Connect with us

Ciencia y Tecnología

La única forma de confirmar los indicios de vida pasada en Marte es traer la roca a la Tierra: hay tres grandes voluntarios

Published

on

La única forma de confirmar los indicios de vida pasada en Marte es traer la roca a la Tierra: hay tres grandes voluntarios

El rover Perseverance de la NASA nos ha dado una de las noticias más emocionantes de los últimos años. En un antiguo lecho de río en el cráter Jezero, ha encontrado una roca que podría contener, en palabras del director de la NASA, uno de los “indicios más claros de vida que hemos visto en Marte”. Bautizada como Cheyava Falls, la roca tiene unos depósitos oscuros cuyas características químicas, minerales y texturales, en la Tierra, se asocian a la vida microbiana. Pero los científicos no pueden estar seguros desde aquí. A menos que…

Mars Sample Return. Perseverance hizo su trabajo: en julio del año pasado identificó un lugar de altísimo interés científico, analizó la roca con sus instrumentos y, lo más importante, perforó un núcleo de la roca y lo guardó en un tubo de muestras sellado. Este pequeño tesoro, junto con otros 29 tubos de muestras, espera pacientemente en la superficie marciana.

El problema es que, por muy avanzados que sean los instrumentos del rover, tienen sus límites. Para confirmar si esas posibles “biofirmas” son producto de antiguos microorganismos o de procesos geoquímicos sin intervención biológica, solo hay una solución: traer las muestras a la Tierra para analizarlas en nuestros laboratorios. Y aquí es donde los planes chocan con una dura realidad. El plan para recoger esas muestras, la ambiciosa misión Mars Sample Return, ha sido cancelada de facto a la espera de una solución más barata y rápida.

Truncada por falta de presupuesto. El plan original de la NASA para recoger los 30 tubos de muestras del rover Perseverance era enviar una nave a la superficie de Marte, que un pequeño cohete despegara con las muestras (entregadas por el propio rover o por un dron) y que un orbitador (en este caso, aportado por la Agencia Espacial Europea) las trajera de vuelta a casa.

El proyecto acabó convertido en un pozo sin fondo. Según una auditoría externa, el presupuesto se disparó hasta los 11.000 millones de dólares con una fecha estimada para 2040. La situación llegó a tal punto que la administración estadounidense propuso cancelar Mars Sample Return por su desmesurado presupuesto, priorizando otros programas como Artemis para volver a la Luna. La NASA se vio obligada a poner el proyecto en pausa y buscar alternativas más rápidas y baratas.

Una carrera a contrarreloj. El tiempo corre en contra para la NASA. No solo por el potencial valor histórico de estas muestras, sino porque China planea lanzar su propia misión de retorno de muestras en 2028. Tianwen-3 es una misión más sencilla, que no traería rocas seleccionadas sino del suelo donde aterrizara la sonda, pero que regresaría a la Tierra en 2031. Sería un sorpasso simbólico en toda regla, adelantando a Estados Unidos en un hito que tenía al alcance de la mano.

Ante el descalabro de su plan oficial y la probable derrota simbólica, la NASA hizo lo que mejor se le ha dado en los últimos años: mirar al sector privado. La agencia explora dos caminos simultáneamente: uno basado en tecnología pública ya probada, como el sistema de aterrizaje “sky crane” de Curiosity y Perseverance, y otro abierto a “nuevas capacidades comerciales”.

Las empresas voluntarias. No han tardado en aparecer. Lockheed Martin ha puesto sobre la mesa una propuesta rompedora: ejecutar la misión por menos de 3.000 millones de dólares y bajo un contrato de precio fijo, lo que significa que asumiría cualquier sobrecoste. Su plan se basa en reutilizar y adaptar tecnología ya probada en misiones como InSight y OSIRIS-REx, con una arquitectura más sencilla y ligera que la Mars Sample Return original.

Otra de las grandes candidatas es Rocket Lab, una empresa que, a pesar de su juventud, también tiene experiencia en el planeta rojo: sus componentes viajan a bordo de Perseverance y otras misiones. Su propuesta es enviar una sonda para recoger las muestras y enviarlas a la órbita marciana y una segunda sonda para traerlas a la Tierra, con una tercera sonda llamada Orbitador de Telecomunicaciones para Marte (MTO) que no solo apoyaría la misión, sino que serviría de base para futuras misiones tripuladas, estableciendo una red de comunicaciones robusta entre Marte y la Tierra que Rocket Lab podría explotar comercialmente durante décadas.

¿Y SpaceX? La NASA no descarta usar Starship como vehículo para llevar a la superficie marciana todo el equipo necesario. Si Elon Musk cumple sus ambiciosos plazos, Starship podría ofrecer una capacidad de carga sin precedentes a un coste imbatible.

La decisión final sobre qué camino tomar se espera para la segunda mitad de 2026. Lo que está claro es que la NASA se encuentra en una encrucijada. Las muestras recogidas por Perseverance tienen el potencial de confirmar que en Marte hubo vida extraterrestre. Pero para encontrar la respuesta, primero hay que traerlas a casa. Y puede que la solución no esté en un programa público, sino en las empresas que se han ofrecido a hacer el trabajo por menos de la mitad.

Imagen | Rocket Lab

En Xataka | Perseverance ha encontrado lo que, según el director de la NASA, es “el indicio más claro de vida que hemos visto en Marte”


La noticia

La única forma de confirmar los indicios de vida pasada en Marte es traer la roca a la Tierra: hay tres grandes voluntarios

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Matías S. Zavia

.

​El rover Perseverance de la NASA nos ha dado una de las noticias más emocionantes de los últimos años. En un antiguo lecho de río en el cráter Jezero, ha encontrado una roca que podría contener, en palabras del director de la NASA, uno de los “indicios más claros de vida que hemos visto en Marte”. Bautizada como Cheyava Falls, la roca tiene unos depósitos oscuros cuyas características químicas, minerales y texturales, en la Tierra, se asocian a la vida microbiana. Pero los científicos no pueden estar seguros desde aquí. A menos que…

Mars Sample Return. Perseverance hizo su trabajo: en julio del año pasado identificó un lugar de altísimo interés científico, analizó la roca con sus instrumentos y, lo más importante, perforó un núcleo de la roca y lo guardó en un tubo de muestras sellado. Este pequeño tesoro, junto con otros 29 tubos de muestras, espera pacientemente en la superficie marciana.

En Xataka

La nueva carrera espacial se está calentando: ahora la NASA ha vetado a los ciudadanos chinos hasta en Zoom

El problema es que, por muy avanzados que sean los instrumentos del rover, tienen sus límites. Para confirmar si esas posibles “biofirmas” son producto de antiguos microorganismos o de procesos geoquímicos sin intervención biológica, solo hay una solución: traer las muestras a la Tierra para analizarlas en nuestros laboratorios. Y aquí es donde los planes chocan con una dura realidad. El plan para recoger esas muestras, la ambiciosa misión Mars Sample Return, ha sido cancelada de facto a la espera de una solución más barata y rápida.

Truncada por falta de presupuesto. El plan original de la NASA para recoger los 30 tubos de muestras del rover Perseverance era enviar una nave a la superficie de Marte, que un pequeño cohete despegara con las muestras (entregadas por el propio rover o por un dron) y que un orbitador (en este caso, aportado por la Agencia Espacial Europea) las trajera de vuelta a casa.

El proyecto acabó convertido en un pozo sin fondo. Según una auditoría externa, el presupuesto se disparó hasta los 11.000 millones de dólares con una fecha estimada para 2040. La situación llegó a tal punto que la administración estadounidense propuso cancelar Mars Sample Return por su desmesurado presupuesto, priorizando otros programas como Artemis para volver a la Luna. La NASA se vio obligada a poner el proyecto en pausa y buscar alternativas más rápidas y baratas.

Una carrera a contrarreloj. El tiempo corre en contra para la NASA. No solo por el potencial valor histórico de estas muestras, sino porque China planea lanzar su propia misión de retorno de muestras en 2028. Tianwen-3 es una misión más sencilla, que no traería rocas seleccionadas sino del suelo donde aterrizara la sonda, pero que regresaría a la Tierra en 2031. Sería un sorpasso simbólico en toda regla, adelantando a Estados Unidos en un hito que tenía al alcance de la mano.

Ante el descalabro de su plan oficial y la probable derrota simbólica, la NASA hizo lo que mejor se le ha dado en los últimos años: mirar al sector privado. La agencia explora dos caminos simultáneamente: uno basado en tecnología pública ya probada, como el sistema de aterrizaje “sky crane” de Curiosity y Perseverance, y otro abierto a “nuevas capacidades comerciales”.

Las empresas voluntarias. No han tardado en aparecer. Lockheed Martin ha puesto sobre la mesa una propuesta rompedora: ejecutar la misión por menos de 3.000 millones de dólares y bajo un contrato de precio fijo, lo que significa que asumiría cualquier sobrecoste. Su plan se basa en reutilizar y adaptar tecnología ya probada en misiones como InSight y OSIRIS-REx, con una arquitectura más sencilla y ligera que la Mars Sample Return original.

Otra de las grandes candidatas es Rocket Lab, una empresa que, a pesar de su juventud, también tiene experiencia en el planeta rojo: sus componentes viajan a bordo de Perseverance y otras misiones. Su propuesta es enviar una sonda para recoger las muestras y enviarlas a la órbita marciana y una segunda sonda para traerlas a la Tierra, con una tercera sonda llamada Orbitador de Telecomunicaciones para Marte (MTO) que no solo apoyaría la misión, sino que serviría de base para futuras misiones tripuladas, estableciendo una red de comunicaciones robusta entre Marte y la Tierra que Rocket Lab podría explotar comercialmente durante décadas.

¿Y SpaceX? La NASA no descarta usar Starship como vehículo para llevar a la superficie marciana todo el equipo necesario. Si Elon Musk cumple sus ambiciosos plazos, Starship podría ofrecer una capacidad de carga sin precedentes a un coste imbatible.

La decisión final sobre qué camino tomar se espera para la segunda mitad de 2026. Lo que está claro es que la NASA se encuentra en una encrucijada. Las muestras recogidas por Perseverance tienen el potencial de confirmar que en Marte hubo vida extraterrestre. Pero para encontrar la respuesta, primero hay que traerlas a casa. Y puede que la solución no esté en un programa público, sino en las empresas que se han ofrecido a hacer el trabajo por menos de la mitad.

Imagen | Rocket Lab

En Xataka | Perseverance ha encontrado lo que, según el director de la NASA, es “el indicio más claro de vida que hemos visto en Marte”

– La noticia

La única forma de confirmar los indicios de vida pasada en Marte es traer la roca a la Tierra: hay tres grandes voluntarios

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Matías S. Zavia

.   

​   

​ 

Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *