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Ciencia y Tecnología

OpenAI y AMD acaban de firmar algo más que un acuerdo de IA: es el trueque de la desesperación

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OpenAI y AMD acaban de firmar algo más que un acuerdo de IA: es el trueque de la desesperación

OpenAI acaba de anunciar que comprará 6 gigavatios de GPUs de AMD. No con dinero en efectivo, sino con warrants: AMD emite a OpenAI el derecho a comprar hasta 160 millones de sus acciones si cumple hitos de compra escalonados. Una empresa que pierde 2.500 millones cada seis meses acaba de comprometerse a un despliegue masivo de infraestructura. Y lo hará, al menos de momento, sin soltar ni un duro.

OpenAI ha titulado el comunicado de esta operación en su blog como un ‘strategic parnertship’, pero más bien es un trueque de supervivencia mutua disfrazado de alianza empresarial.

  1. AMD necesita desesperadamente existir como alternativa creíble a NVIDIA. Aunque eso signifique vender su propio capital en lugar de solo chips.
  2. OpenAI necesita escapar de su dependencia total de un solo proveedor que ya tiene demasiado poder de negociación.

Ninguno puede permitirse lo que está prometiendo en términos tradicionales. Pero ambos necesitan que el mercado crea que sí pueden.

La historia la cuenta la estructura de los warrants, que se desbloquean por tramos:

  1. El primero, con el despliegue inicial de un gigavatio.
  2. Los siguientes, conforme se escala hasta el sexto.

Pero hay más: el vesting (adquisición de derechos) está ligado también a que AMD alcance “ciertos objetivos de precios de acción” y a que OpenAI logre “hitos técnicos y comerciales necesarios”. Traducción: solo funcionan si ambas empresas crecen exponencialmente. Ambas acaban de convertirse en rehenes del éxito mutuo.

El timing no es casual: hace dos semanas OpenAI firmó 100.000 millones con NVIDIA. Ahora esto. AMD lo valora en “decenas de miles de millones de dólares en ingresos” contando efecto arrastre. Un billón de dólares en compromisos de infraestructura en quince días. Por parte de una empresa con flujo de caja negativo. El chiste se cuenta solo.

El espectador inocente verá esta noticia y asumirá que solo se trata de una diversificación de proveedores. El que vea más allá de sus narices entenderá que están acumulando promesas que no pueden costear pero que el mercado valora como si fueran efectivo real. AMD ha subido más de un 30% en bolsa tras el anuncio. Una subida que no viene de más chips vendidos, sino del marketing: el fabricante de ChatGPT ha validado su producto.

Y como siempre, lo que no dicen es tan importante como lo que dicen. El primer gigavatio no llega hasta la segunda mitad de 2026. Un año de plazo. El acuerdo es “definitivo” pero los hitos son “flexibles”, condicionados a objetivos técnicos, comerciales y bursátiles. Nadie firma calendarios rígidos en esta industria porque nadie sabe si seguirá existiendo al ritmo actual de gasto.

Y sobre todo: ninguna nota de prensa aclara cómo OpenAI va a financiar esto sin emitir más deuda o diluir más capital.

Estamos viendo una industria financiándose a sí misma con opcionalidad y futuros:

  1. NVIDIA financia a OpenAI para que compre chips de NVIDIA.
  2. AMD le da warrants a OpenAI para que compre chips de AMD.
  3. OpenAI se convierte en potencial accionista de sus proveedores.
  4. Los proveedores se revalorizan porque OpenAI les compra.
  5. OpenAI solo puede ejercer esos warrants si los proveedores crecen mientras cumplen pedidos descomunales.

Mientras tanto, la única entrada de dinero real son las suscripciones de ChatGPT. Que no alcanzan ni para cubrir costes operativos actuales, mucho menos para un billón en infraestructura.

AMD acaba de intercambiar certeza por opcionalidad. OpenAI acaba de intercambiar liquidez que no tiene por la posibilidad de poseer parte de su cadena de suministro. Ambos apuestan por la misma casilla: que el crecimiento exponencial de la demanda de IA hará irrelevantes los fundamentales económicos. Es una apuesta comprensible, pero muy alta.

Puede que tengan razón. O puede que dentro de cinco años este acuerdo aparezca en las escuelas de negocio como caso de estudio sobre cómo una industria entera decidió que las matemáticas eran optativas. El mercado, mientras tanto, sube un 30%. Porque nada dice “fundamentos sólidos” como financiarte vendiendo acciones de ti mismo para comprar cosas que no puedes pagar.

En Xataka | La ingeniera que no necesita focos: Lisa Su cogió una AMD al borde de la quiebra y diez años después ha hecho de ella un imperio

Imagen destacada | Xataka


La noticia

OpenAI y AMD acaban de firmar algo más que un acuerdo de IA: es el trueque de la desesperación

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

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​OpenAI acaba de anunciar que comprará 6 gigavatios de GPUs de AMD. No con dinero en efectivo, sino con warrants: AMD emite a OpenAI el derecho a comprar hasta 160 millones de sus acciones si cumple hitos de compra escalonados. Una empresa que pierde 2.500 millones cada seis meses acaba de comprometerse a un despliegue masivo de infraestructura. Y lo hará, al menos de momento, sin soltar ni un duro.

OpenAI ha titulado el comunicado de esta operación en su blog como un ‘strategic parnertship’, pero más bien es un trueque de supervivencia mutua disfrazado de alianza empresarial.

AMD necesita desesperadamente existir como alternativa creíble a NVIDIA. Aunque eso signifique vender su propio capital en lugar de solo chips.OpenAI necesita escapar de su dependencia total de un solo proveedor que ya tiene demasiado poder de negociación.

Ninguno puede permitirse lo que está prometiendo en términos tradicionales. Pero ambos necesitan que el mercado crea que sí pueden.

La historia la cuenta la estructura de los warrants, que se desbloquean por tramos:

El primero, con el despliegue inicial de un gigavatio.Los siguientes, conforme se escala hasta el sexto.

Pero hay más: el vesting (adquisición de derechos) está ligado también a que AMD alcance “ciertos objetivos de precios de acción” y a que OpenAI logre “hitos técnicos y comerciales necesarios”. Traducción: solo funcionan si ambas empresas crecen exponencialmente. Ambas acaban de convertirse en rehenes del éxito mutuo.

En Xataka

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El timing no es casual: hace dos semanas OpenAI firmó 100.000 millones con NVIDIA. Ahora esto. AMD lo valora en “decenas de miles de millones de dólares en ingresos” contando efecto arrastre. Un billón de dólares en compromisos de infraestructura en quince días. Por parte de una empresa con flujo de caja negativo. El chiste se cuenta solo.

El espectador inocente verá esta noticia y asumirá que solo se trata de una diversificación de proveedores. El que vea más allá de sus narices entenderá que están acumulando promesas que no pueden costear pero que el mercado valora como si fueran efectivo real. AMD ha subido más de un 30% en bolsa tras el anuncio. Una subida que no viene de más chips vendidos, sino del marketing: el fabricante de ChatGPT ha validado su producto.

Y como siempre, lo que no dicen es tan importante como lo que dicen. El primer gigavatio no llega hasta la segunda mitad de 2026. Un año de plazo. El acuerdo es “definitivo” pero los hitos son “flexibles”, condicionados a objetivos técnicos, comerciales y bursátiles. Nadie firma calendarios rígidos en esta industria porque nadie sabe si seguirá existiendo al ritmo actual de gasto.

Y sobre todo: ninguna nota de prensa aclara cómo OpenAI va a financiar esto sin emitir más deuda o diluir más capital.

Estamos viendo una industria financiándose a sí misma con opcionalidad y futuros:

NVIDIA financia a OpenAI para que compre chips de NVIDIA.AMD le da warrants a OpenAI para que compre chips de AMD.OpenAI se convierte en potencial accionista de sus proveedores.Los proveedores se revalorizan porque OpenAI les compra.OpenAI solo puede ejercer esos warrants si los proveedores crecen mientras cumplen pedidos descomunales.

Mientras tanto, la única entrada de dinero real son las suscripciones de ChatGPT. Que no alcanzan ni para cubrir costes operativos actuales, mucho menos para un billón en infraestructura.

AMD acaba de intercambiar certeza por opcionalidad. OpenAI acaba de intercambiar liquidez que no tiene por la posibilidad de poseer parte de su cadena de suministro. Ambos apuestan por la misma casilla: que el crecimiento exponencial de la demanda de IA hará irrelevantes los fundamentales económicos. Es una apuesta comprensible, pero muy alta.Puede que tengan razón. O puede que dentro de cinco años este acuerdo aparezca en las escuelas de negocio como caso de estudio sobre cómo una industria entera decidió que las matemáticas eran optativas. El mercado, mientras tanto, sube un 30%. Porque nada dice “fundamentos sólidos” como financiarte vendiendo acciones de ti mismo para comprar cosas que no puedes pagar.En Xataka | La ingeniera que no necesita focos: Lisa Su cogió una AMD al borde de la quiebra y diez años después ha hecho de ella un imperioImagen destacada | Xataka

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OpenAI y AMD acaban de firmar algo más que un acuerdo de IA: es el trueque de la desesperación

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Javier Lacort

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