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El presidente de EEUU ha elevado el pulso tras la millonaria multa de la UE a Google: pone sobre la mesa activar la Sección 301

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El presidente de EEUU ha elevado el pulso tras la millonaria multa de la UE a Google: pone sobre la mesa activar la Sección 301

Bruselas volvió a apuntar alto: una multa de 2.950 millones de euros a Google por su negocio publicitario. La Comisión Europea no hizo más que reforzar su perfil de regulador firme en un sector que lleva años bajo su lupa. Al otro lado del Atlántico, la reacción parecía cantada. El presidente había dejado claro que veía estas sanciones como un ataque directo a las empresas estadounidenses. Ese mismo día cumplió su promesa: elevó el tono y convirtió el expediente europeo en un tema de tensión política y económica.

Trump eligió una vía poco habitual para responder: amenazó con iniciar una investigación bajo la Sección 301, un mecanismo reservado a disputas comerciales graves y que puede derivar en aranceles. No se trataba solo de criticar a Bruselas, sino de dejar claro que la Casa Blanca estaba dispuesta a escalar el conflicto. Es una amenaza en línea con una política comercial marcada por giros inesperados, y aunque está por ver hasta dónde llega, el mensaje no ha pasado desapercibido. 

El caso Google se convierte en otro frente en las tensas relaciones transatlánticas

La multa de Bruselas no surgió de un día para otro. La Comisión Europea lleva investigando a Google desde 2021 por posibles abusos de posición dominante en el sector publicitario digital. El expediente concluye que la compañía favoreció su propio ecosistema de anuncios, desde su servidor DoubleClick hasta su intercambio AdX, relegando a competidores y dificultando el acceso de editores y anunciantes a otras plataformas. El regulador dio a la empresa 60 días para presentar un plan de cumplimiento y advirtió que, si no es convincente, se reserva la opción de exigir medidas estructurales.

Para Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva en la Comisión Europea, el expediente contra Google refleja el compromiso de Bruselas con un mercado publicitario más abierto. La comisaria defendió la multa y advirtió de que la empresa debe presentar una solución convincente si no quiere enfrentarse a medidas más severas.

“La decisión de hoy muestra que Google abusó de su posición dominante en la tecnología publicitaria perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Este comportamiento es ilegal según las normas antimonopolio de la UE. Google ahora debe presentar un remedio serio para abordar sus conflictos de intereses, y si no lo hace, no dudaremos en imponer remedios sólidos.”.

La reacción de Google no tardó en llegar. La tecnológica rechazó el fallo de Bruselas y anunció que lo recurrirá ante los tribunales europeos. El mensaje lo transmitió Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta y jefa global de asuntos regulatorios.

“La decisión de la Comisión Europea sobre nuestros servicios de tecnología publicitaria es errónea y la recurriremos. Impone una multa injustificada y exige cambios que perjudicarán a miles de empresas europeas, ya que les resultará más difícil obtener beneficios. No hay nada anticompetitivo en prestar servicios a compradores y vendedores de publicidad, y hay más alternativas a nuestros servicios que nunca”.

La sanción anunciada por Bruselas se suma a otras tres multas impuestas a Google en los últimos años: 2.420 millones en 2017, 4.300 millones de euros en 2018 y 1.490 millones en 2019 (esta última finalmente anulada). Todas forman parte de una estrategia de vigilancia reforzada sobre las grandes plataformas digitales. El juicio sobre posibles remedios comenzará el 22 de septiembre de 2025.

Estados Unidos no tiene capacidad legal para revertir directamente una sanción dictada por un regulador extranjero. Las empresas estadounidenses que operan fuera de sus fronteras deben cumplir con las normas locales, y negarse a pagar una multa sería un movimiento arriesgado que podría acarrear bloqueos, nuevas sanciones o incluso su exclusión del mercado. El caso de Google se inscribe precisamente en ese contexto: una compañía global sometida a las reglas de la Unión Europea.

Google

Como decimos, lo que Trump propone es recurrir a la Sección 301, una herramienta de la legislación comercial estadounidense que permite abrir investigaciones sobre políticas extranjeras consideradas discriminatorias. A través de este procedimiento, Washington puede imponer aranceles, cuotas u otras medidas comerciales. Es una vía diplomática y económica que no borra la multa europea, pero sí envía una señal y eleva la tensión. 

Trump acompañó su advertencia con un mensaje extenso en Truth Social en el que insistió en que Europa está atacando a las empresas tecnológicas de Estados Unidos y que la Casa Blanca no permitirá que estas medidas queden sin respuesta. Su publicación combinó críticas a la Unión Europea con un ejemplo concreto: la multa de 17.000 millones de dólares que Apple tuvo que pagar en el pasado.

“Como ya he dicho, mi Administración NO permitirá que estas acciones discriminatorias se mantengan. Apple, por ejemplo, se vio obligada a pagar una multa de 17.000 millones de dólares que, en mi opinión, no debería haberse aplicado. ¡Deberían recuperar su dinero! No podemos permitir que esto le suceda a la brillante e inaudita creatividad estadounidense y, si ocurre, me veré obligado a iniciar un procedimiento de la Sección 301 para anular las injustas sanciones impuestas a estas empresas estadounidenses contribuyentes”.

El pulso por la multa a Google se produce cuando Bruselas y Washington intentan consolidar un marco comercial más estable. La advertencia de Trump añade presión. Si la investigación bajo la Sección 301 prospera, podría desatar una nueva etapa de tensiones comerciales entre ambos bloques.

Los próximos pasos dibujan un escenario incierto. Bruselas examinará las propuestas de Google para corregir los conflictos de interés detectados y no descarta exigir cambios drásticos, incluida una desinversión parcial de su negocio publicitario. La empresa, por su parte, ya prepara su recurso y anticipa una larga batalla legal. A este panorama se suma la amenaza de Washington: poner en marcha la Sección 301. 

Imágenes | La Casa Blanca | Pascal Bullan | Greg Bulla 

En Xataka | OpenAI acaba de mandar un mensaje a su competencia: si no tienes 100.000 millones, ni lo intentes 


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fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Marquez

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​Bruselas volvió a apuntar alto: una multa de 2.950 millones de euros a Google por su negocio publicitario. La Comisión Europea no hizo más que reforzar su perfil de regulador firme en un sector que lleva años bajo su lupa. Al otro lado del Atlántico, la reacción parecía cantada. El presidente había dejado claro que veía estas sanciones como un ataque directo a las empresas estadounidenses. Ese mismo día cumplió su promesa: elevó el tono y convirtió el expediente europeo en un tema de tensión política y económica.Trump eligió una vía poco habitual para responder: amenazó con iniciar una investigación bajo la Sección 301, un mecanismo reservado a disputas comerciales graves y que puede derivar en aranceles. No se trataba solo de criticar a Bruselas, sino de dejar claro que la Casa Blanca estaba dispuesta a escalar el conflicto. Es una amenaza en línea con una política comercial marcada por giros inesperados, y aunque está por ver hasta dónde llega, el mensaje no ha pasado desapercibido. El caso Google se convierte en otro frente en las tensas relaciones transatlánticasLa multa de Bruselas no surgió de un día para otro. La Comisión Europea lleva investigando a Google desde 2021 por posibles abusos de posición dominante en el sector publicitario digital. El expediente concluye que la compañía favoreció su propio ecosistema de anuncios, desde su servidor DoubleClick hasta su intercambio AdX, relegando a competidores y dificultando el acceso de editores y anunciantes a otras plataformas. El regulador dio a la empresa 60 días para presentar un plan de cumplimiento y advirtió que, si no es convincente, se reserva la opción de exigir medidas estructurales.

Para Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva en la Comisión Europea, el expediente contra Google refleja el compromiso de Bruselas con un mercado publicitario más abierto. La comisaria defendió la multa y advirtió de que la empresa debe presentar una solución convincente si no quiere enfrentarse a medidas más severas.“La decisión de hoy muestra que Google abusó de su posición dominante en la tecnología publicitaria perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Este comportamiento es ilegal según las normas antimonopolio de la UE. Google ahora debe presentar un remedio serio para abordar sus conflictos de intereses, y si no lo hace, no dudaremos en imponer remedios sólidos.”.La reacción de Google no tardó en llegar. La tecnológica rechazó el fallo de Bruselas y anunció que lo recurrirá ante los tribunales europeos. El mensaje lo transmitió Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta y jefa global de asuntos regulatorios.“La decisión de la Comisión Europea sobre nuestros servicios de tecnología publicitaria es errónea y la recurriremos. Impone una multa injustificada y exige cambios que perjudicarán a miles de empresas europeas, ya que les resultará más difícil obtener beneficios. No hay nada anticompetitivo en prestar servicios a compradores y vendedores de publicidad, y hay más alternativas a nuestros servicios que nunca”.La sanción anunciada por Bruselas se suma a otras tres multas impuestas a Google en los últimos años: 2.420 millones en 2017, 4.300 millones de euros en 2018 y 1.490 millones en 2019 (esta última finalmente anulada). Todas forman parte de una estrategia de vigilancia reforzada sobre las grandes plataformas digitales. El juicio sobre posibles remedios comenzará el 22 de septiembre de 2025.Estados Unidos no tiene capacidad legal para revertir directamente una sanción dictada por un regulador extranjero. Las empresas estadounidenses que operan fuera de sus fronteras deben cumplir con las normas locales, y negarse a pagar una multa sería un movimiento arriesgado que podría acarrear bloqueos, nuevas sanciones o incluso su exclusión del mercado. El caso de Google se inscribe precisamente en ese contexto: una compañía global sometida a las reglas de la Unión Europea.

Como decimos, lo que Trump propone es recurrir a la Sección 301, una herramienta de la legislación comercial estadounidense que permite abrir investigaciones sobre políticas extranjeras consideradas discriminatorias. A través de este procedimiento, Washington puede imponer aranceles, cuotas u otras medidas comerciales. Es una vía diplomática y económica que no borra la multa europea, pero sí envía una señal y eleva la tensión. 

Trump acompañó su advertencia con un mensaje extenso en Truth Social en el que insistió en que Europa está atacando a las empresas tecnológicas de Estados Unidos y que la Casa Blanca no permitirá que estas medidas queden sin respuesta. Su publicación combinó críticas a la Unión Europea con un ejemplo concreto: la multa de 17.000 millones de dólares que Apple tuvo que pagar en el pasado.

“Como ya he dicho, mi Administración NO permitirá que estas acciones discriminatorias se mantengan. Apple, por ejemplo, se vio obligada a pagar una multa de 17.000 millones de dólares que, en mi opinión, no debería haberse aplicado. ¡Deberían recuperar su dinero! No podemos permitir que esto le suceda a la brillante e inaudita creatividad estadounidense y, si ocurre, me veré obligado a iniciar un procedimiento de la Sección 301 para anular las injustas sanciones impuestas a estas empresas estadounidenses contribuyentes”.

El pulso por la multa a Google se produce cuando Bruselas y Washington intentan consolidar un marco comercial más estable. La advertencia de Trump añade presión. Si la investigación bajo la Sección 301 prospera, podría desatar una nueva etapa de tensiones comerciales entre ambos bloques.

En Xataka

La ganadora indiscutible de la agresiva competencia de TSMC, Intel y Samsung es una empresa europea: ASML

Los próximos pasos dibujan un escenario incierto. Bruselas examinará las propuestas de Google para corregir los conflictos de interés detectados y no descarta exigir cambios drásticos, incluida una desinversión parcial de su negocio publicitario. La empresa, por su parte, ya prepara su recurso y anticipa una larga batalla legal. A este panorama se suma la amenaza de Washington: poner en marcha la Sección 301. 

Imágenes | La Casa Blanca | Pascal Bullan | Greg Bulla 

En Xataka | OpenAI acaba de mandar un mensaje a su competencia: si no tienes 100.000 millones, ni lo intentes 

– La noticia

El presidente de EEUU ha elevado el pulso tras la millonaria multa de la UE a Google: pone sobre la mesa activar la Sección 301

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Javier Marquez

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