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Análisis: la evolución de Sainz al volante de un Williams F1 muy diferente al Ferrari

Para crecer se necesitan decisiones ambiciosas y, para Williams, la llegada de Carlos Sainz representaba precisamente esa pieza clave para dar un paso más en el camino hacia la parte alta de la clasificación. Un camino largo y, sin duda, no exento de dificultades, también porque no es un secreto que la escudería británica todavía debe compensar una desventaja en términos de infraestructura.
La llegada del español encajaba perfectamente en este recorrido, respaldada por una experiencia construida durante años en distintas etapas y consolidada en Ferrari. No sorprende que en Williams hayan destacado en varias ocasiones el valor añadido que aporta Sainz, especialmente en términos de enfoque y método de trabajo, con ejemplos concretos que llegan hasta la gestión y preparación de los neumáticos.
Otro punto fuerte del fichaje del madrileño era la posibilidad de que el equipo contara finalmente con dos pilotos no solo rápidos, sino también experimentados, algo que el equipo había echado en falta en los últimos dos años, perdiendo puntos que podrían haber garantizado una mejor posición y, en consecuencia, premios económicos fundamentales para permitir que Williams siguiera invirtiendo.

Foto de: Zak Mauger / LAT Images via Getty Images
Sin embargo, la clasificación refleja un Williams a dos velocidades. El quinto puesto en el Campeonato de Constructores, consolidado con un buen margen sobre los perseguidores, pone de manifiesto una clara diferencia de puntuación: Alex Albon ha sumado más del triple de puntos que Sainz. Un dato sorprendente que, sin embargo, merece un análisis para comprender mejor el proceso de adaptación del español y el porqué de esta discrepancia.
El FW47 aún conserva “resabios” del pasado
No es un secreto que en las primeras carreras el madrileño tuvo que lidiar tanto con errores personales como con las dificultades de adaptación al FW47. El coche, aunque mejorado respecto a la temporada pasada en términos de rendimiento y manejabilidad, todavía conserva algunas limitaciones vistas anteriormente.
En los últimos años, los pilotos de Williams han señalado con frecuencia problemas de manejabilidad en los monoplazas de Grove. Los coches tenían puntos fuertes claros, especialmente en circuitos rápidos, pero también limitaciones evidentes, que requerían un estilo de conducción específico para aprovechar al máximo su potencial. En esencia, la crítica principal se centraba en la escasa versatilidad.
Williams ha trabajado intensamente en este aspecto, logrando con el FW47 un avance significativo. Sin embargo, son precisamente estas características, sobre todo a baja velocidad, las que han requerido que Sainz tenga un período de adaptación más largo al inicio de la temporada. Limitaciones y peculiaridades que el propio español ha señalado y que James Vowles ya había identificado al comienzo del campeonato.

Foto de: Steven Tee / Motorsport Images
“Si tuviera que usar una escala de valoración, antes era un problema de 8 o 9 sobre 10; ahora hemos bajado a un 4 gracias a las mejoras. El objetivo es llegar a 0. En otras palabras, estamos mejorando la situación, pero aún no la hemos resuelto por completo”, declaró el Director del equipo de Williams en abril, tras pocas carreras, refiriéndose al camino del equipo para mejorar la manejabilidad del FW47.
Un freno motor completamente diferente
Un tema que, además, tocaba otros aspectos, relacionados no solo con las características del coche en sí, sino también con el paso a un entorno completamente diferente. Al igual que Lewis Hamilton, Carlos Sainz tuvo que enfrentarse a reglajes totalmente distintos de la Unidad de Potencia, pasando a la de Mercedes, que nunca había probado antes.
Como señaló el propio británico, la Unidad de Potencia de Ferrari y la de Mercedes presentan ajustes diferentes, en particular en el freno motor, más agresivo en el coche italiano. Durante los años en Ferrari, Sainz aprendió a adaptarse y a aprovechar su potencial, convirtiéndose en uno de los pilotos más agresivos en la frenada, con reducciones rápidas y tardías.
“Obviamente no entraré en detalles, pero es algo completamente distinto. La forma en que usas las marchas, la reducción, cómo funciona el freno motor, la transición de la migración del freno al freno motor: todo es diferente. Debes cambiar tu estilo de conducción”, explicó Sainz en Hungría, describiendo el impacto del freno motor en su estilo, que se extiende a la conducción en general.

Foto de: Alastair Staley / LAT Images via Getty Images
Un enfoque que, por ejemplo, no se adapta al estilo de Hamilton, que prefiere una frenada con un “mordisco” inicial agresivo pero más suave al entrar en curva, para mantener velocidad. Sumando las dificultades intrínsecas del FW47 a las que encontró Sainz, surge un escenario que, naturalmente, requirió tiempo para encontrar el equilibrio adecuado.
De dónde nace la diferencia de puntos con Albon
Un período de adaptación que llegó en la fase más competitiva de la temporada para el equipo de Grove, cuando el coche se posicionaba con cierta estabilidad como el más consistente en el centro del pelotón, permitiendo puntuar de forma constante, como evidenció Albon, que tras tres carreras ya sumaba 18 puntos.
El primer punto de inflexión llegó en Bahrein, donde, tras una gran clasificación, el propio Sainz admitió haber gestionado mal la carrera y los objetivos al intentar luchar con coches más rápidos, perdiendo así la oportunidad de acabar en el top 10. En Arabia Saudí llegaron respuestas importantes, gracias a un octavo puesto por delante de su compañero, mientras que en Miami e Imola pagó los errores del equipo, donde podría haber sumado puntos valiosos.
A partir de ese momento, no solo llegaron circuitos complicados para el FW47, como España y Hungría, que evidenciaron la falta de carga y estabilidad en curvas largas, sino también el crecimiento de los rivales y los problemas de fiabilidad del coche, que costaron oportunidades tanto a Sainz como a Albon, obligado a retirarse en Canadá y Austria.

Foto de: Sam Bloxham / LAT Images via Getty Images
Solo en circuitos más frescos y favorables, como Silverstone y Bélgica, el FW47 recuperó velocidad. Sin embargo, en Gran Bretaña el español pagó un contacto con Leclerc que le hizo caer fuera del top 10, mientras que en Spa tuvo un fin de semana irregular: excelente en la sprint, finalizando sexto, pero decepcionante luego en la carrera larga del domingo, donde Albon logró la misma posición, pero con más puntos.
No es un secreto que Williams ya ha centrado su mirada en 2026 desde el inicio de la temporada, tanto que las primeras novedades reales para el FW47 llegaron bastante tarde respecto a la competencia, reduciendo esa ventaja de la que disfrutaba el monoplaza al inicio. El problema fundamental es que las novedades no han resuelto los problemas que señalaba Sainz y no habrá más desarrollos antes de final de año, por lo que todas las mejoras deberán pasar por la adaptación y el setup.
El español, no obstante, ha hecho un balance positivo: “El 2025 ha superado mis expectativas en términos de rendimiento del coche y de lo que el equipo es capaz de hacer. Solo me frustra que los resultados no hayan sido mejores, porque las sensaciones dicen lo contrario, pero por un motivo u otro los resultados no llegan. Me gusta ver el potencial, porque sé que yo también lo tengo”.
“El hecho de que a veces sea más rápido, a veces en la misma décima, a veces una décima más lento que Alex cada fin de semana, me hace entender que puedo lograr los mismos resultados, pero nunca una diferencia tan amplia en términos de puntos y resultados como la que estamos viendo en estas 12 carreras, por ejemplo”.
En este artículo
Gianluca D’Alessandro
Fórmula 1
Carlos Sainz
Williams
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