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Ciencia y Tecnología

Iberdrola está jugando a ser el “TSMC de la energía”: quien controla los electrones, controla la IA

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Iberdrola está jugando a ser el "TSMC de la energía": quien controla los electrones, controla la IA

Iberdrola ha presentado un plan que la convierte en la infraestructura crítica para alimentar la revolución de la IA en Occidente, mucho más allá de España.

Por qué es importante. La explosión de centros de datos para IA ha disparado la demanda energética. Iberdrola lo ha entendido: quien controle las redes eléctricas en EEUU y Reino Unido controlará la infraestructura que sustenta el futuro tecnológico. Es una apuesta brutal por convertirse en el “TSMC de la energía”.

La eléctrica española invertirá 58.000 millones de euros hasta 2028, un 30% más que el plan anterior. El 65% de esa inversión se concentra en dos mercados:

  • Reino Unido (20.000 millones).
  • Estados Unidos (16.000 millones).

El giro estratégico. Ignacio Galán ha definido a Iberdrola como “la mayor compañía anglosajona de energía”. No es casualidad. El presidente ejecutivo está reposicionando la empresa para capturar la demanda energética que generará la IA en los próximos años.

Las redes eléctricas van a recibir 37.000 millones de euros, el 64% del total. Esta infraestructura ofrece rentabilidades reguladas del 9,5%, muy superiores a la generación tradicional de energía.

  • Iberdrola busca que el 75% de sus ingresos sean independientes de los volátiles precios energéticos.

La península Ibérica recibirá solo 9.000 millones de euros, el 15% del total. Galán ha lanzado un aviso al gobierno español: “Si las condiciones no son buenas, nos iríamos a otros países”.

El pulso con la CNMC es evidente. El regulador propone una remuneración del 6,46% para las redes españolas, pero Iberdrola exige al menos un 7%. La diferencia puede determinar si España mantiene o pierde una de las mayores inversiones industriales del país.

En cifras. Los números del plan:

  • Beneficio neto de 7.600 millones en 2028 (+2.000 millones).
  • Dividendos de 20.000 millones en cuatro años.
  • 15.000 nuevos empleos.
  • La base de activos regulados saltará de 30.000 a 70.000 millones de euros.

La gran apuesta. Iberdrola está apostando que la demanda energética por IA y electrificación será el mayor conductor de crecimiento de las próximas décadas. Galán habla de 60.000 MW de demanda latente solo en España, la mitad de los cuales considera “no especulativa”.

La estrategia también cambia el perfil de riesgo de la compañía. De ser una empresa expuesta a los precios de la electricidad pasa a convertirse en una infraestructura crítica con ingresos garantizados.

  • Es el sueño de cualquier inversor: crecimiento predecible en un negocio esencial.

Sí, pero. La ejecución no está libre de riesgos. Trump pretende bloquear los proyectos eólicos marinos de Iberdrola en Massachusetts. El Brexit añade incertidumbre regulatoria en Reino Unido. Y en España, el pulso con el regulador podría ir a más.

La apuesta de Galán es clara: Iberdrola quiere ser la empresa que electrifique la revolución de la IA. Si acierta, habrá posicionado a la eléctrica española en el centro del mayor cambio tecnológico de las próximas décadas. Si falla, habrá comprometido 58.000 millones en una apuesta arriesgada.

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La noticia

Iberdrola está jugando a ser el “TSMC de la energía”: quien controla los electrones, controla la IA

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

.

​Iberdrola ha presentado un plan que la convierte en la infraestructura crítica para alimentar la revolución de la IA en Occidente, mucho más allá de España.

Por qué es importante. La explosión de centros de datos para IA ha disparado la demanda energética. Iberdrola lo ha entendido: quien controle las redes eléctricas en EEUU y Reino Unido controlará la infraestructura que sustenta el futuro tecnológico. Es una apuesta brutal por convertirse en el “TSMC de la energía”.

La eléctrica española invertirá 58.000 millones de euros hasta 2028, un 30% más que el plan anterior. El 65% de esa inversión se concentra en dos mercados:

Reino Unido (20.000 millones).Estados Unidos (16.000 millones).

El giro estratégico. Ignacio Galán ha definido a Iberdrola como “la mayor compañía anglosajona de energía”. No es casualidad. El presidente ejecutivo está reposicionando la empresa para capturar la demanda energética que generará la IA en los próximos años.

Las redes eléctricas van a recibir 37.000 millones de euros, el 64% del total. Esta infraestructura ofrece rentabilidades reguladas del 9,5%, muy superiores a la generación tradicional de energía.

Iberdrola busca que el 75% de sus ingresos sean independientes de los volátiles precios energéticos.

La península Ibérica recibirá solo 9.000 millones de euros, el 15% del total. Galán ha lanzado un aviso al gobierno español: “Si las condiciones no son buenas, nos iríamos a otros países”.

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La gran apuesta. Iberdrola está apostando que la demanda energética por IA y electrificación será el mayor conductor de crecimiento de las próximas décadas. Galán habla de 60.000 MW de demanda latente solo en España, la mitad de los cuales considera “no especulativa”.

La estrategia también cambia el perfil de riesgo de la compañía. De ser una empresa expuesta a los precios de la electricidad pasa a convertirse en una infraestructura crítica con ingresos garantizados.

Es el sueño de cualquier inversor: crecimiento predecible en un negocio esencial.

Sí, pero. La ejecución no está libre de riesgos. Trump pretende bloquear los proyectos eólicos marinos de Iberdrola en Massachusetts. El Brexit añade incertidumbre regulatoria en Reino Unido. Y en España, el pulso con el regulador podría ir a más.

La apuesta de Galán es clara: Iberdrola quiere ser la empresa que electrifique la revolución de la IA. Si acierta, habrá posicionado a la eléctrica española en el centro del mayor cambio tecnológico de las próximas décadas. Si falla, habrá comprometido 58.000 millones en una apuesta arriesgada.

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