Ciencia y Tecnología
La Vuelta se ha convertido en el escaparate mundial de las protestas propalestinas. Madrid tiene un plan para evitarlo: blindarse
¿Qué ha pasado? Que la Vuelta a España 2025 promete ocupar un lugar destacado en la crónica deportiva patria, incluso en la internacional, pero por una razón que poco nada tiene que ver con las bicis. La competición por excelencia del ciclismo español se ha visto marcada por las protestas contra el genocidio de Gaza, que han encontrado en el torneo un escaparate impagable para su mensaje.
¿Y eso por qué? Sencillo. En la Vuelta coinciden tres elementos que han provocado una mezcla explosiva. El primero es el genocidio de Gaza y el profundo rechazo que está generando en las sociedades de varios países, incluida España. El segundo elemento es la propia naturaleza de las competiciones ciclistas, que llevan años usándose como escaparates reivindicativos difíciles de controlar. Al fin y al cabo la Vuelta se divide en 21 etapas que cubren más de 3.000 kilómetros.
El tercero elemento es la participación de Israel-Premier Tech, un equipo de la UCIProTeam que se ha convertido en protagonista involuntario de la cita.
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¿Por qué es polémico? Por estar vinculado a Israel y estar en manos de Sylvan Adams, un magnate canadiense-israelí ligado al sector inmobiliario, que ha llegado a definirse como “embajador autoproclamado del Estado de Israel” y no oculta su sintonía con Benjamin Netanyahu. Su participación en la Vuelta ha marcado la edición casi desde el inicio y ha situado a sus ciclistas en el ojo del huracán.
La mejor prueba la dejó hace unos días el director técnico de la Vuelta, Kiko García, quien deslizó que solo veía “una solución” a los problemas con los que se está encontrando la Vuelta a su paso: “Que el equipo asuma que estando no facilita la seguridad de todos los demás”. Los responsables de Israel-Primer Tech siempre han dejado claro que esa posibilidad no está sobre la mesa porque “sentaría un precedente peligroso”, pero sí aceptaron eliminar la mención a ‘Israel’ de su maillot. La medida, cargada de simbolismo, no parece haber sido suficiente.
¿Tan grave es el problema? Sí. Hace una semana la organización de la Vuelta se encontró con tal despliegue de manifestantes a su paso por Bilbao que optó por finalizar la etapa tres kilómetros antes del punto de finalización previsto. Y no ha sido la única ocasión en la que se ha visto forzado a tomar una decisión similar. En Galicia la organización también decidió adelantar ocho kilómetros la meta.
Los ciclistas se han encontrado con pancartas, gritos, manifestantes echándose sobre la calzada, chinchetas o incluso un árbol en medio de la carretera. Un ciclista de Movistar, Javier Romo, acabó retirándose del torneo por las lesiones que sufrió tras una caída. ¿El motivo? Un manifestante irrumpió en la carretera e hizo que se sobresaltase y perdiese el equilibrio. Los ciclistas han decidido seguir compitiendo, pero también advierten que se plantarán si consideran que están en peligro.
“En la etapa anterior, lanzaron cristales de botellas y hasta chinchetas y clavos en la neutralizada. Ante esas cosas, el pelotón tiene miedo”, reconocía hace poco un director de equipo a El País. Desde el staff lamentan también que la Vuelta 2025 ha dejado imágenes impactantes como “chinchetas en la cara de algún ciclista”.
¿Qué pasará en Madrid? La gran pregunta. Las dos últimas jornadas se celebrarán este fin de semana con la Comunidad de Madrid como escenario principal: el sábado habrá una etapa de montaña entre Bola del Mundo y Robledo de Chavela y el domingo se culminará entre Alalpardo y el centro de la capital. Las autoridades quieren evitar a toda costa que las protestas enturbien la jornada más simbólica (y mediática) de la Vuelta y han decidido blindar Madrid para lograrlo.
La Delegación del Gobierno reconoce que la ciudadanía tiene un “legítimo derecho” a manifestarse, pero insisten también en que debe ejercerse de forma “pacífica”. En cualquier caso las administraciones han preferido currarse en salud y desplegar a cientos de policías y guardias civiles, con un operativo que recuerda a citas de calado, como la Cumbre de la OTAN en Madrid. Desde el Ayuntamiento también han reforzado la seguridad y llaman “a la responsabilidad”.
No se cuestiona el derecho de la gente a manifestarse, pero quieren evitarse escenarios como los que se vivieron en País Vasco o Galicia. “Se trabaja para compatibilizar el desarrollo de la prueba deportiva, con el legítimo derecho de manifestación de aquellos ciudadanos que así lo decidan”, subraya Francisco Martín Aguirre, el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid.
¿Cuántos agentes habrá? Muchos. La Delegación del Gobierno en Madrid habla de 1.100 agentes de la Policía Nacional y 400 de la Guardia Civil, efectivos que “se unirán a los habituales del dispositivo de La Vuelta”. El Ayuntamiento de la capital también ha anunciado un despliegue reforzado, con un millar de efectivos, suma de policías locales (800), agentes de la movilidad (100) y SAMUR (100).
El objetivo: blindar el broche de oro para una Vuelta ciclista que, más allá de los logros deportivos, quedará marcada para la posterioridad por las protestas.
Imágenes | Madrid Emergency Vehicles (Flickr)
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La noticia
La Vuelta se ha convertido en el escaparate mundial de las protestas propalestinas. Madrid tiene un plan para evitarlo: blindarse
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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¿Qué ha pasado? Que la Vuelta a España 2025 promete ocupar un lugar destacado en la crónica deportiva patria, incluso en la internacional, pero por una razón que poco nada tiene que ver con las bicis. La competición por excelencia del ciclismo español se ha visto marcada por las protestas contra el genocidio de Gaza, que han encontrado en el torneo un escaparate impagable para su mensaje.
¿Y eso por qué? Sencillo. En la Vuelta coinciden tres elementos que han provocado una mezcla explosiva. El primero es el genocidio de Gaza y el profundo rechazo que está generando en las sociedades de varios países, incluida España. El segundo elemento es la propia naturaleza de las competiciones ciclistas, que llevan años usándose como escaparates reivindicativos difíciles de controlar. Al fin y al cabo la Vuelta se divide en 21 etapas que cubren más de 3.000 kilómetros.
El tercero elemento es la participación de Israel-Premier Tech, un equipo de la UCIProTeam que se ha convertido en protagonista involuntario de la cita.
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¿Por qué es polémico? Por estar vinculado a Israel y estar en manos de Sylvan Adams, un magnate canadiense-israelí ligado al sector inmobiliario, que ha llegado a definirse como “embajador autoproclamado del Estado de Israel” y no oculta su sintonía con Benjamin Netanyahu. Su participación en la Vuelta ha marcado la edición casi desde el inicio y ha situado a sus ciclistas en el ojo del huracán.
La mejor prueba la dejó hace unos días el director técnico de la Vuelta, Kiko García, quien deslizó que solo veía “una solución” a los problemas con los que se está encontrando la Vuelta a su paso: “Que el equipo asuma que estando no facilita la seguridad de todos los demás”. Los responsables de Israel-Primer Tech siempre han dejado claro que esa posibilidad no está sobre la mesa porque “sentaría un precedente peligroso”, pero sí aceptaron eliminar la mención a ‘Israel’ de su maillot. La medida, cargada de simbolismo, no parece haber sido suficiente.
¿Tan grave es el problema? Sí. Hace una semana la organización de la Vuelta se encontró con tal despliegue de manifestantes a su paso por Bilbao que optó por finalizar la etapa tres kilómetros antes del punto de finalización previsto. Y no ha sido la única ocasión en la que se ha visto forzado a tomar una decisión similar. En Galicia la organización también decidió adelantar ocho kilómetros la meta.
Los ciclistas se han encontrado con pancartas, gritos, manifestantes echándose sobre la calzada, chinchetas o incluso un árbol en medio de la carretera. Un ciclista de Movistar, Javier Romo, acabó retirándose del torneo por las lesiones que sufrió tras una caída. ¿El motivo? Un manifestante irrumpió en la carretera e hizo que se sobresaltase y perdiese el equilibrio. Los ciclistas han decidido seguir compitiendo, pero también advierten que se plantarán si consideran que están en peligro.
“En la etapa anterior, lanzaron cristales de botellas y hasta chinchetas y clavos en la neutralizada. Ante esas cosas, el pelotón tiene miedo”, reconocía hace poco un director de equipo a El País. Desde el staff lamentan también que la Vuelta 2025 ha dejado imágenes impactantes como “chinchetas en la cara de algún ciclista”.
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¿Qué pasará en Madrid? La gran pregunta. Las dos últimas jornadas se celebrarán este fin de semana con la Comunidad de Madrid como escenario principal: el sábado habrá una etapa de montaña entre Bola del Mundo y Robledo de Chavela y el domingo se culminará entre Alalpardo y el centro de la capital. Las autoridades quieren evitar a toda costa que las protestas enturbien la jornada más simbólica (y mediática) de la Vuelta y han decidido blindar Madrid para lograrlo.
La Delegación del Gobierno reconoce que la ciudadanía tiene un “legítimo derecho” a manifestarse, pero insisten también en que debe ejercerse de forma “pacífica”. En cualquier caso las administraciones han preferido currarse en salud y desplegar a cientos de policías y guardias civiles, con un operativo que recuerda a citas de calado, como la Cumbre de la OTAN en Madrid. Desde el Ayuntamiento también han reforzado la seguridad y llaman “a la responsabilidad”.
No se cuestiona el derecho de la gente a manifestarse, pero quieren evitarse escenarios como los que se vivieron en País Vasco o Galicia. “Se trabaja para compatibilizar el desarrollo de la prueba deportiva, con el legítimo derecho de manifestación de aquellos ciudadanos que así lo decidan”, subraya Francisco Martín Aguirre, el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid.
¿Cuántos agentes habrá? Muchos. La Delegación del Gobierno en Madrid habla de 1.100 agentes de la Policía Nacional y 400 de la Guardia Civil, efectivos que “se unirán a los habituales del dispositivo de La Vuelta”. El Ayuntamiento de la capital también ha anunciado un despliegue reforzado, con un millar de efectivos, suma de policías locales (800), agentes de la movilidad (100) y SAMUR (100). El objetivo: blindar el broche de oro para una Vuelta ciclista que, más allá de los logros deportivos, quedará marcada para la posterioridad por las protestas.Imágenes | Madrid Emergency Vehicles (Flickr)En Xataka | El ciclismo siempre se ha usado como un enorme escaparate reivindicativo. Y eso ahora está pasando factura a la Vuelta
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La Vuelta se ha convertido en el escaparate mundial de las protestas propalestinas. Madrid tiene un plan para evitarlo: blindarse
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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