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Ciencia y Tecnología

En su misión por seguir los movimientos de Corea del Norte, Corea del Sur ha decidido apostar por un radar volante avanzado

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En su misión por seguir los movimientos de Corea del Norte, Corea del Sur ha decidido apostar por un radar volante avanzado

En Corea del Sur, la vigilancia del cielo es una tarea constante que nunca se da por concluida. Las pruebas con misiles y el uso de drones de vuelo bajo por parte del Norte han puesto de relieve la necesidad de reforzar los sistemas de detección. Los radares en tierra, condicionados por la geografía del país, no siempre ofrecen la cobertura necesaria frente a amenazas que buscan pasar inadvertidas. Para responder a ese reto, Seúl ha decidido apostar por una nueva generación de aviones de alerta temprana, capaces de ampliar la vigilancia y garantizar un control más estable de su espacio aéreo. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de asegurar que el país dispone de medios suficientes para anticiparse a cualquier escenario.

La búsqueda de un nuevo avión de alerta temprana comenzó en 2020, cuando la Agencia de Adquisiciones de Defensa (DAPA) aprobó la segunda fase de su programa AEW&C. Para entonces, Corea del Sur ya disponía de cuatro E-737 Peace Eye adquiridos a Boeing en 2006 y entregados en 2012, pero la experiencia había dejado claro que no bastaban. Documentos parlamentarios revelados en 2019 señalaban problemas de disponibilidad y fallos técnicos que impedían mantener la tasa de patrullas prevista. A esa limitación se sumaba la presión de un entorno estratégico cada vez más complejo, marcado por la expansión del arsenal norcoreano.

Un salto en la estrategia de vigilancia aérea

Seúl ha optado por una combinación poco habitual hasta hace unos años: un reactor ejecutivo Bombardier Global 6500 equipado con el radar EL/W-2085 desarrollado por Elta. Este sistema, con antenas de exploración electrónica activa en los laterales y sensores adicionales en la nariz y la cola, permite vigilar en todas las direcciones prometiendo un alcance mucho mayor que el de los radares convencionales. Con este modelo, el país busca una plataforma más compacta y con costes operativos contenidos frente a las soluciones de mayor tamaño.

El concurso estuvo marcado por una pugna entre dos propuestas que partían del mismo avión base, el Global 6500. L3Harris ofrecía integrarlo con el radar EL/W-2085, mientras que la europea Saab presentó su solución GlobalEye, equipada con el radar Erieye Extended Range. La evaluación de DAPA concluyó que no había grandes diferencias en el rendimiento técnico, pero sí en otros aspectos. Según explicó la agencia, la propuesta estadounidense recibió más puntos en operatividad, costes de mantenimiento y aportación a la industria local, mientras que la firma sueca destacó en precio y condiciones contractuales.

Rokaf Aew L3harris

Imagen conceptual del Global 6500 para Corea del Sur

Según DAPA, el presupuesto aprobado asciende a 3,87 billones de wones, unos 2.820 millones de dólares, y contempla la incorporación de cuatro aviones hasta 2032. La meta es disponer de patrullas permanentes capaces de vigilar sin interrupción el espacio aéreo nacional y coordinar la respuesta en caso de crisis. La planificación de entregas hasta ese horizonte permitirá ir integrando progresivamente las aeronaves en las operaciones de la Fuerza Aérea.

E-737 Peace Eye

Un E-737 Peace Eye en Estados Unidos

El componente industrial presumiblemente tuvo un peso relevante en la decisión. L3Harris lleva más de dos décadas suministrando equipos a las fuerzas armadas surcoreanas, desde sistemas de vigilancia electro-óptica e infrarroja hasta comunicaciones seguras y dispositivos de visión nocturna. La compañía cuenta con un centro de servicio autorizado en el país, lo que reduce los tiempos de mantenimiento y simplifica la logística en caso de averías.

Se espera que los Global 6500 refuercen la defensa aérea del país asiático. Estos aparatos se integrarán en la red nacional ISTAR, conectando sensores y unidades de combate para generar una imagen completa del espacio aéreo. Su misión principal será detectar intrusiones y coordinar la reacción inmediata, pero también se contempla su uso regular en periodos de calma para mantener el adiestramiento y la preparación de las tripulaciones.

Imágenes | L3Harris (1, 2) | Fuerza Aérea de Estados Unidos

En Xataka | El F-47 no solo será el caza más avanzado de EEUU: la filtración de su insignia ha revelado qué país tiene como objetivo


La noticia

En su misión por seguir los movimientos de Corea del Norte, Corea del Sur ha decidido apostar por un radar volante avanzado

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Marquez

.

​En Corea del Sur, la vigilancia del cielo es una tarea constante que nunca se da por concluida. Las pruebas con misiles y el uso de drones de vuelo bajo por parte del Norte han puesto de relieve la necesidad de reforzar los sistemas de detección. Los radares en tierra, condicionados por la geografía del país, no siempre ofrecen la cobertura necesaria frente a amenazas que buscan pasar inadvertidas. Para responder a ese reto, Seúl ha decidido apostar por una nueva generación de aviones de alerta temprana, capaces de ampliar la vigilancia y garantizar un control más estable de su espacio aéreo. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de asegurar que el país dispone de medios suficientes para anticiparse a cualquier escenario.La búsqueda de un nuevo avión de alerta temprana comenzó en 2020, cuando la Agencia de Adquisiciones de Defensa (DAPA) aprobó la segunda fase de su programa AEW&C. Para entonces, Corea del Sur ya disponía de cuatro E-737 Peace Eye adquiridos a Boeing en 2006 y entregados en 2012, pero la experiencia había dejado claro que no bastaban. Documentos parlamentarios revelados en 2019 señalaban problemas de disponibilidad y fallos técnicos que impedían mantener la tasa de patrullas prevista. A esa limitación se sumaba la presión de un entorno estratégico cada vez más complejo, marcado por la expansión del arsenal norcoreano.Un salto en la estrategia de vigilancia aéreaSeúl ha optado por una combinación poco habitual hasta hace unos años: un reactor ejecutivo Bombardier Global 6500 equipado con el radar EL/W-2085 desarrollado por Elta. Este sistema, con antenas de exploración electrónica activa en los laterales y sensores adicionales en la nariz y la cola, permite vigilar en todas las direcciones prometiendo un alcance mucho mayor que el de los radares convencionales. Con este modelo, el país busca una plataforma más compacta y con costes operativos contenidos frente a las soluciones de mayor tamaño.

El concurso estuvo marcado por una pugna entre dos propuestas que partían del mismo avión base, el Global 6500. L3Harris ofrecía integrarlo con el radar EL/W-2085, mientras que la europea Saab presentó su solución GlobalEye, equipada con el radar Erieye Extended Range. La evaluación de DAPA concluyó que no había grandes diferencias en el rendimiento técnico, pero sí en otros aspectos. Según explicó la agencia, la propuesta estadounidense recibió más puntos en operatividad, costes de mantenimiento y aportación a la industria local, mientras que la firma sueca destacó en precio y condiciones contractuales.

Imagen conceptual del Global 6500 para Corea del Sur

Según DAPA, el presupuesto aprobado asciende a 3,87 billones de wones, unos 2.820 millones de dólares, y contempla la incorporación de cuatro aviones hasta 2032. La meta es disponer de patrullas permanentes capaces de vigilar sin interrupción el espacio aéreo nacional y coordinar la respuesta en caso de crisis. La planificación de entregas hasta ese horizonte permitirá ir integrando progresivamente las aeronaves en las operaciones de la Fuerza Aérea.

Un E-737 Peace Eye en Estados Unidos

El componente industrial presumiblemente tuvo un peso relevante en la decisión. L3Harris lleva más de dos décadas suministrando equipos a las fuerzas armadas surcoreanas, desde sistemas de vigilancia electro-óptica e infrarroja hasta comunicaciones seguras y dispositivos de visión nocturna. La compañía cuenta con un centro de servicio autorizado en el país, lo que reduce los tiempos de mantenimiento y simplifica la logística en caso de averías.

En Xataka

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Se espera que los Global 6500 refuercen la defensa aérea del país asiático. Estos aparatos se integrarán en la red nacional ISTAR, conectando sensores y unidades de combate para generar una imagen completa del espacio aéreo. Su misión principal será detectar intrusiones y coordinar la reacción inmediata, pero también se contempla su uso regular en periodos de calma para mantener el adiestramiento y la preparación de las tripulaciones.Imágenes | L3Harris (1, 2) | Fuerza Aérea de Estados UnidosEn Xataka | El F-47 no solo será el caza más avanzado de EEUU: la filtración de su insignia ha revelado qué país tiene como objetivo

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Javier Marquez

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