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Compras de AliExpress, fallos de volcado y avisos desoídos: por qué se han vuelto polémicas las ‘pulseras antimaltrato’

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Compras de AliExpress, fallos de volcado y avisos desoídos: por qué se han vuelto polémicas las 'pulseras antimaltrato'

Las pulseras ‘antimaltrato’, pieza fundamental para el control de personas con órdenes de alejamiento por casos de violencia de género, protagonizan una bronca polémica en España. Un fallo durante en el volcado de datos durante el cambio de adjudicatario en 2024 ha desatado el debate sobre el funcionamiento del sistema en nuestro país, donde hay activos más de 4.500 de estos dispositivos.

¿Qué ha pasado? Que las pulseras ‘antimaltrato’ y el sistema Cometa, el encargado de su seguimiento, está en el centro de una agria polémica. Agria y delicada porque cuestiona la eficacia real de un dispositivo que en teoría debe velar por la seguridad de las víctimas de violencia de género, garantizando que sus agresores respetan las órdenes de alejamiento impuestas por los juzgados.

No es la primera vez que la policía advierte de los fallos en las pulseras, pero en esta ocasión la polémica ha alcanzado una repercusión especial, lo que ha generado un intenso debate y ha obligado tanto al Ministerio de Igualdad como a la Fiscalía General del Estado a mover ficha en un intento por calmar los ánimos. Al fin y al cabo no solo ha caldeado la arena política. Sobre todo (y mucho más importante) ha sembrado dudas sobre el correcto funcionamiento del sistema.

¿De dónde viene la polémica? Una de las claves está en un documento en apariencia inocuo, la memoria anual de la Fiscalía. En ella se habla de que durante cierto período de 2024 se registró una “potencial desprotección de las víctimas” de violencia de género, una “anomalía” que pudo tener “consecuencias” tanto para la fase de instrucción en los juzgados como en los propios juicios, “provocando una gran cantidad de sobreseimientos provisionales o fallos absolutorios”. La razón de ese aparente fallo debe buscarse en un cambio que afectó al sistema en 2024.

¿Y qué cambió exactamente? La empresa que se encarga del seguimiento telemático. Antes era Telefónica, que recurría a su vez a los servicios de Securitas Direct. En 2023 sin embargo el contrato lo asumió una UTE formada por Vodafone y Securitas. El revelo lo anunció en octubre la propia operadora, que precisó que el acuerdo se cerró por 42,6 millones de euros para un período de tres años. 

El cambio de compañía pudo haberse quedado en una noticia a pie de página del ministerio, pero exigió un volcado de datos entre proveedores que, supuestamente, precisa El País, provocó que durante un tiempo no hubiera información sobre los movimientos de las personas con pulseras ‘antimaltrato’. Ese es el episodio al que se refiere la Fiscalía. Y el origen de una polémica que no ha parado de crecer.

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¿Tan grave fue? El alcance real de esa “anomalía”, en palabras del Ministerio Público, se ha ido concretando poco a poco, aunque difiere en función de la fuente que se consulte. La migración de datos entre proveedores se completó a finales de marzo de 2024, así que la primera pregunta es… ¿Cuánto tiempo se vio alterado el seguimiento? Y sobre todo, ¿en qué medida afectó a la protección de las víctimas?

Igualdad habla únicamente de “disfunciones” durante la “itinerancia de datos” entre proveedores y aclara que estas se solucionaron en 2024 sin que tuvieran un impacto relevante. “No se pudo obtener información en un momento concreto del procedimiento, pero el dispositivo funcionaba para controlar el cumplimiento de la orden de alejamiento del agresor respecto a la víctima. El problema quedó resulto a finales de 2024. Y de hecho en 2025 no se ha registrado ninguna incidencia”.

¿Qué dice la Fiscalía? Pese a la contundencia de su memoria anual, ayer la Fiscalía General del Estado trato de calmar los ánimos matizando que “las víctimas estuvieron protegidas en todo momento”. “Los dispositivos funcionaban”, recalca. Sobre las posibles absoluciones, asegura que fueron “mínimas”, lo que coincide con el mensaje del Gobierno. En un comunicado publicado el jueves argumenta que los sobreseimientos provisionales “se reabrieron” en cuanto se recuperaron los datos y que fue el propio centro de control el que se encargó de enviarlos a los juzgados.

“No se pudo obtener la información requerida por los juzgados en un concreto período de tiempo, pero insistimos en que el dispositivo funcionaba. Solo el 1% de las peticiones de información anterior a marzo de 2024 no pudieron ser finalmente atendidas”, añaden desde el Ministerio de Igualdad en declaraciones a El País.

¿Cuánto duró el problema? Hoy El Confidencial desvela, citando varios informes del centro de control Cometa, que los problemas con las pulseras se prolongaron al menos ocho meses de 2024. En concreto alude a un documento de febrero y otro de septiembre en el que se refieren incidencias. No solo eso. Ayer el mismo diario informó de que el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ya alertó en enero de 2024 al ministerio de los riesgos que, en su opinión, suponían las nuevas pulseras ‘antimaltrato’ tras el cambio de proveedor.

“Se lo advertimos. Le advertimos que este servicio no tenía las garantías”, insiste María Ángeles Carmona, quien entonces presidía el organismo. “No nos fiábamos de que el nuevo sistema fuera a funcionar. Entre otras cosas porque Vodafone no tenía experiencia anterior en el control de esta clase de dispositivos”. 

Sus declaraciones sorprenden menos si se tiene en cuenta que en 2023, durante el proceso administrativo para cambiar el proveedor del servicio, Igualdad ya dio una nota deficiente a la nueva adjudicataria en el apartado denominado ‘Plan de transición’: le asignó un 3,6 sobre 10, según revela hoy mismo El País.

¿Eso es todo? No. La polémica ha centrado el foco en la renovación de pulseras que acarreó el cambio de adjudicatario. En junio la policía alertaba ya de fallos en Galicia y se pueden encontrar noticias de 2024 que señalaban “desafíos” en los dispositivos. Ha sido ahora sin embargo cuando las críticas han subido de tono. 

Los sindicatos policiales se lamentan de la falta de fiabilidad en el control telemático e incluso deslizan que los jueces especializados recelan de las pulseras. “Fallan muchísimo”, reconocen desde el colectivo a El Confidencial, que asegura que en realidad no es nada nuevo. “El sistema Cometa es algo que nunca nos ha acabado de convencer. Siempre ha dado muchísimos problemas. Fallan muchísimo; antes y ahora todavía más”, zanja el portavoz de Jupol.

Pero… ¿En qué fallan? Carmona apunta a tres problemas que, asegura, se han repetido en los últimos meses. El primero es el error durante el volcado de datos. El segundo, fallos en el sistema de alertas. Y el tercero (siempre según su versión) que ahora los agresores lo tienen más fácil si quieren retirarse las pulseras.

“Antes era casi imposible que el maltratador se las quitara. Habrían hecho falta unos alicantes. Ahora, no sé de qué manera, lo pueden quitar y poner fácilmente”, advierte. “Hay mujeres que han llamado por teléfono para avisar de que tenían a su maltratador delante y no había saltado el dispositivo”. Una queja similar comparte en El País un técnico de calle que trabajó varios años para el sistema Cometa: “Han empezado a ponerse en las muñecas, donde es más factible que sean retiradas”.

¿Pulseras compradas en AliExpress? Esa es la denuncia que ha dejado Carmona, algo que ha servido para caldear aún más el debate político en torno a los dispositivos de control telemático. La expresidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género asegura haber constatado personalmente que las nuevas pulseras “se habían comprado en AliExpress”. “Lo comprobé yo”. 

Las cosas son distintas para el ministerio, que reivindica que los dispositivos son ahora “más modernos” y de su “propiedad”, lo que mejora el “renting de la anterior adjudicataria”. En los últimos días se han apuntado otros puntos débiles, como deficiencias de cobertura o problemas que pueden convertir los dispositivos en “una tortura” para las víctimas, como llegó a denunciar una magistrada.

Imágenes | Ministerio de Igualdad y Jeison Higuita (Unsplash)

En Xataka | España ha fiado a la IA la lucha contra la violencia de género. Y se está traduciendo en fallos mortales


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Compras de AliExpress, fallos de volcado y avisos desoídos: por qué se han vuelto polémicas las ‘pulseras antimaltrato’

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Xataka

por
Carlos Prego

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​Las pulseras ‘antimaltrato’, pieza fundamental para el control de personas con órdenes de alejamiento por casos de violencia de género, protagonizan una bronca polémica en España. Un fallo durante en el volcado de datos durante el cambio de adjudicatario en 2024 ha desatado el debate sobre el funcionamiento del sistema en nuestro país, donde hay activos más de 4.500 de estos dispositivos.¿Qué ha pasado? Que las pulseras ‘antimaltrato’ y el sistema Cometa, el encargado de su seguimiento, está en el centro de una agria polémica. Agria y delicada porque cuestiona la eficacia real de un dispositivo que en teoría debe velar por la seguridad de las víctimas de violencia de género, garantizando que sus agresores respetan las órdenes de alejamiento impuestas por los juzgados.No es la primera vez que la policía advierte de los fallos en las pulseras, pero en esta ocasión la polémica ha alcanzado una repercusión especial, lo que ha generado un intenso debate y ha obligado tanto al Ministerio de Igualdad como a la Fiscalía General del Estado a mover ficha en un intento por calmar los ánimos. Al fin y al cabo no solo ha caldeado la arena política. Sobre todo (y mucho más importante) ha sembrado dudas sobre el correcto funcionamiento del sistema.

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¿De dónde viene la polémica? Una de las claves está en un documento en apariencia inocuo, la memoria anual de la Fiscalía. En ella se habla de que durante cierto período de 2024 se registró una “potencial desprotección de las víctimas” de violencia de género, una “anomalía” que pudo tener “consecuencias” tanto para la fase de instrucción en los juzgados como en los propios juicios, “provocando una gran cantidad de sobreseimientos provisionales o fallos absolutorios”. La razón de ese aparente fallo debe buscarse en un cambio que afectó al sistema en 2024.

¿Y qué cambió exactamente? La empresa que se encarga del seguimiento telemático. Antes era Telefónica, que recurría a su vez a los servicios de Securitas Direct. En 2023 sin embargo el contrato lo asumió una UTE formada por Vodafone y Securitas. El revelo lo anunció en octubre la propia operadora, que precisó que el acuerdo se cerró por 42,6 millones de euros para un período de tres años. 

El cambio de compañía pudo haberse quedado en una noticia a pie de página del ministerio, pero exigió un volcado de datos entre proveedores que, supuestamente, precisa El País, provocó que durante un tiempo no hubiera información sobre los movimientos de las personas con pulseras ‘antimaltrato’. Ese es el episodio al que se refiere la Fiscalía. Y el origen de una polémica que no ha parado de crecer.

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¿Tan grave fue? El alcance real de esa “anomalía”, en palabras del Ministerio Público, se ha ido concretando poco a poco, aunque difiere en función de la fuente que se consulte. La migración de datos entre proveedores se completó a finales de marzo de 2024, así que la primera pregunta es… ¿Cuánto tiempo se vio alterado el seguimiento? Y sobre todo, ¿en qué medida afectó a la protección de las víctimas?

Igualdad habla únicamente de “disfunciones” durante la “itinerancia de datos” entre proveedores y aclara que estas se solucionaron en 2024 sin que tuvieran un impacto relevante. “No se pudo obtener información en un momento concreto del procedimiento, pero el dispositivo funcionaba para controlar el cumplimiento de la orden de alejamiento del agresor respecto a la víctima. El problema quedó resulto a finales de 2024. Y de hecho en 2025 no se ha registrado ninguna incidencia”.

¿Qué dice la Fiscalía? Pese a la contundencia de su memoria anual, ayer la Fiscalía General del Estado trato de calmar los ánimos matizando que “las víctimas estuvieron protegidas en todo momento”. “Los dispositivos funcionaban”, recalca. Sobre las posibles absoluciones, asegura que fueron “mínimas”, lo que coincide con el mensaje del Gobierno. En un comunicado publicado el jueves argumenta que los sobreseimientos provisionales “se reabrieron” en cuanto se recuperaron los datos y que fue el propio centro de control el que se encargó de enviarlos a los juzgados.

“No se pudo obtener la información requerida por los juzgados en un concreto período de tiempo, pero insistimos en que el dispositivo funcionaba. Solo el 1% de las peticiones de información anterior a marzo de 2024 no pudieron ser finalmente atendidas”, añaden desde el Ministerio de Igualdad en declaraciones a El País.

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“Se lo advertimos. Le advertimos que este servicio no tenía las garantías”, insiste María Ángeles Carmona, quien entonces presidía el organismo. “No nos fiábamos de que el nuevo sistema fuera a funcionar. Entre otras cosas porque Vodafone no tenía experiencia anterior en el control de esta clase de dispositivos”. 

Sus declaraciones sorprenden menos si se tiene en cuenta que en 2023, durante el proceso administrativo para cambiar el proveedor del servicio, Igualdad ya dio una nota deficiente a la nueva adjudicataria en el apartado denominado ‘Plan de transición’: le asignó un 3,6 sobre 10, según revela hoy mismo El País.

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Los sindicatos policiales se lamentan de la falta de fiabilidad en el control telemático e incluso deslizan que los jueces especializados recelan de las pulseras. “Fallan muchísimo”, reconocen desde el colectivo a El Confidencial, que asegura que en realidad no es nada nuevo. “El sistema Cometa es algo que nunca nos ha acabado de convencer. Siempre ha dado muchísimos problemas. Fallan muchísimo; antes y ahora todavía más”, zanja el portavoz de Jupol.

Pero… ¿En qué fallan? Carmona apunta a tres problemas que, asegura, se han repetido en los últimos meses. El primero es el error durante el volcado de datos. El segundo, fallos en el sistema de alertas. Y el tercero (siempre según su versión) que ahora los agresores lo tienen más fácil si quieren retirarse las pulseras.

“Antes era casi imposible que el maltratador se las quitara. Habrían hecho falta unos alicantes. Ahora, no sé de qué manera, lo pueden quitar y poner fácilmente”, advierte. “Hay mujeres que han llamado por teléfono para avisar de que tenían a su maltratador delante y no había saltado el dispositivo”. Una queja similar comparte en El País un técnico de calle que trabajó varios años para el sistema Cometa: “Han empezado a ponerse en las muñecas, donde es más factible que sean retiradas”.

¿Pulseras compradas en AliExpress? Esa es la denuncia que ha dejado Carmona, algo que ha servido para caldear aún más el debate político en torno a los dispositivos de control telemático. La expresidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género asegura haber constatado personalmente que las nuevas pulseras “se habían comprado en AliExpress”. “Lo comprobé yo”. Las cosas son distintas para el ministerio, que reivindica que los dispositivos son ahora “más modernos” y de su “propiedad”, lo que mejora el “renting de la anterior adjudicataria”. En los últimos días se han apuntado otros puntos débiles, como deficiencias de cobertura o problemas que pueden convertir los dispositivos en “una tortura” para las víctimas, como llegó a denunciar una magistrada.Imágenes | Ministerio de Igualdad y Jeison Higuita (Unsplash)En Xataka | España ha fiado a la IA la lucha contra la violencia de género. Y se está traduciendo en fallos mortales

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Compras de AliExpress, fallos de volcado y avisos desoídos: por qué se han vuelto polémicas las ‘pulseras antimaltrato’

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Carlos Prego

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