Los Los Angeles Dodgers vuelven a la Serie Mundial para defender el título que conquistaron la temporada pasada, luego de barrer a los Cerveceros de Milwaukee en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Sin embargo, mientras esperan conocer a su rival -ya sea los Marineros de Seattle o los Azulejos de Toronto-, su directiva ya planea los movimientos de la próxima temporada baja.
De acuerdo con Jon Heyman, del New York Post, los Dodgers tendrían en la mira al jardinero estelar Kyle Tucker, quien se convertirá en uno de los agentes libres más codiciados del invierno tras la Serie Mundial.
La noticia no sorprende a nadie. Los Dodgers se han consolidado como la organización con mayor poder económico y atractivo para los grandes nombres del béisbol. En la temporada baja 2023-24, ficharon a Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto, dos de las contrataciones más impactantes en la historia reciente de la MLB.
Aunque perdieron la carrera por Juan Soto, el equipo invirtió de forma agresiva en figuras como Blake Snell, Roki Sasaki y Tanner Scott, reforzando tanto la rotación como el bullpen. Sin embargo, la producción en los jardines ha sido una de las pocas debilidades del conjunto angelino.
Con Andy Pages consolidado en el jardín central, los Dodgers han visto cómo el rendimiento de Teoscar Hernández cayó respecto al año anterior, y el experimento con Michael Conforto resultó un fracaso. Con Conforto regresando a la agencia libre, el escenario luce ideal para que Kyle Tucker, cuatro veces All-Star, ocupe ese espacio.
Tucker, de 28 años, ha mantenido una línea ofensiva de .277/.365/.514 desde 2021, consolidándose como uno de los bateadores más consistentes de la MLB. Este año, tras su paso por los Cubs, registró 17 jonrones en 83 juegos hasta junio, aunque las lesiones afectaron su segunda mitad de temporada.
Heyman informa que, pese a su bajón estadístico en los últimos meses, el contrato de Tucker podría rondar los $300 millones, con la posibilidad de llegar a $400 millones dependiendo del interés del mercado.
Pocos equipos estarían dispuestos a desembolsar esa cifra, pero Los Angeles Dodgers son una excepción. Su nómina actual de $395 millones bajará a unos $329 millones el próximo año sin incorporaciones, lo que les deja espacio suficiente para otro fichaje de élite.
Los Cubs podrían intentar recuperar a Tucker, aunque su historial de gasto sugiere lo contrario: nunca han superado los $184 millones en un contrato (el de Jason Heyward en 2015). Los Red Sox, Phillies y Giants también figuran como posibles pretendientes, pero ninguno parece tan bien posicionado como los Dodgers.
Si algo ha dejado claro la era Ohtani-Yamamoto, es que Los Ángeles sigue siendo el destino soñado de las superestrellas. Y Kyle Tucker podría ser el próximo en vestir de azul.