Ciencia y Tecnología
El 60% de los coches que se compran en Dinamarca son eléctricos. Su secreto: castigar al que compra un Seat Arona

Hay un camino para llenar tus calles de coches eléctricos. Y no tiene que pasar por las ayudas a quienes lo compran. O, al menos, no tiene solo que pasar por ayudas a quienes lo compran… En Dinamarca tienen otra idea: castigar al que opta por un coche de combustión.
Y eso es una losa para el gasolina barato.
El 65%. En lo que llevamos de año, el 15,8% de los coches eléctricos vendidos en Europa son eléctricos. En nuestro país, aunque hemos ido creciendo poco a poco, nos mantenemos en un escueto 8%. De momento, el mercado europeo sobrevive de mercados que compran un altísimo volumen de coches eléctricos como Alemania y países con una penetración muy grande de este tipo de vehículos.
Alemania y Francia, que son los países donde, por volumen, se compran más coches eléctricos, se sitúan en la frontera del 18%, mejoran por poco los datos europeos. Pero hay países donde revientan estas cifras. En Países Bajos y Suecia rozan el 35%. No hablemos de Noruega, con un 95%.
Hablemos, en cambio, de Dinamarca.
¿Ayudas?. Aunque en la mayor parte de Europa hemos buscado el éxito en las ayudas a la compra, quizás habría que empezar a cambiar el tiro. En España, el sistema creado para el Plan MOVES III es engorroso y poco transparente para el consumidor. Quien se acerca al concesionario a por un coche eléctrico tiene que acogerse a un préstamo al 0% de la compañía (si ésta adelanta la ayuda) o esperar durante más de un año a que le llegue el dinero. Si le llega.
Alemania tiene ahora una de las tasas de compra de coches eléctricos más altas de Europa y por volumen es el primer mercado. Sin embargo, ha pasado por sus altibajos. A finales de 2023 retiraron las ayudas a los coches eléctricos y acto seguido se estrellaron en el mercado. Los fabricantes publicaron enormes descuentos confiando en una vuelta de los subsidios que nunca han llegado.
¿Por qué han cambiado las tornas?
Impuestos. Por atacar al mercado de una manera similar a la de Dinamarca. En ambos países, se premia al que se compra un coche eléctrico pero, sobre todo, se castiga al que compra un gasolina empujándole a optar por la opción más limpia. En Alemania, como en Bélgica, el Estado está subvencionando la compra de coches eléctricos de empresa, un aliciente económico que suele ser habitual en sus empresas.
En Dinamarca se castiga duramente al que opta por un coche de combustión. El impuesto de matriculación se calcula teniendo en cuenta el volumen de emisiones de cada coche. Y eso dispara el coste de tener un gasolina.
¿Cómo funciona? En Dinamarca, además de un IVA del 25%, hay que pagar un impuesto de matriculación progresivo que varía respecto al coste del mismo.
- Primer tramo (coches de hasta 65.000 DKK, unos 8.700 euros): 25% del valor del coche
- Segundo tramo (coches de entre 65.000-202.200 DKK, desde 8.700 euros a 27.000 euros): 85% del valor del coche
- Tercer tramo (coches de más de 202.200 DKK, más de 27.000 euros): 150% del valor del coche
Pero este impuesto de matriculación tiene algunos asteriscos. Si el coche es para uso particular y es eléctrico, se paga un 40% del impuesto. Pero, además, el Estado subvenciona hasta 165.000 DKK de dicho impuesto. Es decir, que sólo se empieza a pagar a partir de que el impuesto supera más de 20.000 euros y sólo el 40% del mismo.
¿Y los gasolina? Aquí está el gran aliciente para pasarse al eléctrico. El coche de gasolina no sólo paga el impuesto de matriculación esperado. Además, hay que abonar un recargo adicional por las emisiones del vehículo. Los tramos son los siguientes:
- 0-109 gramos de CO2: 280 DKK (37,49 euros) por gramo de CO2
- 109-139 gramos de CO2: 560 DKK (74,99 euros) por gramo de CO2
- más de 139 gramos de CO2: 1.064 DKK (142,47 euros) por gramo de CO2
En Motorpasión ponen como ejemplo el caso de un Seat Arona. El coche tendrá que pagar un 85% de su valor pero, además, tiene un sobre coste de 5.211 euros. Emitiendo 124 gr/km de CO2 con su motor 1.0 TSI de 95 CV, pagará 30.520 DKK por los primeros 109 gr/km de CO2 y otros 15 gramos/km de Co2 a coste de 560 DKK, lo que suman 8.400 DKK. Es decir, el castigo es de 38.920 DKK, unos 5.211 euros.
Comparaciones odiosas. Teniendo todo lo anterior en cuenta, podemos pensar en un coche eléctrico de 50.000 euros (373.475 DKK). En ese caso, tendremos que contar con dos impuestos. El primero es el IVA que, como hemos visto, es progresivo y pagaríamos o siguiente:
- Primer tramo: un 25% de 65.000 DKK, lo que supone 16.250 DKK
- Segundo tramo: un 85% desde 65.000 DKK a 202.200 DKK, lo que supone 116.620 DKK.
- Tercer tramo: un 150% desde 202.200 a 373.475, lo que supone 256.912 DKK
En total, 389.782 DKK (unos 52.193 euros). A ese dinero hay que restarle 165.000 DKK que el Estado pone de su bolsillo, lo que nos deja 234.782 DKK. Pero, además, los eléctricos tienen una reducción del 40%. Es decir, otros 93.891 DKK. La cuota, por tanto, se rebaja a 140.837 DKK (18.850 euros de impuesto)
Queda libre, además, de la penalización del impuesto de emisiones.
Un coche de gasolina con un precio base de 25.000 euros, un tramo similar al que se encuentra un Seat Arona, tendrá que pagar el impuesto equivalente a 186.708 DKK. Esto es, los 16.250 DKK del primer tramo y el 85% de 121.708 DKK del segundo tramo. Es decir, 103.452 DKK. El total es, por tanto, de 119.702 DKK. O, lo que es lo mismo, algo más de 16.000 euros.
En este caso, sin embargo, el Estado no sufraga nada del impuesto de matriculación y hay que sumar el castigo de CO2 que suma otros 38.920 DKK. Es decir, 5.211 euros más para hacer un total de más de 21.000 euros por matricular un Seat Arona, casi lo mismo que el coste del vehículo.
Y otros detalles. Y a todo lo anterior hay que sumar otras variables que hacen apetecible optar por un eléctrico de 50.000 euros frente a un SUV de gasolina que cuesta la mitad. La red de recarga en Dinamarca es mucho más extensa. El país es pequeño y muy plano, lo que permite que la autonomía de los coches eléctricos llegue más lejos y no se necesiten baterías de tanto tamaño.
Foto | Seat y Palle Knudsen
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La noticia
El 60% de los coches que se compran en Dinamarca son eléctricos. Su secreto: castigar al que compra un Seat Arona
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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Hay un camino para llenar tus calles de coches eléctricos. Y no tiene que pasar por las ayudas a quienes lo compran. O, al menos, no tiene solo que pasar por ayudas a quienes lo compran… En Dinamarca tienen otra idea: castigar al que opta por un coche de combustión. Y eso es una losa para el gasolina barato. El 65%. En lo que llevamos de año, el 15,8% de los coches eléctricos vendidos en Europa son eléctricos. En nuestro país, aunque hemos ido creciendo poco a poco, nos mantenemos en un escueto 8%. De momento, el mercado europeo sobrevive de mercados que compran un altísimo volumen de coches eléctricos como Alemania y países con una penetración muy grande de este tipo de vehículos. Alemania y Francia, que son los países donde, por volumen, se compran más coches eléctricos, se sitúan en la frontera del 18%, mejoran por poco los datos europeos. Pero hay países donde revientan estas cifras. En Países Bajos y Suecia rozan el 35%. No hablemos de Noruega, con un 95%. Hablemos, en cambio, de Dinamarca. ¿Ayudas?. Aunque en la mayor parte de Europa hemos buscado el éxito en las ayudas a la compra, quizás habría que empezar a cambiar el tiro. En España, el sistema creado para el Plan MOVES III es engorroso y poco transparente para el consumidor. Quien se acerca al concesionario a por un coche eléctrico tiene que acogerse a un préstamo al 0% de la compañía (si ésta adelanta la ayuda) o esperar durante más de un año a que le llegue el dinero. Si le llega. Alemania tiene ahora una de las tasas de compra de coches eléctricos más altas de Europa y por volumen es el primer mercado. Sin embargo, ha pasado por sus altibajos. A finales de 2023 retiraron las ayudas a los coches eléctricos y acto seguido se estrellaron en el mercado. Los fabricantes publicaron enormes descuentos confiando en una vuelta de los subsidios que nunca han llegado. ¿Por qué han cambiado las tornas?
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Impuestos. Por atacar al mercado de una manera similar a la de Dinamarca. En ambos países, se premia al que se compra un coche eléctrico pero, sobre todo, se castiga al que compra un gasolina empujándole a optar por la opción más limpia. En Alemania, como en Bélgica, el Estado está subvencionando la compra de coches eléctricos de empresa, un aliciente económico que suele ser habitual en sus empresas.
En Dinamarca se castiga duramente al que opta por un coche de combustión. El impuesto de matriculación se calcula teniendo en cuenta el volumen de emisiones de cada coche. Y eso dispara el coste de tener un gasolina.
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¿Cómo funciona? En Dinamarca, además de un IVA del 25%, hay que pagar un impuesto de matriculación progresivo que varía respecto al coste del mismo.
Primer tramo (coches de hasta 65.000 DKK, unos 8.700 euros): 25% del valor del cocheSegundo tramo (coches de entre 65.000-202.200 DKK, desde 8.700 euros a 27.000 euros): 85% del valor del cocheTercer tramo (coches de más de 202.200 DKK, más de 27.000 euros): 150% del valor del coche
Pero este impuesto de matriculación tiene algunos asteriscos. Si el coche es para uso particular y es eléctrico, se paga un 40% del impuesto. Pero, además, el Estado subvenciona hasta 165.000 DKK de dicho impuesto. Es decir, que sólo se empieza a pagar a partir de que el impuesto supera más de 20.000 euros y sólo el 40% del mismo.
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¿Y los gasolina? Aquí está el gran aliciente para pasarse al eléctrico. El coche de gasolina no sólo paga el impuesto de matriculación esperado. Además, hay que abonar un recargo adicional por las emisiones del vehículo. Los tramos son los siguientes:
0-109 gramos de CO2: 280 DKK (37,49 euros) por gramo de CO2109-139 gramos de CO2: 560 DKK (74,99 euros) por gramo de CO2 más de 139 gramos de CO2: 1.064 DKK (142,47 euros) por gramo de CO2
En Motorpasión ponen como ejemplo el caso de un Seat Arona. El coche tendrá que pagar un 85% de su valor pero, además, tiene un sobre coste de 5.211 euros. Emitiendo 124 gr/km de CO2 con su motor 1.0 TSI de 95 CV, pagará 30.520 DKK por los primeros 109 gr/km de CO2 y otros 15 gramos/km de Co2 a coste de 560 DKK, lo que suman 8.400 DKK. Es decir, el castigo es de 38.920 DKK, unos 5.211 euros.
Comparaciones odiosas. Teniendo todo lo anterior en cuenta, podemos pensar en un coche eléctrico de 50.000 euros (373.475 DKK). En ese caso, tendremos que contar con dos impuestos. El primero es el IVA que, como hemos visto, es progresivo y pagaríamos o siguiente: Primer tramo: un 25% de 65.000 DKK, lo que supone 16.250 DKKSegundo tramo: un 85% desde 65.000 DKK a 202.200 DKK, lo que supone 116.620 DKK. Tercer tramo: un 150% desde 202.200 a 373.475, lo que supone 256.912 DKKEn total, 389.782 DKK (unos 52.193 euros). A ese dinero hay que restarle 165.000 DKK que el Estado pone de su bolsillo, lo que nos deja 234.782 DKK. Pero, además, los eléctricos tienen una reducción del 40%. Es decir, otros 93.891 DKK. La cuota, por tanto, se rebaja a 140.837 DKK (18.850 euros de impuesto)Queda libre, además, de la penalización del impuesto de emisiones. Un coche de gasolina con un precio base de 25.000 euros, un tramo similar al que se encuentra un Seat Arona, tendrá que pagar el impuesto equivalente a 186.708 DKK. Esto es, los 16.250 DKK del primer tramo y el 85% de 121.708 DKK del segundo tramo. Es decir, 103.452 DKK. El total es, por tanto, de 119.702 DKK. O, lo que es lo mismo, algo más de 16.000 euros.En este caso, sin embargo, el Estado no sufraga nada del impuesto de matriculación y hay que sumar el castigo de CO2 que suma otros 38.920 DKK. Es decir, 5.211 euros más para hacer un total de más de 21.000 euros por matricular un Seat Arona, casi lo mismo que el coste del vehículo.
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por
Alberto de la Torre
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