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Francia ha intentado por todos los medios que CAF no se lleve “el contrato del siglo” de los trenes belgas. Hay buenas noticias

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Francia ha intentado por todos los medios que CAF no se lleve "el contrato del siglo" de los trenes belgas. Hay buenas noticias

El contrato sigue adelante. Eso es lo que han dicho los responsables belgas de una de las mayores licitaciones del país. El llamado “contrato del siglo” recaerá por tanto en CAF, el gran gigante ferroviario español. La compañía española será la encargada de proveer de trenes a la “Renfe belga”. 

Rechazado. El Consejo de Estado de Bélgica ha hablado. Y lo que ha decidido es que rechaza el último recurso que Alstom había presentado en el concurso de adjudicación para proveer al SNCB (la Renfe belga) de una enorme batería de trenes para modernizar gran parte de la flota. 

En El Correo detallan que el Consejo de Estado belga ya había rechazado la semana pasada un recurso de Siemens y ahora ha sido desestimado el de Alstom. El proceso ha sido especialmente largo y complejo con numerosos recursos presentados, idas y venidas y reconfirmaciones. 

“El contrato del siglo”. Dado el enorme volumen de dinero que moverá este contrato, no parece que se le quede grande la famosa denominación de “el contrato del siglo”. Para empezar, la inversión será de 1.695 millones de euros pero si se cumplen los plazos y el volumen de las entregas, CAF podría recibir hasta 3.400 millones de euros. 

La cuantía se pagará por el suministro de 500 trenes automotores entre los que se incluyen tres modelos de coches con propulsión híbrida por batería que tendrán el cometido de sustituir a las viejas locomotoras diésel en aquellas vías que todavía no han sido electrificadas. Con el rechazo a los últimos recursos, solo queda negociar los últimos detalles y firmar el mayor contrato de la historia de CAF. 

Largo y complejo. Hacerse con este contrato no ha sido sencillo para la compañía española. A principios de año, Alstom y Siemens recurrieron la adjudicación de SNCB a CAF, alegando que las motivaciones para la misma no eran lo suficientemente transparentes. En abril, un tribunal belga recomendó suspender el concurso. 

Durante ese tiempo, Alstom aprovechó para presionar señalando que su propuesta era mejor porque cuentan con una planta en suelo belga, recalcando que la decisión de llevarse fuera este contrato perjudicaría a los propios ciudadanos porque no se estaba apostando por el empleo local como factor decisivo. 

El proceso, sin embargo, siguió adelante. Con todo, CAF ha tenido que esperar a que las autoridades belgas rechazaran definitivamente el recurso de Siemens y un segundo recurso por vía de urgencia presentado por Alstom, quienes volvían a insistir en una supuesta falta de transparencia. 

Israel. Durante los últimos compases de todo este entramado burocrático, diversas voces se alzaron para poner en cuestión la adjudicación de CAF. Defendían que no se podía contratar a una empresa que estaba asociada con la israelí Shapir para construir y ampliar las líneas Roja y Verde del tren ligero de Jerusalén

El proyecto es problemático porque se construirá sobre asentamientos ilegales israelíes. Eso ha provocado que la compañía vasca haya sido señalada en un informe oficial de la ONU como una de las empresas que sacan rédito de la política antipalestina del país. Especifican que con este tipo de obras se ayuda a consolidar estos asentamientos ilegales. 

500 millones de euros. Eso es lo que se calcula que se llevará CAF si el proyecto israelí sale adelante. Éste está valorado en 1.800 millones de euros para levantar 27 kilómetros de vías y 50 nuevas estaciones. Con ellas se quiere conectar los asentamientos de Cisjordania con los de Jerusalén Oeste. 

El negocio para CAF no se queda solo en la construcción de este metro ligero. Además está por decidir hasta cuándo participará en la gestión de las líneas. De momento, se está valorando que su implicación se mantenga entre 15 y 25 años una vez entre en funcionamiento. CAF se escuda en que la adjudicación del contrato es anterior a la invasión israelí de Palestina.

No se meten. Al menos es lo que dicen desde SCNB. Apelados por hasta cuatro asociaciones que rechazaban que CAF recibiera este concurso por su implicación con el proyecto en Cisjordania y Jerusalén, la operadora belga ha respondido que no puede “determinar la política exterior o comercial de las empresas implicadas”, recogen en El Correo

Su posición es contraria a otras compañías del sector. El fondo soberano noruego, por ejemplo, ha retirado sus inversiones en Shapir (la socia de CAF en el proyecto israelí) por el genocidio cometido en Gaza y la gestora Storeband también sacó a CAF de su cartera por su implicación. La empresa catalana COMSA también formaba parte del consorcio que había ganado la adjudicación de la línea azul del tranvía a Jerusalén pero en 2024 se retiró del proyecto y la vasca Sinedor anunció que no servirá acero a las empresas israelíes. 

Foto | CAF y  aboodi vesakaran 

En Xataka | Renfe quería renovar su flota en Cantabria y Asturias. Hasta que se equivocó con el ancho de sus trenes


La noticia

Francia ha intentado por todos los medios que CAF no se lleve “el contrato del siglo” de los trenes belgas. Hay buenas noticias

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alberto de la Torre

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​El contrato sigue adelante. Eso es lo que han dicho los responsables belgas de una de las mayores licitaciones del país. El llamado “contrato del siglo” recaerá por tanto en CAF, el gran gigante ferroviario español. La compañía española será la encargada de proveer de trenes a la “Renfe belga”. 

Rechazado. El Consejo de Estado de Bélgica ha hablado. Y lo que ha decidido es que rechaza el último recurso que Alstom había presentado en el concurso de adjudicación para proveer al SNCB (la Renfe belga) de una enorme batería de trenes para modernizar gran parte de la flota. 

En El Correo detallan que el Consejo de Estado belga ya había rechazado la semana pasada un recurso de Siemens y ahora ha sido desestimado el de Alstom. El proceso ha sido especialmente largo y complejo con numerosos recursos presentados, idas y venidas y reconfirmaciones. 

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España tiene un gigante ferroviario en las sombras. Y acaba de conseguir el “contrato del siglo”

“El contrato del siglo”. Dado el enorme volumen de dinero que moverá este contrato, no parece que se le quede grande la famosa denominación de “el contrato del siglo”. Para empezar, la inversión será de 1.695 millones de euros pero si se cumplen los plazos y el volumen de las entregas, CAF podría recibir hasta 3.400 millones de euros. La cuantía se pagará por el suministro de 500 trenes automotores entre los que se incluyen tres modelos de coches con propulsión híbrida por batería que tendrán el cometido de sustituir a las viejas locomotoras diésel en aquellas vías que todavía no han sido electrificadas. Con el rechazo a los últimos recursos, solo queda negociar los últimos detalles y firmar el mayor contrato de la historia de CAF. 

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España ha decidido rearmarse y de momento hay una empresa que se está beneficiando de ello: Indra

Largo y complejo. Hacerse con este contrato no ha sido sencillo para la compañía española. A principios de año, Alstom y Siemens recurrieron la adjudicación de SNCB a CAF, alegando que las motivaciones para la misma no eran lo suficientemente transparentes. En abril, un tribunal belga recomendó suspender el concurso. 

Durante ese tiempo, Alstom aprovechó para presionar señalando que su propuesta era mejor porque cuentan con una planta en suelo belga, recalcando que la decisión de llevarse fuera este contrato perjudicaría a los propios ciudadanos porque no se estaba apostando por el empleo local como factor decisivo. 

El proceso, sin embargo, siguió adelante. Con todo, CAF ha tenido que esperar a que las autoridades belgas rechazaran definitivamente el recurso de Siemens y un segundo recurso por vía de urgencia presentado por Alstom, quienes volvían a insistir en una supuesta falta de transparencia. 

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El gigante ferroviario español tenía previsto construir un tren ligero entre Jerusalén y Cisjordania. Ahora tiene un problema

Israel. Durante los últimos compases de todo este entramado burocrático, diversas voces se alzaron para poner en cuestión la adjudicación de CAF. Defendían que no se podía contratar a una empresa que estaba asociada con la israelí Shapir para construir y ampliar las líneas Roja y Verde del tren ligero de Jerusalén. 

El proyecto es problemático porque se construirá sobre asentamientos ilegales israelíes. Eso ha provocado que la compañía vasca haya sido señalada en un informe oficial de la ONU como una de las empresas que sacan rédito de la política antipalestina del país. Especifican que con este tipo de obras se ayuda a consolidar estos asentamientos ilegales. 

500 millones de euros. Eso es lo que se calcula que se llevará CAF si el proyecto israelí sale adelante. Éste está valorado en 1.800 millones de euros para levantar 27 kilómetros de vías y 50 nuevas estaciones. Con ellas se quiere conectar los asentamientos de Cisjordania con los de Jerusalén Oeste. 

El negocio para CAF no se queda solo en la construcción de este metro ligero. Además está por decidir hasta cuándo participará en la gestión de las líneas. De momento, se está valorando que su implicación se mantenga entre 15 y 25 años una vez entre en funcionamiento. CAF se escuda en que la adjudicación del contrato es anterior a la invasión israelí de Palestina.

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Un tren de hidrógeno ha cruzado por primera vez España y Portugal: 10.000 km de recorrido, incluidos los Pirineos

No se meten. Al menos es lo que dicen desde SCNB. Apelados por hasta cuatro asociaciones que rechazaban que CAF recibiera este concurso por su implicación con el proyecto en Cisjordania y Jerusalén, la operadora belga ha respondido que no puede “determinar la política exterior o comercial de las empresas implicadas”, recogen en El Correo. Su posición es contraria a otras compañías del sector. El fondo soberano noruego, por ejemplo, ha retirado sus inversiones en Shapir (la socia de CAF en el proyecto israelí) por el genocidio cometido en Gaza y la gestora Storeband también sacó a CAF de su cartera por su implicación. La empresa catalana COMSA también formaba parte del consorcio que había ganado la adjudicación de la línea azul del tranvía a Jerusalén pero en 2024 se retiró del proyecto y la vasca Sinedor anunció que no servirá acero a las empresas israelíes. Foto | CAF y  aboodi vesakaran En Xataka | Renfe quería renovar su flota en Cantabria y Asturias. Hasta que se equivocó con el ancho de sus trenes

– La noticia

Francia ha intentado por todos los medios que CAF no se lleve “el contrato del siglo” de los trenes belgas. Hay buenas noticias

fue publicada originalmente en

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Alberto de la Torre

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