Ciencia y Tecnología
Spotify está lidiando con una avalancha de canciones hechas con IA. Así que ha decidido reaccionar para marcar los límites

Abres Spotify, te topas con una canción que no puedes dejar de escuchar y, sin embargo, el nombre del “artista” no te suena de nada. Te preguntas si hay una banda detrás o si es una pista generada por IA, y la duda no es trivial: el oído entrenado quizá lo detecte, pero para millones de oyentes la frontera se ha vuelto borrosa. Con generadores como Suno o Udio elevando su calidad de creación, los catálogos se llenan y el contexto importa. Esta semana, Spotify anunció nuevas políticas para atajar tres frentes: “slop”, suplantaciones y transparencia sobre el uso de IA. La compañía afirma que quiere proteger a los artistas y evitar que el público se sienta engañado, sin prohibir un uso responsable de estas herramientas.
En apenas unos meses, los generadores de música se han convertido en herramientas accesibles capaces de producir miles de temas listos para ser subidos a plataformas de streaming. No hablamos de composiciones maestras, sino de canciones que cumplen con lo mínimo para colarse en catálogos masivos. El resultado es una avalancha que hace difícil distinguir entre propuestas genuinas y simples ejercicios algorítmicos. Para sellos y artistas, esta saturación no solo genera confusión entre los oyentes, también amenaza con diluir ingresos en un sistema donde cada reproducción cuenta para repartir royalties.
El plan de Spotify frente a la música hecha con IA
Spotify enmarca sus nuevas reglas en una idea sencilla: la música siempre ha estado atravesada por la tecnología, desde las cintas multipista hasta el Auto-Tune. La diferencia actual es que la inteligencia artificial evoluciona a una velocidad que genera incertidumbre. En este escenario, la plataforma afirma que quiere reforzar la transparencia y blindar la confianza de los oyentes, al mismo tiempo que respeta la libertad de los artistas para decidir cómo incorporar estas herramientas a su proceso creativo.
Uno de los focos más sensibles para Spotify es la suplantación de identidad. La compañía ha endurecido sus reglas y aclara que no permitirá canciones que reproduzcan la voz de un artista sin su autorización explícita. Esto incluye clones de voz generados con inteligencia artificial, “deepfakes” y cualquier réplica vocal no autorizada. Además, está probando junto a distribuidores nuevas medidas para impedir que se suba música a perfiles ajenos, un ataque cada vez más común. El objetivo es que los músicos puedan denunciar con rapidez y mantener el control sobre su propia identidad artística.
Otro frente que la plataforma quiere atajar es el del spam. Spotify explica que algunos usuarios intentan manipular el sistema subiendo canciones de apenas 30 segundos para acumular reproducciones con derecho a pago, o repitiendo el mismo tema con cambios mínimos en los metadatos. Para combatirlo, en los próximos meses desplegará un filtro que identificará este tipo de prácticas y dejará de recomendarlas. La compañía asegura que la medida es necesaria para proteger el reparto de royalties y recuerda que en los últimos 12 meses eliminó 75 millones de pistas fraudulentas.
La tercera pata del plan es la transparencia. Spotify colabora con DDEX, el organismo encargado de fijar estándares en la industria musical, para crear un sistema de metadatos que refleje el papel de la IA en cada canción. El objetivo es que los créditos indiquen si se ha usado inteligencia artificial en la voz, en los instrumentos o en la producción, de modo que el oyente lo sepa con claridad. Según informó la compañía, 15 sellos y distribuidores ya se han comprometido a adoptar este estándar, aunque por ahora no hay fecha de lanzamiento.
El impacto real de las nuevas reglas se medirá con el tiempo. Para los artistas, el refuerzo contra la suplantación y el spam puede traducirse en un entorno más justo para competir por la atención y los royalties. Para los oyentes, la promesa es una experiencia más clara, con créditos que permitan distinguir qué parte de una canción ha sido generada por IA. Aun así, hay incertidumbre sobre su alcance: desde la posibilidad de errores en la detección automática hasta la dificultad de que sellos y distribuidores adapten sus procesos de forma rápida y homogénea.
Probablemente Spotify seguirá trabajando después de este anuncio. La efectividad de los filtros y la adopción de los nuevos créditos dependerán de que la industria en su conjunto se mueva en la misma dirección. La IA seguirá evolucionando y es probable que surjan nuevos métodos para burlar los sistemas de control. En ese escenario, la compañía tendrá que demostrar que sus medidas no solo frenan los abusos, sino que también ayudan a mantener la confianza de los oyentes y el valor del trabajo de los artistas.
Imágenes | Xataka con Gemini 2.5 | @felirbe
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La noticia
Spotify está lidiando con una avalancha de canciones hechas con IA. Así que ha decidido reaccionar para marcar los límites
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
.
Abres Spotify, te topas con una canción que no puedes dejar de escuchar y, sin embargo, el nombre del “artista” no te suena de nada. Te preguntas si hay una banda detrás o si es una pista generada por IA, y la duda no es trivial: el oído entrenado quizá lo detecte, pero para millones de oyentes la frontera se ha vuelto borrosa. Con generadores como Suno o Udio elevando su calidad de creación, los catálogos se llenan y el contexto importa. Esta semana, Spotify anunció nuevas políticas para atajar tres frentes: “slop”, suplantaciones y transparencia sobre el uso de IA. La compañía afirma que quiere proteger a los artistas y evitar que el público se sienta engañado, sin prohibir un uso responsable de estas herramientas.
En apenas unos meses, los generadores de música se han convertido en herramientas accesibles capaces de producir miles de temas listos para ser subidos a plataformas de streaming. No hablamos de composiciones maestras, sino de canciones que cumplen con lo mínimo para colarse en catálogos masivos. El resultado es una avalancha que hace difícil distinguir entre propuestas genuinas y simples ejercicios algorítmicos. Para sellos y artistas, esta saturación no solo genera confusión entre los oyentes, también amenaza con diluir ingresos en un sistema donde cada reproducción cuenta para repartir royalties.
El plan de Spotify frente a la música hecha con IA
Spotify enmarca sus nuevas reglas en una idea sencilla: la música siempre ha estado atravesada por la tecnología, desde las cintas multipista hasta el Auto-Tune. La diferencia actual es que la inteligencia artificial evoluciona a una velocidad que genera incertidumbre. En este escenario, la plataforma afirma que quiere reforzar la transparencia y blindar la confianza de los oyentes, al mismo tiempo que respeta la libertad de los artistas para decidir cómo incorporar estas herramientas a su proceso creativo.
Uno de los focos más sensibles para Spotify es la suplantación de identidad. La compañía ha endurecido sus reglas y aclara que no permitirá canciones que reproduzcan la voz de un artista sin su autorización explícita. Esto incluye clones de voz generados con inteligencia artificial, “deepfakes” y cualquier réplica vocal no autorizada. Además, está probando junto a distribuidores nuevas medidas para impedir que se suba música a perfiles ajenos, un ataque cada vez más común. El objetivo es que los músicos puedan denunciar con rapidez y mantener el control sobre su propia identidad artística.
Otro frente que la plataforma quiere atajar es el del spam. Spotify explica que algunos usuarios intentan manipular el sistema subiendo canciones de apenas 30 segundos para acumular reproducciones con derecho a pago, o repitiendo el mismo tema con cambios mínimos en los metadatos. Para combatirlo, en los próximos meses desplegará un filtro que identificará este tipo de prácticas y dejará de recomendarlas. La compañía asegura que la medida es necesaria para proteger el reparto de royalties y recuerda que en los últimos 12 meses eliminó 75 millones de pistas fraudulentas.
La tercera pata del plan es la transparencia. Spotify colabora con DDEX, el organismo encargado de fijar estándares en la industria musical, para crear un sistema de metadatos que refleje el papel de la IA en cada canción. El objetivo es que los créditos indiquen si se ha usado inteligencia artificial en la voz, en los instrumentos o en la producción, de modo que el oyente lo sepa con claridad. Según informó la compañía, 15 sellos y distribuidores ya se han comprometido a adoptar este estándar, aunque por ahora no hay fecha de lanzamiento.
El impacto real de las nuevas reglas se medirá con el tiempo. Para los artistas, el refuerzo contra la suplantación y el spam puede traducirse en un entorno más justo para competir por la atención y los royalties. Para los oyentes, la promesa es una experiencia más clara, con créditos que permitan distinguir qué parte de una canción ha sido generada por IA. Aun así, hay incertidumbre sobre su alcance: desde la posibilidad de errores en la detección automática hasta la dificultad de que sellos y distribuidores adapten sus procesos de forma rápida y homogénea.
En Xataka
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Probablemente Spotify seguirá trabajando después de este anuncio. La efectividad de los filtros y la adopción de los nuevos créditos dependerán de que la industria en su conjunto se mueva en la misma dirección. La IA seguirá evolucionando y es probable que surjan nuevos métodos para burlar los sistemas de control. En ese escenario, la compañía tendrá que demostrar que sus medidas no solo frenan los abusos, sino que también ayudan a mantener la confianza de los oyentes y el valor del trabajo de los artistas.
Imágenes | Xataka con Gemini 2.5 | @felirbe
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fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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