucho dinero en juego
– La noticia
Oda a las esquinas redondeadas, el elemento visual que ha vuelto a darle la razón a Steve Jobs una vez más
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Javier Pastor
.