Connect with us

Ciencia y Tecnología

NASA confirma: el asteroide Bennu esconde materiales anteriores a nuestro sistema solar

Published

on

Un viaje de tres años trajo a la Tierra fragmentos de un pasado remoto: Bennu contiene polvo de estrellas y material interestelar que sobrevivieron a colisiones cósmicas y procesos hidrotermales durante millones de años.

​Un viaje de tres años trajo a la Tierra fragmentos de un pasado remoto: Bennu contiene polvo de estrellas y material interestelar que sobrevivieron a colisiones cósmicas y procesos hidrotermales durante millones de años.  

El asteroide Bennu es una mezcla de materiales de nuestro sistema solar, y de más allá, que durante miles de millones de años fueron moldeados por el agua y por el duro entorno espacial. 

En 2020, la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA recogió muestras del asteroide y tres años después, mientras sobrevolaba la Tierra, dejó caer una cápsula con unos 120 gramos de material –como el peso de una pastilla de jabón–, que se prestaron a científicos de todo el mundo para su análisis.

Muestras de Bennu revelan su origen complejo

Ahora, coordinados por la Universidad de Arizona, que dirige el estudio de las muestras de la misión OSIRIS-REX, varios equipos de investigadores han presentado los resultados sobre el estudio de la composición y la historia del asteroide con un detalle sin precedentes.

El primero, publicado en Nature Astronomy y liderado por la UA y la NASA, se refiere a los materiales de Bennu que proceden de un asteroide “padre” más grande que se rompió tras colisionar con otro, probablemente en el cinturón de asteroides que hay entre las órbitas de Marte y Júpiter.

Este asteroide padre, surgido hace más de 4.000 millones de años, en plena formación de nuestro sistema solar, se ensambló con materiales cercanos al sol y también de otras estrellas. 

Los investigadores creen que este cuerpo progenitor fue golpeado por un asteroide entrante y hecho pedazos. Luego, los fragmentos se volvieron a ensamblar y esto podría haber ocurrido varias veces.

Imagen obtenida con un microscopio electrónico de barrido de un cráter de impacto de micrometeorito en una partícula del material del asteroide Bennu.
Imagen obtenida con un microscopio electrónico de barrido de un cráter de impacto de micrometeorito en una partícula del material del asteroide Bennu.Imagen: Zia Rahman/NASA

Polvo estelar y material interestelar en el asteroide Bennu

Al examinar las muestras, el equipo halló abundante polvo estelar, “un material que existió antes de que se formara” el sistema solar y que es fácilmente identificable por su inusual composición isotópica en comparación con los materiales formados en el sistema solar, explica Jessica Barnes, coautora principal del estudio e investigadora en la Universidad de Arizona.

“Esos son pedazos de polvo estelar de otras estrellas que están muertas hace mucho tiempo, y estos pedazos se incorporaron a la nube de gas y polvo de la que se formó nuestro sistema solar”, apunta Barnes. 

“Además, encontramos material orgánico que es altamente anómalo en sus isótopos y que probablemente se formó en el espacio interestelar, y tenemos sólidos que se formaron más cerca del Sol, y por primera vez, mostramos que todos estos materiales están presentes en Bennu”, resume. 

El asteroide Bennu ha viajado miles de millones de años guardando estos secretos cósmicos que ahora, por fin, comienzan a revelarse.
El asteroide Bennu ha viajado miles de millones de años guardando estos secretos cósmicos que ahora, por fin, comienzan a revelarse.Imagen: NASA/Goddard/University of Arizona/Handout via REUTERS

Las similitudes químicas e isotópicas entre las muestras de Bennu y un asteroide similar, Ryugu, que fue analizado por la misión japonesa Hayabusa 2 en 2019, y los meteoritos más primitivos encontrados en la Tierra sugieren que sus asteroides padres se formaron en una región del sistema solar temprano. 

Los análisis también revelan que algunos de los materiales del asteroide progenitor sobrevivieron a diversos procesos químicos que involucraron calor y agua, e incluso la colisión energética que resultó en la formación de Bennu.

Procesos hidrotermales

Pero la mayoría de los materiales fueron transformados por procesos hidrotermales, según un segundo artículo publicado en Nature Geoscience que revela que los minerales en el asteroide padre probablemente se formaron, disolvieron y reformaron con el tiempo debido a las interacciones con el agua.

“Creemos que el asteroide progenitor de Bennu acumuló una gran cantidad de material helado del sistema solar exterior, que se derritió con el tiempo”, comenta Tom Zega, director del Laboratorio Kuiper-Arizona que codirigió el estudio con Tim McCoy, curador de meteoritos del Smithsonian.

El equipo encontró evidencia de que los minerales silicatos habrían reaccionado con el agua líquida resultante a temperaturas relativamente bajas de unos 25 grados Celsius, o temperatura ambiente. 

El asteroide Ryugu, estudiado por la misión japonesa Hayabusa 2 en 2019, compartió similitudes químicas e isotópicas con Bennu, sugiriendo que ambos se formaron en la misma región del sistema solar temprano.
El asteroide Ryugu, estudiado por la misión japonesa Hayabusa 2 en 2019, compartió similitudes químicas e isotópicas con Bennu, sugiriendo que ambos se formaron en la misma región del sistema solar temprano.Imagen: JAXA/REUTERS

Ese calor podría haber persistido del propio proceso de acreción, cuando el asteroide progenitor de Bennu se formó por primera vez, o haber sido generado por impactos más tarde en su historia, posiblemente en combinación con la descomposición de elementos radiactivos en su interior. El calor atrapado podría haber derretido el hielo dentro del asteroide.

“Ahora tienes un líquido en contacto con un sólido y calor; todo lo que necesitas para comenzar a hacer química. El agua reaccionó con los minerales y formó lo que vemos hoy: muestras en las que el 80 % de los minerales contienen agua en su interior, creadas hace miles de millones de años cuando el sistema solar aún se estaba formando”, detalla el científico.

Pero la transformación de los materiales de Bennu no acabó ahí. El tercer artículo, también en Nature Geoscience, y realizado por la NASA y la Universidad de Purdue (Estados Unidos), avanza que el asteroide recibió impactos de micrometeoritos que se sumaron a los efectos del viento solar –lo que se conoce como “meteorización espacial”– porque Bennu carece de atmósfera. 

FEW (EFE, NASA, Universidad de Arizona, Nature Astronomy, Nature Geoscience)

 

​Deutsche Welle: DW.COM – Ciencia y Tecnologia

Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *