Ciencia y Tecnología
Si la pregunta es a cuánto salario estarías dispuesto a renunciar por mantener el teletrabajo, los europeos lo tienen claro: cero

La irrupción del teletrabajo ha sido uno de los grandes cambios en la organización del mercado laboral en Europa, aunque ha cambiado su objetivo a medida que se restablecía la normalidad y las empresas volvían a sus oficinas. Ya no era una obligación impuesta por la COVID-19, sino un beneficio que aportaba flexibilidad horaria para la conciliación y, sobre todo, un arma eficaz para atraer y retener talento.
En este contexto de “beneficio laboral”, la cuestión de si los trabajadores estarían dispuestos a sacrificar parte de su salario para mantener la opción de trabajar desde casa ha ganado relevancia entre empresas. El Banco Central Europeo (BCE) ha preguntado a los empleados europeos a qué porcentaje de salario estarían dispuestos a renunciar a cambio de mantener el teletrabajo. Sus respuestas no dejan lugar a dudas.
Ni por todo el dinero del mundo. Según datos extraídos de la Encuesta de Expectativas del Consumidor (CES) del Banco Central Europeo, el 70% de los trabajadores europeos no está dispuesto a renunciar a ninguna parte de su salario a cambio de poder teletrabajar.
Por su parte, un 13% de los encuestados sí aceptaría una reducción que oscilaría entre el 1% y el 5%, mientras que apenas un 8% consentiría una rebaja salarial más significativa de entre el 6% y el 10%. Este dato es especialmente preciado para las empresas ya que permite cuantificar el valor que los empleados dan a la posibilidad de teletrabajar, especialmente cuando esta flexibilidad se ofrece como parte de un salario emocional para el trabajador.
Porcentaje de trabajadores que aceptarían un recorte salarial y porcentaje de recorte
Cada vez más teletrabajo…pero híbrido. Tanto los datos de Eurostat, como los de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2025, señalan que los niveles de teletrabajo se mantienen, tanto a nivel europeo como nacional, muy por encima de los niveles prepandémicos registrados en 2019.
Eso significa que cada vez hay más población activa trabajando desde casa. El mayor cambio que se ha producido es que, mientras que antes de 2019 la opción más habitual era el trabajo 100% remoto, ahora la modalidad que más se impone es el de trabajo híbrido en el que se combinan días de trabajo presencial y días de teletrabajo. Esa condición de jornada híbrida también condiciona el porcentaje salarial al que los empleados están dispuestos a renunciar para conservar el teletrabajo.
Más teletrabajo, mayor sacrificio. Los datos del Banco Central Europeo indican que la opción más extendida hoy es trabajar dos o tres días por semana desde casa y el resto desde la oficina. Para esta fórmula, los trabajadores europeos estarían dispuestos a reducir su salario en un promedio del 2,6% para mantener ese régimen.
Cuantos más días de teletrabajo se ofrecen, mayor es la proporción salarial que algunos estarían dispuestos a sacrificar. Un empleado que trabaja toda su semana laboral en remoto aceptaría de media una reducción del 4,6% de su salario, mientras que aquellos que solo teletrabajan un día a la semana apenas contemplarían un 1,6% de recorte.
La vuelta a la oficina incrementa su presión. En Europa, las empresas no están presionando tanto a sus empleados para volver a sus oficinas como lo están haciendo las empresas de EEUU. Esa menor presión también se ve reflejada en los recortes salariales que los empleados están dispuestos a aceptar.
En el estudio de seguimiento del teletrabajo que investigadores de la Universidad de Stanford y de Chicago vienen haciendo desde hace más de cinco años, se destaca que la reducción salarial media aceptada por el trabajo remoto en EEUU se sitúa en torno al 7%. Esta diferencia sugiere que en Europa el teletrabajo ya no se considera un privilegio excepcional, sino parte de las condiciones laborales básicas en numerosos sectores.
El problema de eliminar el teletrabajo. Ante estos datos, algunas empresas podrían sentir la tentación de eliminar el teletrabajo, o aprovechar el apego de los empleados por este modelo de jornada para rebajar salarios. Sin embargo, ese plan que parece atractivo a corto plazo, se convierte en una mala idea a medio y largo plazo.
El teletrabajo se ha convertido en una herramienta del departamento de Recursos Humanos para atraer y retener a un personal cualificado cada vez más escaso. Basta con observar las olas de renuncias y conflictos internos que han generado las políticas de retorno a la oficina de Amazon o, a un nivel más cercano, la energética Holaluz.
Sin embargo, ofrecer alguna modalidad de teletrabajo hace que las vacantes tarden menos en cubrirse porque hay más candidatos llamando a las empresas que mantienen estos modelos, y los empleados que ya trabajan en ellas, tienen mejores niveles de satisfacción.
Imagen | Unsplash (Coworking Macherzentrum Toggenburg)
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La noticia
Si la pregunta es a cuánto salario estarías dispuesto a renunciar por mantener el teletrabajo, los europeos lo tienen claro: cero
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Rubén Andrés
.
La irrupción del teletrabajo ha sido uno de los grandes cambios en la organización del mercado laboral en Europa, aunque ha cambiado su objetivo a medida que se restablecía la normalidad y las empresas volvían a sus oficinas. Ya no era una obligación impuesta por la COVID-19, sino un beneficio que aportaba flexibilidad horaria para la conciliación y, sobre todo, un arma eficaz para atraer y retener talento.
En este contexto de “beneficio laboral”, la cuestión de si los trabajadores estarían dispuestos a sacrificar parte de su salario para mantener la opción de trabajar desde casa ha ganado relevancia entre empresas. El Banco Central Europeo (BCE) ha preguntado a los empleados europeos a qué porcentaje de salario estarían dispuestos a renunciar a cambio de mantener el teletrabajo. Sus respuestas no dejan lugar a dudas.
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En Xataka
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Cada vez más teletrabajo…pero híbrido. Tanto los datos de Eurostat, como los de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2025, señalan que los niveles de teletrabajo se mantienen, tanto a nivel europeo como nacional, muy por encima de los niveles prepandémicos registrados en 2019.
Eso significa que cada vez hay más población activa trabajando desde casa. El mayor cambio que se ha producido es que, mientras que antes de 2019 la opción más habitual era el trabajo 100% remoto, ahora la modalidad que más se impone es el de trabajo híbrido en el que se combinan días de trabajo presencial y días de teletrabajo. Esa condición de jornada híbrida también condiciona el porcentaje salarial al que los empleados están dispuestos a renunciar para conservar el teletrabajo.
Más teletrabajo, mayor sacrificio. Los datos del Banco Central Europeo indican que la opción más extendida hoy es trabajar dos o tres días por semana desde casa y el resto desde la oficina. Para esta fórmula, los trabajadores europeos estarían dispuestos a reducir su salario en un promedio del 2,6% para mantener ese régimen.
Cuantos más días de teletrabajo se ofrecen, mayor es la proporción salarial que algunos estarían dispuestos a sacrificar. Un empleado que trabaja toda su semana laboral en remoto aceptaría de media una reducción del 4,6% de su salario, mientras que aquellos que solo teletrabajan un día a la semana apenas contemplarían un 1,6% de recorte.
La vuelta a la oficina incrementa su presión. En Europa, las empresas no están presionando tanto a sus empleados para volver a sus oficinas como lo están haciendo las empresas de EEUU. Esa menor presión también se ve reflejada en los recortes salariales que los empleados están dispuestos a aceptar.
En el estudio de seguimiento del teletrabajo que investigadores de la Universidad de Stanford y de Chicago vienen haciendo desde hace más de cinco años, se destaca que la reducción salarial media aceptada por el trabajo remoto en EEUU se sitúa en torno al 7%. Esta diferencia sugiere que en Europa el teletrabajo ya no se considera un privilegio excepcional, sino parte de las condiciones laborales básicas en numerosos sectores.
El problema de eliminar el teletrabajo. Ante estos datos, algunas empresas podrían sentir la tentación de eliminar el teletrabajo, o aprovechar el apego de los empleados por este modelo de jornada para rebajar salarios. Sin embargo, ese plan que parece atractivo a corto plazo, se convierte en una mala idea a medio y largo plazo.
El teletrabajo se ha convertido en una herramienta del departamento de Recursos Humanos para atraer y retener a un personal cualificado cada vez más escaso. Basta con observar las olas de renuncias y conflictos internos que han generado las políticas de retorno a la oficina de Amazon o, a un nivel más cercano, la energética Holaluz.
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