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Mundo Motor

¿Qué pasa si a un carro le fallan los amortiguadores?

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Muchos conductores se acostumbran paulatinamente a la degradación de su vehículo, asumiendo que ciertos ruidos o comportamientos son simplemente «cosas de la edad» del auto. Entre estos deterioros progresivos, pocos son tan sigilosos y a la vez tan peligrosos como el fallo de los amortiguadores (shock absorbers). 

La pregunta sobre qué sucede si estos componentes fallan es fundamental, puesto que la respuesta involucra mucho más que la simple comodidad; se trata de una cuestión crítica de seguridad vial.

El sistema de suspensión de un automóvil es un conjunto de elementos que trabajan en armonía para mantener las ruedas en contacto firme con el asfalto. Dentro de este sistema, los amortiguadores tienen la misión específica de controlar el movimiento de los resortes (springs), disipando la energía para evitar que el vehículo rebote sin control después de pasar por un bache o una irregularidad. 

Por consiguiente, cuando un amortiguador pierde su capacidad de contención, el primer efecto es precisamente ese: un rebote excesivo y prolongado. El auto se siente «flotante» en la autopista y cada imperfección del camino se traduce en una sacudida que se extiende por toda la cabina, volviendo el manejo una experiencia agotadora y desagradable.

Amortiguadores: Cómo funcionan en comparación con el cuerpo humano

Señales que gritan auxilio desde la suspensión

Identificar el problema a tiempo es crucial. Una de las señales más evidentes es que el vehículo se inclina excesivamente en las curvas. Esta inclinación, conocida como balanceo o body roll, hace que el coche se sienta torpe e impredecible, forzando al conductor a reducir drásticamente la velocidad para mantener el control. De ahí que maniobras evasivas o giros inesperados se conviertan en situaciones de alto riesgo.

Otra forma de detectar el fallo es observar la parte delantera del coche durante un frenado medianamente fuerte. Si los amortiguadores delanteros están vencidos, notarás que la nariz del auto se hunde de manera pronunciada

Este fenómeno, llamado «clavado» o nose diving, no solo es un síntoma, sino también la causa de un problema mayor que impacta directamente en la capacidad de detención del vehículo, como veremos a continuación. Igualmente, al acelerar, la parte trasera puede «sentarse» o hundirse, comprometiendo la tracción inicial.

Consecuencias directas en la conducción y la seguridad

Aquí es donde el asunto adquiere una dimensión crítica. Unos amortiguadores en mal estado aumentan peligrosamente la distancia de frenado. Dado que la función principal de la suspensión es maximizar el contacto del neumático con el suelo, un amortiguador defectuoso permite que la llanta rebote, perdiendo adherencia por milisegundos que se traducen en metros adicionales para detener el coche por completo. En una emergencia, esos metros pueden ser la diferencia entre un susto y una colisión.

A raíz de este mismo principio, el control general del vehículo se ve seriamente comprometido. En carreteras mojadas o resbaladizas, el riesgo de aquaplaning se multiplica, ya que el neumático no puede desalojar el agua de manera eficiente si no tiene una presión constante contra el pavimento. 

Así pues, la estabilidad direccional se pierde con facilidad, y el coche puede volverse muy sensible a vientos laterales, exigiendo correcciones constantes con el volante para mantener una trayectoria recta.

Amortiguadores: Cómo funcionan en comparación con el cuerpo humano

El efecto dominó de los amortiguadores: Daños colaterales en el vehículo

Ignorar el estado de los amortiguadores no solo pone en riesgo a los ocupantes, sino que también inicia una reacción en cadena que afecta a otros componentes mecánicos. El constante rebote y la vibración excesiva ejercen una tensión brutal sobre el resto de los elementos de la suspensión, como los bujes (bushings), las rótulas (ball joints) y los soportes del propio amortiguador (strut mounts).

Por ende, lo que pudo haber sido un reemplazo relativamente accesible de los amortiguadores se convierte en una reparación integral y costosa de múltiples piezas. A esto se suma el desgaste irregular y acelerado de los neumáticos

Los neumáticos en un coche con amortiguadores dañados suelen presentar un patrón de desgaste en forma de “copas” o parches desiguales en la banda de rodadura, acortando drásticamente su vida útil y obligando a un reemplazo prematuro. En definitiva, el ahorro que suponía posponer la visita al taller se desvanece frente a los costos acumulados de reparaciones y nuevos neumáticos.

Así pues, los amortiguadores son uno de los pilares de la seguridad activa de cualquier vehículo. Su correcto funcionamiento es indispensable para garantizar el control, la estabilidad y una capacidad de frenado óptima. Dejar que se deterioren es aceptar un riesgo innecesario en cada trayecto. Por ello, ante la menor sospecha de un comportamiento anómalo, es imperativo realizar una inspección profesional.

​Muchos conductores se acostumbran paulatinamente a la degradación de su vehículo, asumiendo que ciertos ruidos o comportamientos son simplemente «cosas de la edad» del auto. Entre estos deterioros progresivos, pocos son tan sigilosos y a la vez tan peligrosos como el fallo de los amortiguadores (shock absorbers).  La pregunta sobre qué sucede si estos componentes  Tips, Consejos 

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