Ciencia y Tecnología
La resistencia contra los centros de datos: en los EEUU rurales cada vez hay más pueblos movilizados contra su construcción
La carrera que están disputando las Big Tech por dominar la inteligencia artificial está impulsando una inversión masiva en infraestructura de centros de datos por todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos. Pero ya hay localidades que se están quejando de ello. De hecho, algunas están llegando incluso a prohibir la construcción de centros de datos por completo. Y hay varios motivos para ello, sobre todo por su monstruoso consumo de agua, electricidad y ruido.
Un caso sin precedentes. Saline Township, un pequeño municipio rural de Michigan, rechazó la construcción de un centro de datos de 100 hectáreas en terrenos agrícolas. Tal y como cuenta el Washington Post, la promotora Related Digital respondió con una demanda judicial, acompañada de vecinos que querían vender sus tierras para el proyecto. El municipio acabó cediendo ante la amenaza de un largo proceso legal, logrando solo algunas concesiones como límites en el uso de agua y millones de dólares para el departamento de bomberos. “Estaban entre la espada y la pared”, explicó Fred Lucas, abogado del municipio.
Por qué se están multiplicando las protestas. Durante décadas, los centros de datos han sido infraestructuras discretas y necesarias para mantener Internet funcionando. Pero el boom de la IA ha acelerado su construcción a un ritmo vertiginoso, y las comunidades locales han empezado a percibir sus inconvenientes. Ben Green, profesor de la Universidad de Michigan, señala que “ha habido un cambio real en los últimos seis meses en términos de que el público está tomando conciencia de qué son los centros de datos y se muestra cada vez más escéptico”.
Qué ofrecen y qué no ofrecen a las ciudades. Las promotoras suelen prometer inversión fiscal, ingresos municipales y empleos. Related Digital, por ejemplo, ofreció 3,5 millones de dólares para vivienda asequible en Cheyenne, Wyoming. Sin embargo, los trabajos de construcción son temporales y, una vez operativos, estos centros requieren muy pocos empleados. Mientras tanto, su consumo de energía dispara las facturas eléctricas de los vecinos y algunos utilizan grandes cantidades de agua para refrigerar sus sistemas. Tal y como cuenta el medio, en Memphis, los residentes protestaron contra un centro de datos de xAI por contaminar con turbinas de gas natural.
Las ciudades que están plantando cara. St. Charles, Missouri, fue más allá del rechazo, ya que aprobó por unanimidad una moratoria de un año que prohíbe cualquier construcción de centros de datos. La decisión llegó después de que la promotora CRG propusiera una instalación de 178 hectáreas cerca de pozos de agua potable, sin revelar el consumo de agua ni los niveles de ruido previstos. “Casi parece que intentaban meterlo a la fuerza por la garganta de la gente”, aseguraba un vecino de 78 años al medio. CRG retiró su solicitud antes de la votación.
Incluso con inversión millonaria, el miedo persiste. Lordstown, Ohio, acogió con entusiasmo parte del proyecto Stargate, una inversión de 500.000 millones de dólares liderada por OpenAI y SoftBank, para reconvertir una antigua fábrica de General Motors cerrada en 2019. La idea era fabricar componentes para centros de datos en el lugar, con una pequeña instalación de demostración. Pero cuando los anuncios de OpenAI generaron temor a que se instalara un centro de datos a gran escala, el ayuntamiento introdujo una prohibición permanente de nuevos centros de datos, con la única excepción de la instalación ya acordada. “La gente entró en pánico”, explicaba al medio la alcaldesa Jackie Woodward.
Virginia, epicentro del debate político. El problema de los centros de datos también se ha convertido en un asunto electoral en Virginia, uno de los estados más afectados por esta expansión. En el condado de Prince William, cerca de Washington DC, candidatos republicanos y demócratas compiten por ver quién promete medidas más duras contra estas infraestructuras. “Creo que deberíamos prohibir todos los futuros centros de datos”, declaraba el candidato republicano Patrick Harders en un debate, mientras su rival demócrata George Stewart coincidía en que “el peso aplastante de los centros de datos” era una crisis, con grandes empresas “haciendo que nosotros, como residentes, paguemos por su energía”.
El futuro inmediato. Con un billón de dólares en inversiones recientes y la demanda energética de la IA creciendo sin freno, todo apunta a que este conflicto no ha hecho nada más que empezar. Las empresas tecnológicas necesitan estas infraestructuras para impulsar su tecnología basada en inteligencia artificial generativa, pero las localidades en Estados Unidos son cada vez más reticentes a su construcción.
Imagen de portada | İsmail Enes Ayhan
En Xataka | ChatGPT y la IA han hecho por los discos duros lo que nadie esperaba: devolverles la vida
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La noticia
La resistencia contra los centros de datos: en los EEUU rurales cada vez hay más pueblos movilizados contra su construcción
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Antonio Vallejo
.
La carrera que están disputando las Big Tech por dominar la inteligencia artificial está impulsando una inversión masiva en infraestructura de centros de datos por todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos. Pero ya hay localidades que se están quejando de ello. De hecho, algunas están llegando incluso a prohibir la construcción de centros de datos por completo. Y hay varios motivos para ello, sobre todo por su monstruoso consumo de agua, electricidad y ruido.
Un caso sin precedentes. Saline Township, un pequeño municipio rural de Michigan, rechazó la construcción de un centro de datos de 100 hectáreas en terrenos agrícolas. Tal y como cuenta el Washington Post, la promotora Related Digital respondió con una demanda judicial, acompañada de vecinos que querían vender sus tierras para el proyecto. El municipio acabó cediendo ante la amenaza de un largo proceso legal, logrando solo algunas concesiones como límites en el uso de agua y millones de dólares para el departamento de bomberos. “Estaban entre la espada y la pared”, explicó Fred Lucas, abogado del municipio.
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Por qué se están multiplicando las protestas. Durante décadas, los centros de datos han sido infraestructuras discretas y necesarias para mantener Internet funcionando. Pero el boom de la IA ha acelerado su construcción a un ritmo vertiginoso, y las comunidades locales han empezado a percibir sus inconvenientes. Ben Green, profesor de la Universidad de Michigan, señala que “ha habido un cambio real en los últimos seis meses en términos de que el público está tomando conciencia de qué son los centros de datos y se muestra cada vez más escéptico”.
Qué ofrecen y qué no ofrecen a las ciudades. Las promotoras suelen prometer inversión fiscal, ingresos municipales y empleos. Related Digital, por ejemplo, ofreció 3,5 millones de dólares para vivienda asequible en Cheyenne, Wyoming. Sin embargo, los trabajos de construcción son temporales y, una vez operativos, estos centros requieren muy pocos empleados. Mientras tanto, su consumo de energía dispara las facturas eléctricas de los vecinos y algunos utilizan grandes cantidades de agua para refrigerar sus sistemas. Tal y como cuenta el medio, en Memphis, los residentes protestaron contra un centro de datos de xAI por contaminar con turbinas de gas natural.
Las ciudades que están plantando cara. St. Charles, Missouri, fue más allá del rechazo, ya que aprobó por unanimidad una moratoria de un año que prohíbe cualquier construcción de centros de datos. La decisión llegó después de que la promotora CRG propusiera una instalación de 178 hectáreas cerca de pozos de agua potable, sin revelar el consumo de agua ni los niveles de ruido previstos. “Casi parece que intentaban meterlo a la fuerza por la garganta de la gente”, aseguraba un vecino de 78 años al medio. CRG retiró su solicitud antes de la votación.
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Incluso con inversión millonaria, el miedo persiste. Lordstown, Ohio, acogió con entusiasmo parte del proyecto Stargate, una inversión de 500.000 millones de dólares liderada por OpenAI y SoftBank, para reconvertir una antigua fábrica de General Motors cerrada en 2019. La idea era fabricar componentes para centros de datos en el lugar, con una pequeña instalación de demostración. Pero cuando los anuncios de OpenAI generaron temor a que se instalara un centro de datos a gran escala, el ayuntamiento introdujo una prohibición permanente de nuevos centros de datos, con la única excepción de la instalación ya acordada. “La gente entró en pánico”, explicaba al medio la alcaldesa Jackie Woodward.Virginia, epicentro del debate político. El problema de los centros de datos también se ha convertido en un asunto electoral en Virginia, uno de los estados más afectados por esta expansión. En el condado de Prince William, cerca de Washington DC, candidatos republicanos y demócratas compiten por ver quién promete medidas más duras contra estas infraestructuras. “Creo que deberíamos prohibir todos los futuros centros de datos”, declaraba el candidato republicano Patrick Harders en un debate, mientras su rival demócrata George Stewart coincidía en que “el peso aplastante de los centros de datos” era una crisis, con grandes empresas “haciendo que nosotros, como residentes, paguemos por su energía”.El futuro inmediato. Con un billón de dólares en inversiones recientes y la demanda energética de la IA creciendo sin freno, todo apunta a que este conflicto no ha hecho nada más que empezar. Las empresas tecnológicas necesitan estas infraestructuras para impulsar su tecnología basada en inteligencia artificial generativa, pero las localidades en Estados Unidos son cada vez más reticentes a su construcción.Imagen de portada | İsmail Enes AyhanEn Xataka | ChatGPT y la IA han hecho por los discos duros lo que nadie esperaba: devolverles la vida
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