Ciencia y Tecnología
La NASA detecta la huella auroral de Calisto en Júpiter

La nave espacial Juno de la NASA detectó por primera vez la marca auroral de Calisto, completando el retrato familiar de las “huellas satelitales” de las lunas galileanas de Júpiter.
La nave espacial Juno de la NASA detectó por primera vez la marca auroral de Calisto, completando el retrato familiar de las “huellas satelitales” de las lunas galileanas de Júpiter.
Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar, posee 95 lunas conocidas. De todas estas, destacan las cuatro más grandes, las llamadas lunas galileanas: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, observadas por Galileo Galilei en 1610.
Ahora, la nave espacial Juno de la NASA detectó por primera vez las marcas aurorales o “huellas satelitales” que dejó Calisto en la atmósfera de Júpiter, la última que faltaba por identificar, detalla un estudio publicado en la revista Nature.
Auroras polares similares a las de la Tierra
Júpiter es un enorme planeta gaseoso que tiene las auroras más brillantes y espectaculares de nuestro vecindario cósmico.
Al igual que en la Tierra, el espectáculo de luces brillantes en los polos se produce por la interacción del campo magnético con el viento proveniente del Sol.
En Júpiter, este campo se extiende mucho más allá de sus lunas principales, formando una vasta región llamada magnetosfera, que es envuelta y azotada por el viento solar.
Lunas diferentes a la de nuestro planeta
Sin embargo, a diferencia de las auroras de nuestro planeta, las lunas galileanas “crean sus propias firmas aurorales en la atmósfera del planeta, un fenómeno que la Luna de la Tierra no produce”, explica la NASA en un comunicado.
Estas marcas aurorales, dejadas tras el recorrido de órbita de las grandes lunas jupiterinas, “revelan cómo cada luna interactúa con su entorno espacial local”, agrega el reporte.
Calisto fue siempre la más esquiva
Antes de la misión Juno, se había demostrado que Ío, Europa y Ganímedes producían una “huella satelital” en Júpiter. Sin embargo, Calisto, la más distante de todas, seguía teniendo una huella esquiva.
El satélite Juno, que lleva orbitando Júpiter desde 2016, logró identificar dos acontecimientos con vistas cercanas sin precedentes y que ocurrieron por casualidad durante la 22ª órbita de Juno del planeta gigante, en septiembre de 2019.
Un retrato de la familia de las lunas galileanas
Pero para detectar el recorrido de Calisto, “el óvalo auroral principal debe apartarse mientras se obtiene la imagen de la región polar”, explica la NASA.
El hallazgo confirma que las cuatro lunas “dejan su huella en la atmósfera de Júpiter, y que las huellas de Calisto se sostienen de forma muy similar a las de sus hermanos, completando el retrato de familia de las firmas aurorales de las lunas galileanas”, concluye la agencia espacial.
Editado por Jose Urrejola, con información de NASA y Nature
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