Mundo Motor
Dolly para jalar carros: Costos, compatibilidad y seguridad

Mover un auto sin encender su motor es una necesidad más común de lo que parece. Ya sea por una mudanza a otro estado, la compra de un auto de proyecto que no funciona o una avería inesperada lejos de casa, la pregunta siempre es la misma: ¿cuál es la mejor forma de transportarlo?
Entre las opciones disponibles, surge una herramienta que por su aparente sencillez y bajo costo ha ganado una enorme popularidad en Estados Unidos: el dolly para jalar carros.
A primera vista, este dispositivo parece la respuesta perfecta, una solución económica y accesible. Sin embargo, su uso correcto esconde detalles cruciales que pueden marcar la diferencia entre un traslado exitoso y un desastre mecánico muy costoso.

¿Qué es exactamente un dolly para jalar carros y cómo funciona?
Para quien no esté familiarizado, un tow dolly es un pequeño remolque de dos ruedas diseñado para levantar el eje delantero de un vehículo. El concepto es bastante directo: las ruedas delanteras del auto que se va a remolcar se suben y aseguran sobre la plataforma del dolly, mientras que las ruedas traseras permanecen en contacto con el asfalto, girando libremente durante el trayecto.
El proceso de cómo jalar un carro con un dolly comienza posicionando el vehículo frente a las pequeñas rampas del dispositivo. Luego, se conduce lentamente hasta que las llantas delanteras encajan en su lugar. El paso final, y el más crítico, es asegurar esas ruedas con correas de alta resistencia (straps) y conectar las cadenas de seguridad como medida de redundancia.
Así pues, el vehículo remolcador tira del dolly, y este a su vez del auto, convirtiéndose en una solución intermedia entre el remolque completo en una plataforma (flatbed) y el arrastre directo.

¿Qué carro se puede remolcar con un dolly?
Aquí es donde reside el punto más importante de todo el análisis. La compatibilidad de un vehículo con un dolly depende casi exclusivamente de un factor: el tipo de tracción. La regla de oro es que solo los vehículos de tracción delantera (front-wheel drive o FWD) son candidatos ideales para ser remolcados de esta manera.
La lógica es impecable: al levantar las ruedas delanteras, que son las que reciben la potencia del motor y están conectadas a la transmisión, se aísla todo el tren motriz. De este modo, el resto del auto puede rodar sin causar ningún tipo de daño mecánico.
¿Qué sucede con los otros sistemas? Intentar remolcar un auto de tracción trasera (rear-wheel drive o RWD) con un dolly es una receta para el desastre. Las ruedas traseras, al girar sobre el pavimento, harían rotar el eje de transmisión (driveshaft) y los componentes internos de la transmisión sin la lubricación adecuada que provee el motor en marcha, lo que podría quemarla en pocos kilómetros.
Algunos expertos sugieren desconectar el driveshaft, pero esta es una tarea compleja no apta para principiantes. Con los vehículos de tracción integral (all-wheel drive o AWD), la situación es todavía más delicada.
Remolcarlos con dos ruedas en el suelo puede destruir el diferencial central y la caja de transferencia (transfer case), componentes sumamente caros de reparar.
En consecuencia, la única respuesta segura antes de enganchar cualquier auto es una: siempre revisa el manual del propietario (owner’s manual). Ahí, el fabricante especifica claramente los métodos de remolque permitidos.

Alquiler vs. compra y los costos reales
Una de las principales razones de la popularidad del dolly es su accesibilidad. Abordando la duda de cuánto cuesta alquilar un dolly, la respuesta es bastante atractiva. Compañías como U-Haul o Penske ofrecen alquileres diarios que suelen oscilar entre los $40 y $60 dólares, un precio considerablemente menor al de un remolque tipo plataforma o un servicio de grúa profesional para largas distancias.
Esta opción es perfecta para un uso ocasional. La compra, por otro lado, tiene sentido para talleres o entusiastas que mueven vehículos constantemente.
No obstante, es vital considerar otros gastos asociados. A menudo se necesita un adaptador para la conexión de las luces del remolque al vehículo tractor. Igualmente, el consumo de combustible del vehículo principal aumentará de forma notoria.
Dicho de otro modo, el costo del alquiler es solo el punto de partida, aunque el ahorro total sigue siendo significativo si se compara con otras alternativas.
La simplicidad del dolly para jalar carros
El dolly para jalar carros es una herramienta brillante por su equilibrio entre costo y funcionalidad, pero tiene limitaciones que exigen respeto. Su mayor ventaja es la relación costo-beneficio para vehículos compatibles. Son más fáciles de maniobrar (en avance) y de almacenar que un remolque completo.
Sin embargo, sus desventajas no son menores. La principal es su limitada compatibilidad, que excluye a una gran parte del parque vehicular. Un punto crítico que muchos principiantes ignoran es que es prácticamente imposible dar reversa con un dolly conectado.
El doble punto de pivote (entre el camión y el dolly, y entre el dolly y el auto) hace que el conjunto se doble de forma impredecible, pudiendo causar daños.
Finalmente, la seguridad durante la carga es primordial; unas correas mal ajustadas pueden soltarse en plena autopista, con consecuencias catastróficas. Por ello, la decisión de usar un dolly debe ser informada, reconociendo que su sencillez aparente demanda conocimiento y una ejecución cuidadosa. Es una solución estratégica, no universal.
Mover un auto sin encender su motor es una necesidad más común de lo que parece. Ya sea por una mudanza a otro estado, la compra de un auto de proyecto que no funciona o una avería inesperada lejos de casa, la pregunta siempre es la misma: ¿cuál es la mejor forma de transportarlo? Entre Tips, Consejos