Ciencia y Tecnología
Fraude, falsificación y problemas de seguridad: dos de cada tres kilos de canela que se importan a la UE tienen problemas

En 2022, la Comisión Europea hizo un estudio sobre las especias más populares del mercado. La radiografía fue desoladora: el fraude estaba a la orden del día. Más aún, era algo extremadamente común. Hablamos de la pimienta, el comino, la cúrcuma el azafrán o el pimentón.
Aquello fue un escándalo descomunal y la misma Comisión pidió a los Estados Miembros que reforzaran los controles. Lo que pasó después no puede sorprender a nadie.
Hablemos de la canela. En 2023, la canela fue la quinta especia más importada en la Unión. En los últimos meses, el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión (el Joint Research Centre) analizó más de un centenar de muestras de canela comercializadas en una decena de países de la Unión Europea.
¿El resultado? Más del 66% de las muestras analizadas tienen problemas.
¿Qué les pasan? Pues o bien infringen la normativa internacional de calidad o la legislación de seguridad alimentaria de la Unión Europea. Algunas presentan indicios de fraude, otras una elevada cantidad de plomo y algunas más superan los límites legales de cumarina (una sustancia que, aunque natural, resulta potencialmente tóxica para el hígado).
Eso sin contar con el fraude, claro. Hasta el 9% de las muestras etiquetadas como canela de Ceilán fueron sustituidas total o parcialmente por canela de Cassia, “una alternativa más barata y de menor calidad, con sabor más fuerte y que contiene cumarina de forma natural”.
Lo que podemos hacer. Eso es lo peor. A juzgar por los resultados del JRC, podemos hacer poco con los medios que tenemos ahora mismo. “El tipo de irregularidades detectadas en la canela, incluidas las prácticas fraudulentas, es diverso y no puede abordarse con una única técnica analítica, por lo que se necesitan métodos estandarizados”, dice la Comisión.
Tomarse en serio el problema, conllevaría tomar cartas en el asunto.
Sobre todo, porque la alta tasa de muestras irregulares de canela en el mercado europeo indica que “todos los actores del sector, desde los responsables políticos hasta los laboratorios de control y los fabricantes, deben prestar atención”.
Imagen | Michael Collett
En Xataka | Parece miel, huele a miel, sabe a miel, no es miel: el fraude en las importaciones que asola a Europa
–
La noticia
Fraude, falsificación y problemas de seguridad: dos de cada tres kilos de canela que se importan a la UE tienen problemas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
.
En 2022, la Comisión Europea hizo un estudio sobre las especias más populares del mercado. La radiografía fue desoladora: el fraude estaba a la orden del día. Más aún, era algo extremadamente común. Hablamos de la pimienta, el comino, la cúrcuma el azafrán o el pimentón. Aquello fue un escándalo descomunal y la misma Comisión pidió a los Estados Miembros que reforzaran los controles. Lo que pasó después no puede sorprender a nadie.Hablemos de la canela. En 2023, la canela fue la quinta especia más importada en la Unión. En los últimos meses, el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión (el Joint Research Centre) analizó más de un centenar de muestras de canela comercializadas en una decena de países de la Unión Europea. ¿El resultado? Más del 66% de las muestras analizadas tienen problemas.
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¿Qué les pasan? Pues o bien infringen la normativa internacional de calidad o la legislación de seguridad alimentaria de la Unión Europea. Algunas presentan indicios de fraude, otras una elevada cantidad de plomo y algunas más superan los límites legales de cumarina (una sustancia que, aunque natural, resulta potencialmente tóxica para el hígado).Eso sin contar con el fraude, claro. Hasta el 9% de las muestras etiquetadas como canela de Ceilán fueron sustituidas total o parcialmente por canela de Cassia, “una alternativa más barata y de menor calidad, con sabor más fuerte y que contiene cumarina de forma natural”.
Lo que podemos hacer. Eso es lo peor. A juzgar por los resultados del JRC, podemos hacer poco con los medios que tenemos ahora mismo. “El tipo de irregularidades detectadas en la canela, incluidas las prácticas fraudulentas, es diverso y no puede abordarse con una única técnica analítica, por lo que se necesitan métodos estandarizados”, dice la Comisión. Tomarse en serio el problema, conllevaría tomar cartas en el asunto.Sobre todo, porque la alta tasa de muestras irregulares de canela en el mercado europeo indica que “todos los actores del sector, desde los responsables políticos hasta los laboratorios de control y los fabricantes, deben prestar atención”. Imagen | Michael CollettEn Xataka | Parece miel, huele a miel, sabe a miel, no es miel: el fraude en las importaciones que asola a Europa
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